Un trabajo de… 

La señora March es el debut literario de la escritora madrileña Virginia Feito, que ha causado sensación en Estados Unidos y que pronto será llevada al cine por la actriz Elisabeth Moss. Se trata de un thriller psicológico que narra la crisis existencial de una mujer de la alta sociedad neoyorquina, casada con un exitoso novelista, que sospecha que el personaje principal de su último libro, una prostituta, está inspirado en ella.

La novela se sitúa en un ambiente atemporal y sofisticado, donde las apariencias lo son todo y donde se ocultan secretos inconfesables. La protagonista, cuyo nombre solo se revela al final, es una mujer obsesiva, envidiosa y cruel, que vive bajo la sombra de su marido y que se siente amenazada por una supuesta prostituta que ha plasmado en su obra. A partir de una insinuación de una dependienta de una pastelería, la señora March empieza a cuestionar su identidad y su matrimonio, y se sumerge en una espiral de paranoia y delirio que la llevará a descubrir verdades incómodas.

Feito construye un personaje complejo y fascinante, que provoca tanto rechazo como compasión, y que recuerda a las heroínas torturadas de Patricia Highsmith o Daphne du Maurier. Con una prosa elegante y precisa, la autora crea una atmósfera opresiva y claustrofóbica, donde el humor negro alivia la tensión y el misterio. La novela es un homenaje a los clásicos del suspense y del terror psicológico, pero también una reflexión sobre la identidad, el matrimonio, la maternidad y la locura.

El contexto en el que se desarrolla la novela La señora March es el de la alta sociedad neoyorquina del siglo XX, en un ambiente atemporal y sofisticado, donde las apariencias lo son todo y donde se ocultan secretos inconfesables. Aunque no especifica la fecha exacta en la que transcurre la acción, se puede deducir que se sitúa en los años 50 o 60, por las referencias a la moda, la música, la tecnología y los acontecimientos históricos y sociales que se mencionan.

La novela refleja el contraste entre el mundo exterior, lleno de lujo, glamour y falsedad, y el mundo interior de la protagonista, marcado por la ansiedad, la paranoia y el delirio. La señora March vive en una burbuja de privilegio y comodidad, pero también de aislamiento y dependencia. Su identidad se define por su rol de esposa y madre, y por su relación con su marido, un escritor que parece ocultarle muchas cosas. La novela explora los temas de la identidad, el matrimonio, la maternidad y la locura en un contexto de represión y opresión social.

Esta obra también se inspira en los clásicos del suspense y del terror psicológico, como Patricia Highsmith, Daphne du Maurier o Shirley Jackson, y crea una atmósfera opresiva y claustrofóbica, donde el humor negro alivia la tensión y el misterio. Así mismo, es un homenaje a los géneros literarios que han influido a la autora, pero también una obra original y personal que ha cautivado a los lectores de Estados Unidos y que pronto será adaptada al cine por Elisabeth Moss.

Como ya he mencionado anteriormente, la señora March empieza a cuestionar su identidad y su matrimonio cuando una dependienta de una pastelería le insinúa que la protagonista del último libro de su marido, una prostituta de aspecto repugnante, está inspirada en ella. Este comentario casual le arrebata la certeza de saberlo todo sobre su marido y sobre ella misma. A partir de ahí, la señora March se obsesiona con leer el libro y con averiguar si su marido le ha sido infiel o si le guarda algún otro secreto. Su paranoia se va incrementando a medida que encuentra pistas que le hacen sospechar que su marido no es quien dice ser y que su matrimonio es una farsa. Ella se siente amenazada por la supuesta prostituta que ha plasmado en su obra y por otras mujeres que se cruzan en su camino. Su identidad se tambalea y se desmorona, y empieza a recordar episodios de su pasado que habían quedado sepultados. La señora March se enfrenta a una crisis existencial que la lleva al borde de la locura.

El hijo de la señora March, Jonathan, es un niño de ocho años que va a un colegio privado y que tiene una relación distante con sus padres. El papel del hijo en la novela es el de mostrar el contraste entre la maternidad idealizada y la maternidad real. La señora March se siente orgullosa de ser madre y de tener un hijo perfecto, pero al mismo tiempo no le presta mucha atención ni le demuestra cariño. El hijo es un accesorio más en su vida de apariencias, pero no una fuente de amor o de felicidad. Ella tampoco se interesa por los gustos o las necesidades de su hijo, y lo trata con frialdad y autoritarismo. El niño, por su parte, se siente solo y aburrido, y busca refugio en sus libros y en su imaginación. También es el único personaje que muestra cierta compasión por la señora March cuando esta empieza a perder la cordura, y el único que intenta ayudarla a salir de su crisis. Él representa la inocencia y la bondad frente a la maldad y la locura de la señora March.

La sociedad y las expectativas que se tienen sobre la señora March como esposa y madre juegan un papel importante en la novela, ya que condicionan su identidad y su comportamiento. La señora March vive en una época y en un ambiente donde las mujeres tienen que cumplir con unos roles y unas normas sociales muy estrictas, y donde se valora más la apariencia que la esencia. La señora March se esfuerza por ser una esposa perfecta y una madre ejemplar, pero al mismo tiempo se siente insatisfecha y vacía. Su matrimonio se basa en la conveniencia y en el prestigio, pero no en el amor o en la confianza. Su maternidad se basa en el deber y en la posesión, pero no en el afecto o en la comprensión. La señora March se preocupa más por lo que los demás piensan de ella que por lo que ella piensa de sí misma. La sociedad y las expectativas que se tienen sobre ella como esposa y madre la oprimen y la alienan, y la impiden desarrollar su propia personalidad y su propia felicidad. La sociedad y las expectativas que se tienen sobre ella como esposa y madre son también una fuente de angustia y de paranoia para la señora March, ya que teme perder su estatus y su reputación si se descubre que su marido le ha sido infiel o que haya cometido algún crimen.

Me ha parecido que la novela hace una crítica social muy interesante y muy actual, a pesar de estar ambientada en el pasado. La novela muestra cómo la sociedad impone unos roles y unas expectativas a las mujeres que las limitan y las someten, y cómo estas pueden reaccionar de diferentes maneras ante esa presión. La novela también muestra cómo la sociedad es hipócrita y superficial, y cómo se juzga a las personas por su apariencia y no por su esencia. La novela denuncia la falta de libertad y de autenticidad que sufren las mujeres en un mundo dominado por los hombres, y cómo esto puede afectar a su salud mental y a su felicidad. La novela también reflexiona sobre la identidad, el matrimonio, la maternidad y la locura desde una perspectiva feminista y crítica.

El estilo literario de Virginia Feito es muy elegante y preciso, y consigue crear una atmósfera opresiva y claustrofóbica, donde el humor negro alivia la tensión y el misterio. Utiliza la primera persona para narrar la historia desde el punto de vista de la señora March, y así nos hace entrar en su mente y en sus emociones, nos hace identificarnos con ella y compartir su paranoia y su delirio. Feito tiene un buen dominio del lenguaje y de los recursos literarios, y sabe mantener el interés y el suspense a lo largo de la novela, como con el uso de la elipsis, que nos deja con la intriga de lo que ha pasado o lo que va a pasar en algunos momentos clave; o con el uso de la ironía y el sarcasmo, que contrastan con la gravedad de la situación y crean un efecto cómico y perturbador a la vez. También tiene una voz propia y original, además de inspirarse en los clásicos del suspense y del terror psicológico, con el uso de las referencias literarias y culturales, que enriquecen la novela y crean un juego intertextual con el lector, pero sin perder su personalidad. Feito es una escritora muy talentosa y prometedora.

El juego de Virginia Feito con las referencias literarias y culturales de la época lo utiliza de varias maneras, por ejemplo: Al nombrar a la protagonista como la señora March, haciendo alusión a la famosa novela Mujercitas de Louisa May Alcott, que representa un modelo de feminidad y de maternidad muy diferente al de la señora March. También al hacer que el marido de la señora March sea un escritor que se inspira en su vida para crear sus novelas, como hacían muchos autores de la época, como F. Scott Fitzgerald o Ernest Hemingway. O cuando hace que la señora March lea y comente obras clásicas del suspense y del terror psicológico, como Rebecca de Daphne du Maurier o El talento de Mr. Ripley de Patricia Highsmith, que tienen similitudes con su propia historia. Así mismo, cuando hace que la señora March escuche y cante canciones populares de la época, como My Funny Valentine o I've Got You Under My Skin, que expresan sus sentimientos y sus conflictos internos. O cuando la señora March se viste y se peina siguiendo las modas y los iconos de la época, como Audrey Hepburn o Grace Kelly, que representan una imagen de elegancia y de glamour que contrasta con su realidad.

En conclusión, La señora March es una novela inquietante, adictiva y oscuramente divertida, que ha consagrado a Virginia Feito como una de las voces más originales y prometedoras de la literatura contemporánea. Del mismo modo, La señora March es una obra que explora los límites entre la realidad y la ficción, entre la cordura y la locura, entre el amor y el odio. Con una prosa elegante y envolvente, Virginia Feito nos sumerge en la mente de una mujer que se desmorona ante nuestros ojos, mientras intenta descubrir la verdad sobre su esposo y sobre sí misma. Un thriller psicológico que nos muestra el lado oscuro de las apariencias y las expectativas sociales, y que nos deja un final impactante e inesperado.