Un trabajo de… 

James Dean murió con tan solo 24 años de edad, pero aún a pesar de su corta vida, le dio tiempo de estar nominado a dos Premios Oscar, a dos BAFTA y a recibir un Globo de Oro, además de convertirse en un icono juvenil que transcendió en el tiempo por su sexualidad ambivalente, su forma revolucionaria de percibir la vida y por ser un precursor de la política de identidad juvenil.

James Byron Dean nació el 8 de febrero de 1931 en Marion, Indiana, EE.UU. La familia de Dean se mudó de Indiana a California cuando tenía cinco años. Cuatro años más tarde, su madre, a quien estaba muy unido, murió de cáncer, y el padre de Dean lo envió de regreso a Indiana para vivir en la granja cuáquera de sus tíos. Durante este tiempo, buscó el consejo y el apoyo de su pastor, el reverendo James DeWeerd, quien influyó en sus aficiones posteriores, como las carreras de coches y el teatro. Los dos formaron una relación tan íntima que llegó a rumorearse si no sería más que simplemente amistosa. Pero al concluir la escuela secundaria, volvió al Oeste para estudiar teatro durante dos años en la Universidad de California en Los Ángeles.

Su primera asignación profesional como actor fue para un comercial sobre refrescos, lo que le llevó hasta un especial de una cadena de televisión donde realizó su primer pequeño papel hablado. Intervino en tres pequeños papeles en sendas películas de Hollywood: Fixed Bayonets (1951), Sailor Beware (1952) y Has Anybody Seen My Gal? (1952), y después se mudó a Nueva York por consejo del actor James Whitmore, donde actuó en algunas obras de Broadway de forma bastante discreta, y en las que comenzó a ganarse una reputación de ser desestructurado en su técnica, sin embargo, el trabajo continuó llegando, hasta que le ofrecieron un papel más importante en The Immotalist, una adaptación teatral de una novela de André Gide, con el que obtuvo una acogida muy positiva por la crítica y consiguió llamar la atención del director de cine Elia Kazan, quien lo eligió para el papel principal del problemático adolescente Cal Trask en Al Este del Edén (1955), la adaptación cinematográfica de la novela de John Steinbeck, donde Dean perpetuó su reputación de no estar conforme con sus diálogos y cambiar constantemente la interpretación de sus personajes y las lecturas de líneas y de acosar y desafiar deliberadamente a sus compañeros actores, incluidos Julie Harris, Raymond Massey y Burl Ives. Sin embargo, cuando esta película se estrenó, Dean fue visto como una estrella de cine de primera magnitud y fue nominado para un Premio de la Academia, siendo la primera nominación de actuación que se otorgó póstumamente.

La segunda aparición cinematográfica como protagonista de Dean, como el sensible inadaptado de la escuela secundaria Jim Stark, fue en Rebelde sin causa (1955) del director Nicholas Ray, que lo convirtió en la encarnación de su generación. Su personaje rechaza desafiantemente los valores de sus mayores mientras anhela ser alguien y trata de encontrar un propósito en la vida. La actuación de Dean habló elocuentemente en nombre de los adolescentes desencantados y privados de sus derechos y les dio un héroe que podían respetar y admirar. El drama clásico también contó con Natalie Wood, Sal Mineo y Dennis Hopper.

El siguiente trabajo como actor de Dean fue en Gigante (1956), del productor y director George Stevens, un drama ambientado en un rancho de Texas que también protagonizaron Rock Hudson y Elizabeth Taylor.

Poco después de completar la película, el viernes 30 de septiembre de 1955, Dean y su mecánico, Rolf Wuetherich, condujeron el nuevo Porsche 550 Spyder de Dean a una carrera de fin de semana en Salinas, California. A las 3:30 p.m., fueron detenidos al sur de Bakersfield y recibieron una multa por exceso de velocidad. Más tarde, mientras conducía por la Ruta 466, un estudiante de Cal Poly de 23 años llamado Donald Turnupseed, después de girar en una intersección, chocó con el Porsche de Dean. Los dos autos se golpearon casi de frente, con el Spyder devastado por el impacto. Wuetherich resultó gravemente herido, pero sobrevivió, mientras que Dean murió casi de inmediato. Tenía 24 años. Casi inmediatamente se estableció un culto intensamente leal, y a los pocos días de su muerte se convirtió en un icono del cine. Tanto Rebelde sin causa como Gigante se estrenaron póstumamente, y recibió una nominación al Oscar por esta última película. La mística de James Dean continuó floreciendo en el siglo XXI.