ESCRITOS DE MI MEMORIA: La metamorfosis de Carmen, por Carmen Tomás Asensio
He tenido un sueño.
Lo que he recordado al despertar me ayuda a escribir una historia que, en principio, me parece interesante. Espero poder hacerlo, pero tengo que tomar notas antes de que el tiempo me borre las ideas.
ESCRITOS DE MI MEMORIA: Tres apuntes de Carmen, por Carmen Tomás Asensio.
Algunas de mis plantas están en jardineras. Colgadas de las barandillas del balcón. Hay toldos que las protegen del sol, en el estío, pero les permiten el agua de lluvia que las mantienen preciosas. Y luego estoy yo. Atenta a sus necesidades de humedad o de luz.
ESCRITOS DE MI MEMORIA: Carta de amor. por Carmen Tomás Asensio.
Querido mío:
Esta es una carta entre las muchas que te he dedicado durante nuestra vida en pareja. Pero pretendo que sea una carta especial. Un resumen de lo que ha sido nuestra vida, nuestra historia. Con sus dificultades, sus renuncias, sus logros y sus alegrías.
ESCRITOS DE MI MEMORIA: Para papá, por Carmén Tomás Asensio.
Cuando viajaba como inspector, nos comprometimos a escribir cada día. Lo cumplimos. Yo las recibía a diario y no las leía en el momento de su llegada. Demoraba su lectura a los pocos ratos de intimidad que me permitía el ajetreo de la casa y la relación con mis hijos.
ESCRITOS DE MI MEMORIA: La niña del río, por Carmen Tomás Asensio.
Era una niña morena y linda, con largas trenzas oscuras, ojos risueños y boquita asombrada. Curiosa y lista. Inquieta y revoltosa. Inocente y pícara.
Que de todo cabía en aquella cabecita.
ESCRITOS DE MI MEMORIA: La llamada, por Carmen Tomás Asensio
Tengo que disculparme por el tema que voy a tratar. No es mi “estilo”, si es que tengo algún etilo propio. Pero sí puedo asegurar que es la primera vez que escribo y describo algo que siempre he evitado. Pero he sido la protagonista de esta aventura y pienso que muchas personas pueden sentirse retratadas. Es una cosa natural y le puede suceder a cualquiera…
ESCRITOS DE MI MEMORIA: Las cartas que nunca escribí, por Carmen Tomás Asensio
Me frena la idea de ponerme “trágica”.
Tengo necesidad de que se me escuche. Sólo eso.
Abriré ríos, construiré puentes para comunicarnos; pero ¿cómo?
¿Qué haré que no sea sólo para mi satisfacción?
ESCRITOS DE MI MEMORIA: Dos momentos de ausencia, por Carmen Tomás asensio
Conocía el lugar.
Había estado varias veces, siempre en verano, cuando el agua del claro riachuelo contrastaba su frescor con el calor del sol que encendía los trigales.
ESCRITOS DE MI MEMORIA: El bosque mágico, por Carmen Tomás Asensio
Era una abuelita torpe de piernas, paro de alegre y animado corazón. Caminaba cada día para hacer el ejercicio que necesitaba su salud. Caminaba lentamente, cambiando cada día los itinerarios de sus paseos, para ir conociendo lugares diferentes.
Pero siempre alrededor de la montaña llena de pinos, carrascas y árboles verdes y apretados unos con otros, tan juntos que formaban una barrera que no le permitía entrar en el corazón del bosque.
Nunca encontró un camino practicable. Hasta que aquel día luminoso de primavera, en que, envuelta en los rizos azules de aire tibio, se sentía más feliz que otro día cualquiera.
ESCRITOS DE MI MEMORIA: El camino de mis sueños, por Carmen Tomás Asensio
Tuve un problema grave de salud. Una recuperación lenta y una gran ansiedad por mi parte porque mis hijos me necesitaban.
El médico me aconsejó:
- Practica el yoga. Te enseñará a relajarte. Te ayudará mucho.
Empecé a ir dos veces por semana. Entonces, hace muchos años, no había tantos lugares en los que se enseñara esta disciplina.
Un jesuita llegado de la India y un librito: “Yoga cristiano en diez lecciones”, a mí me salvaron de una depresión.
- Cerrad los ojos – nos decía.- Imaginad un paisaje, una planta, el interior de un hogar; algo que os infunda ilusión, que os parezca bello, que os dé serenidad.
Yo imaginé un camino estrecho, bordeado de árboles altos, con troncos rectos y delgados, con copas verdes que se abrían en lo alto y daban sombra y frescor. Un camino umbroso, pero a su final, lo árboles se iban aclarando y por entre las ramas se filtraba la luz.
ESCRITOS DE MI MEMORIA: Recuerdos de la vida en mi ciudad, por Carmen Tomás Asensio
Esta es mi tierra, aquí nací y aquí viví mi niñez, mi adolescencia, mi madurez. En mi ancianidad vivo fuera y la visito con el cariño y los recuerdos de toda una vida.
A través de los años mantuve los lazos de amistad que fui creando y los reforcé con mis vivencias.
Conocí dificultades, exploré sentimientos y desarrollé valores, En una palabra, maduré poco a poco.
Superé mis errores y fui feliz.
Me enamoré y formé una familia. Un proyecto de vida que dio frutos.
ESCRITOS DE MI MEMORIA: Tragedias de niños / El árbol, por Carmen Tomás Asensio
Había pasado mucho tiempo del final de la Guerra Civil Española.
Mucho tiempo.
Esta historia, verídica, ocurrió en el año cincuenta y tantos.
Los niños entonces, casi todos los niños, tenían pocos juguetes y agudizaban su imaginación para construírselos. Se hacían cochecitos con cajas vacías, que rodaban sobre carretes de hilo. Pelotas de papel o trapos. Muñecos rellenos de serrín o paja o cualquier componente así de natural.
ESCRITOS DE MI MEMORIA: Una visita inesperada, por Carmen Tomás Asensio
Hacía una mañana hermosa. Un cielo limpio y azul. Una suave temperatura que el sol mantenía.
Tenía tiempo y pensé arreglar las macetas de mi terraza. No siempre puedo dedicarles el tiempo que necesitan.
Me gustan mucho las plantas, pero no sé cuidarlas bien y aprovecho cuando se presenta la ocasión. Hoy es el día -pensé.-
Moví la tierra, quité las hojas secas. Empecé a regar, con un preparado para abonarlas.
ESCRITOS DE MI MEMORIA: Relato de un viaje en tren... / Dudas, por Carmen Tomás Asensio
He salido de Zaragoza a las 15’30, con un sol espléndido.
Antes de llegar a Cariñena, una lluvia mansa y clara sacaba brillo a los campos y embellecía las flores en los almendros. Poco a poco, se ha ido oscureciendo el cielo.
Como siempre que viajo, me gusta ponerme al lado de la ventanilla y contemplar el paisaje. He hecho muchas veces este recorrido, Zaragoza-Valencia, pero siempre encuentro vistas nuevas, colores diferentes, según la época, el clima, la luz.
Nunca me parece igual.
ESCRITOS DE MI MEMORIA: Presentación / La Huérguina, por Carmen Tomás Asensio
Yo tenía sólo diez años y acababa de perder a mi madre. Mi padre tuvo que huir al monte, porque lo buscaban para matarlo, como ya habían hecho con dos de sus hermanos. Su delito, tenía otros dos hermanos sacerdotes.
Mis abuelos y mis tíos vivían en una buhardilla de la casa que nos habían requisado en el pueblo. Los niños, mis hermanos, mis primos, repartidos en casas particulares que, al menos, nos daban de comer.
Compartíamos con ellos lo poco que tenían y a cambio les hacíamos pequeños trabajos.
ESCRITOS DE MI MEMORIA: Perspectivas, por Carmen Tomás Asensio
Era un día soleado y tibio del hermoso otoño valenciano.
Fui al centro de la ciudad a recoger unos papeles y regresaba a mi casa, con tiempo para hacer la comida. Creo que eran las 12 ó 12’30 horas, porque la señora que se sentaba a mi lado en el autobús me dijo que iba a recoger a su niño al colegio y ya iba retrasada.
ESCRITOS DE MI MEMORIA: Los amigos / Procesión, por Carmen Tomás Asensio
Procesión a la que asisto. Mucha gente, con sus mejores galas. Ropa, joyas etc, las señoras. Los caballeros, autoridades, de manera especial, traje oscuro.
Un grupo de jóvenes, uniformados con nickis amarillos, siguen las andas que llevan a la Virgen. Digo andas porque no sé cómo se denomina una pequeña plataforma con ruedas, que empujan por turno.
ESCRITOS DE MI MEMORIA: Mi aventura con urgencias, por Carmen Tomás Asensio
Llevaba un par de días con dolor en el hombro y brazo izquierdo. No le daba demasiada importancia. Tengo artrosis y dolores en varias articulaciones, con cierta regularidad.
Se me pasaría. Algún analgésico, la almohadilla eléctrica, descanso,... Así lo iba controlando. El jueves, por la noche, se me agudizó el dolor. Dormí solo a ratos, pero no me preocupó demasiado.
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