El volumen de una sombra
En el desdén
Nunca seré la tinta de tus palabras,
ni tus caminos inéditos en blancos amaneceres,
pero…
¿quién podrá evitar que el genio del eco,
multiplique los latidos de mis sueños?
Busco la respuesta del cerrar la puerta de tus miradas,
de prestar a otras manos los momentos que me pertenecen,
de tu deleitarte en cantos de cisne equivocados.
¿No sabes que tu destino
cambió tras pronunciar la primera esperanza?
¿No sabes que, a pesar de tus alas,
evitar no puedes poseerme?
¡Qué más quisiera yo que tener
en mis manos
llaves que liberen princesas!,
pero sólo sé abrir puertas
con el dolor de lo inefable.
Corro, como todos, tras la verdad que se escapa,
la cual creí hallar en los momentos de tu presencia.
Y ahora…
ya sé que nunca seré la tinta de tus palabras,
no es necesario que lo repitas,
pero…
si tú eres río que fluye incesante,
¿cómo evitarás que calme mi sed de eternidad
bebiendo desde la orilla en tus aguas?
Ancrugon
No quiero que me ames
quiero que ames
Los incendios no tienen dueño
Alejandro Jodorowsky
LOS CLÁSICOS DIVERTIDOS: Vuelva usted mañana, de Mariano José de Larra, por Ancrugon
A veces algo escrito en épocas pretéritas tiene una validez inusitada en el presente por el hecho de parecer que el tiempo no ha pasado, como si el hecho narrado en los papeles amarillentos del ayer fuese algo natural hoy y como si el autor, muerto ya hace muchos años, estuviera hablándonos de los sucesos actuales. Este es el caso de los artículos mordaces y satíricos escritos por el sublime escritor, periodista y político español Mariano José de Larra, importante representante del romanticismo ibérico quien, a pesar de su corta vida, tuvo la virtud de ser un gran observador y un excelente crítico de las costumbres y maneras de su patria.
Colaboraciones
Vaguedades - Los amigos - Procesión
Sergio Formoso - Carmen Tomás Asensio - Agosto 2012
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