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El Renacimiento

El Renacimiento fue una renovación cultural y artística que surgió en Italia en el siglo XIV y se difundió por Europa hasta el siglo XVI. Se inspiró en la antigüedad clásica, el humanismo, la ciencia y el arte. El hombre se convirtió en el centro del universo. Leonardo da Vinci, Miguel Ángel, Rafael y otros fueron sus grandes artistas. El Renacimiento cambió la política, la economía, la religión y la sociedad de su época.

 

(Pintura del recuadro: Nacimiento, de Il Perugino - Pintura del fondo: La Transfiguración, de Rafael)

Un trabajo de… 

La Gioconda, de Leonardo da Vinci

El Renacimiento fue un movimiento cultural y artístico que surgió en Italia en el siglo XIV y se extendió por Europa hasta el siglo XVI. Se caracterizó por el interés en el saber de la razón y en los valores clásicos de la antigüedad grecorromana. El arte renacentista buscó imitar el arte clásico en todas las disciplinas, usando la simetría, el equilibrio y la proporción como principios estéticos. También se consideró al arte como una forma de conocimiento, basada en el estudio de la naturaleza, las ciencias y las humanidades. La figura humana se convirtió en el centro y la medida de todas las cosas. Se desarrollaron nuevos géneros como el retrato individual. Algunas de las técnicas que se perfeccionaron en la pintura renacentista fueron la perspectiva lineal, el claroscuro, la grisalla y el efecto metalizado.

La ciudad ideal, de Piero della Francesca

La perspectiva lineal es una técnica que se usa para crear una ilusión de profundidad y distancia en una superficie plana, como un papel o un lienzo. Consiste en representar las líneas paralelas del objeto o la escena que se quiere dibujar como si convergieran en uno o más puntos de fuga situados en la línea del horizonte. De esta forma, los objetos que están más cerca del observador se ven más grandes y los que están más lejos se ven más pequeños, imitando la forma en que percibimos el espacio tridimensional con nuestra vista. La perspectiva lineal se desarrolló en el Renacimiento italiano, a partir de los estudios de arquitectos e ingenieros como Filippo Brunelleschi y Leon Battista Alberti. Ellos aplicaron principios matemáticos y geométricos para crear representaciones realistas de edificios, paisajes y figuras humanas. Algunos de los artistas que dominaron esta técnica fueron Masaccio, Piero della Francesca, Andrea Mantegna, Leonardo da Vinci y Alberto Durero. Sus obras muestran un gran dominio de la profundidad, la proporción y el volumen, así como un uso innovador de la luz y el color. Ésta es una de las técnicas más importantes y utilizadas en el arte occidental, desde el Renacimiento hasta la actualidad. Ha influido en muchos estilos y movimientos artísticos, como el barroco, el neoclasicismo, el impresionismo, el cubismo y el surrealismo. También se usa en otras disciplinas visuales, como la fotografía, el cine, la arquitectura y el diseño gráfico.

La joven de la perla, de Vermeer

Por su parte, el claroscuro, consistente en el uso de contrastes fuertes entre volúmenes, unos iluminados y otros ensombrecidos, para destacar más efectivamente algunos elementos. Esta técnica permite crear mayores resultados de relieve y modelado de las formas, a través de la graduación de tonos lumínicos. El claroscuro se inspiró en el arte clásico grecorromano y se desarrolló especialmente en el Renacimiento y el Barroco, con artistas como Leonardo da Vinci, Caravaggio y Rembrandt. También se utiliza para resaltar ciertos elementos del cuadro. Así mismo, se denomina claroscuro a la parte de luz reflejada en un objeto, que se proyecta en la parte sombreada de otro adyacente, realzando su volumen.

 

Algunas de las obras más representativas del claroscuro son:

La Virgen con el Niño, Santa Ana y San Juan Bautista, de Leonardo da Vinci

La Virgen con el Niño con Santa Ana y Juan el Bautista, de Leonardo da Vinci, entre 1508 y 1513. Se trata de un estudio preparatorio para un retablo que nunca se completó. Es conocido como el Cartón de Burlington House, porque estuvo expuesto en ese edificio de Londres durante mucho tiempo. Ahora se conserva en la National Gallery de Londres. Es Leonardo usó tiza negra, albayalde y difumino sobre ocho hojas de papel pegadas. Esta obra es un ejemplo de cómo Leonardo usó el claroscuro para crear una luz suave y difusa que envuelve a las figuras sagradas: la Virgen María, su madre Santa Ana, su hijo Jesús y su primo Juan el Bautista. Leonardo también usó la técnica del sfumato, que consiste en difuminar los contornos para crear un efecto de profundidad y lejanía.

La vocación de San Mateo, de Caravaggio

La vocación de San Mateo, de Caravaggio, 1601. Esta obra, que se encuentra en la iglesia de San Luis de los Franceses, en Roma, es un ejemplo de cómo Caravaggio usó el claroscuro para crear un contraste dramático entre la luz y la sombra, enfocando la atención en el momento en que Jesús llama a Mateo para que le siga. Así, Caravaggio también usó la técnica del tenebrismo, que consiste en oscurecer gran parte del fondo y dejar iluminadas solo algunas zonas del primer plano.

Retrato de Fray Antonio Martelli , de Caravaggio

Retrato de Fray Antonio Martelli, de Caravaggio, c. 1608. Esta pintura, que se encuentra en el Palacio Pitti, en Florencia, es otro ejemplo de cómo Caravaggio usó el claroscuro para resaltar la expresividad y el carácter del retratado, un caballero de la Orden de Malta. La cara del fraile se ilumina con una luz intensa que contrasta con el fondo oscuro, creando un efecto de realismo y cercanía. El contraste entre la luz y la sombra resalta los rasgos y las emociones del fraile.

Retrato del joven Rembrandt

Retrato del joven, de Rembrandt, c. 1635. Por otro lado, este retrato, que se encuentra en el Museo del Prado, en Madrid, es un ejemplo de cómo Rembrandt usó el claroscuro para crear una atmósfera íntima y psicológica en sus retratos. La faz del joven se ilumina con una luz suave que proviene de una ventana, mientras que el resto del cuerpo y el fondo quedan en sombra. Rembrandt también usó la técnica del impasto, que consiste en aplicar la pintura al óleo con pinceladas gruesas y visibles, creando un efecto de relieve y textura. La luz y la sombra crean un efecto de intimidad y profundidad psicológica.

La resurrección de Lázaro, de Rembrandt

La técnica de la grisalla es una forma de pintar que se basa en el uso de tonos grises para crear un efecto de relieve y profundidad. Se puede aplicar tanto en pintura monocroma, usando solo grises, como en pintura policroma, usando también colores. En el caso de la pintura policroma, se divide el proceso en dos fases: una fase de grisalla y una fase de color.

 

La fase de grisalla consiste en pintar con una escala de grises, desde el blanco al negro, para definir las formas, las luces y las sombras del objeto o la escena que se quiere representar. Se puede usar cualquier material acuoso, como el temple (una mezcla de pigmentos con cola animal) o el acrílico (una pintura sintética soluble en agua), para crear esta capa base. La intención es crear una diferencia entre las zonas iluminadas y las zonas oscuras, sin usar ningún color.

 

La fase de color consiste en aplicar el color sobre esta capa base, usando veladuras o capas finas y transparentes de pintura que se superponen sobre la grisalla para darle color. Se puede usar cualquier material graso, como el óleo (una mezcla de pigmentos con aceite) o la cera (una mezcla de pigmentos con cera derretida), para crear esta capa final. De este modo, se busca dar vida y realismo al objeto o la escena, usando el color para matizar y enriquecer la grisalla.

 

La técnica de la grisalla se originó en el siglo XII en Francia e Italia, y se desarrolló especialmente en el Renacimiento y el Barroco. Algunos de los artistas que la usaron fueron Leonardo da Vinci, Caravaggio y Rembrandt, para crear obras con un alto grado de realismo y expresividad. Sus obras muestran un gran dominio del claroscuro, la perspectiva y el volumen.

La Anunciación, de Fra Angelico

El efecto metalizado en la pintura renacentista consistía en usar pinturas que contenían partículas metálicas o aplicar polvos o láminas de metal sobre la pintura. Así se creaba un efecto de brillo y reflejo que imitaba el oro, la plata, el cobre o el bronce. El efecto metalizado se usaba para resaltar ciertos elementos de las obras de arte, como los adornos, las joyas, las coronas, las armaduras o los halos de los personajes sagrados. También se usaba para crear contrastes entre las zonas iluminadas y las sombreadas o para dar un aspecto más lujoso y prestigioso a las obras. Algunos ejemplos de pinturas renacentistas que usaron el efecto metalizado son: La Anunciación de Fra Angélico (1430-1432), que usa láminas de oro para decorar el fondo y el halo de la Virgen; La Adoración de los Magos de Gentile da Fabriano (1423), que usa polvo de oro y plata para dar brillo a las vestiduras y los regalos de los reyes; o El Retrato de Federico da Montefeltro y su esposa Battista Sforza de Piero della Francesca (1465-1472), que usa pintura con partículas metálicas para crear un efecto de armadura en el pecho del duque.

La Última Cena, de Leonardo da Vinci

Algunos de los representantes más destacados de la pintura renacentista fueron Leonardo da Vinci, Rafael y Miguel Ángel, que formaron el trío del Alto Renacimiento italiano. Otros pintores importantes fueron Botticelli, Piero della Francesca, Masaccio, Fra Angélico, Mantegna, Paolo Uccello, Tiziano, Tintoretto, Veronés, Durero, Holbein, El Bosco, Brueghel, Velázquez y El Greco. Entre las principales obras se encuentran: La Gioconda, La última cena y La Virgen de las Rocas de Leonardo da Vinci; El nacimiento de Venus, La primavera y El mapa del infierno de Botticelli; La escuela de Atenas, La transfiguración y La Madonna Sixtina de Rafael; La creación de Adán y El juicio final de Miguel Ángel; Las meninas, Las hilanderas y El triunfo de Baco de Velázquez; entre otras.

La Escuela de Atenas, de Rafael

Las características que definen al arte renacentista son:

 

Su inspiración en el arte clásico grecorromano, buscando imitar su belleza, armonía y proporción. Los artistas renacentistas estudiaron las obras antiguas y las incorporaron a sus creaciones, tanto en los temas como en el estilo.

 

Su interés por el estudio de la naturaleza y las ciencias, aplicando conocimientos de geometría, anatomía, perspectiva, claroscuro y otros campos. Los artistas renacentistas querían representar el mundo de forma realista y precisa, usando técnicas como el fresco, el óleo y el temple.

El triunfo de Baco, de Velázquz

El hecho de que se centrara en la figura humana, considerándola como el centro y la medida de todas las cosas. Los artistas renacentistas retrataron al ser humano con naturalidad y expresividad, mostrando sus emociones, personalidades y estados de ánimo. También desarrollaron nuevos géneros como el retrato individual y el desnudo.

 

Asimismo, el arte renacentista se relacionó con el humanismo, una corriente filosófica que valoraba la dignidad, la libertad y la capacidad creativa del ser humano. Los artistas renacentistas se vieron a sí mismos como creadores originales y no como simples artesanos, y buscaron el reconocimiento social y cultural de su trabajo. Algunos de ellos firmaron sus obras, escribieron tratados sobre el arte o fueron biografiados por otros autores.

La Virgen de las rocas, de Leonardo da Vinci

El Renacimiento tuvo una gran repercusión en la historia posterior del arte, ya que marcó un cambio de paradigma en la forma de concebir y crear las obras artísticas. Algunas de las consecuencias del Renacimiento en el arte fueron:

 

El desarrollo de la perspectiva lineal, que permitió representar la profundidad y el espacio tridimensional de forma más realista y matemática. Esta técnica fue iniciada por Filippo Brunelleschi y perfeccionada por artistas como Leonardo da Vinci, Rafael o Miguel Ángel.

La Transfiguración, de Rafael

El uso de la proporción áurea, que se basa en una relación matemática entre las partes de un todo, buscando la armonía y el equilibrio. Esta proporción se aplicó tanto en la arquitectura como en la pintura y la escultura, siguiendo el modelo de la antigüedad clásica. Un ejemplo famoso es el Hombre de Vitruvio de Leonardo da Vinci.

 

El interés por el naturalismo y el realismo, que se manifestó en el estudio minucioso de la anatomía humana, el movimiento, la luz, el color y la expresión. Los artistas renacentistas buscaron plasmar la belleza y la perfección de la naturaleza y del ser humano, inspirándose en los cánones clásicos, pero también en la observación directa. Así, surgieron obras maestras como La Gioconda de Leonardo da Vinci, La Primavera de Sandro Botticelli o David de Miguel Ángel.

La Madona Sixtina, de Rafael

La diversificación de los temas y los géneros artísticos, que se ampliaron más allá de los asuntos religiosos. Los artistas renacentistas exploraron temas como la mitología, la historia, el retrato, el paisaje o el bodegón, dando lugar a nuevas formas de expresión y comunicación. También se valoró el arte como forma de conocimiento y como medio para transmitir ideas filosóficas, políticas o científicas.

 

El surgimiento del concepto de artista como creador individual y genial, que se distingue del artesano medieval por su formación científica, su conciencia histórica y su estatus social. Los artistas renacentistas se liberaron de las restricciones gremiales y buscaron el reconocimiento y el mecenazgo de las cortes, las familias nobles o la Iglesia. Algunos de ellos fueron considerados verdaderos maestros universales, como Leonardo da Vinci o Miguel Ángel.

La creación de Adán, de Miguel Ángel

El Renacimiento no se limitó a la pintura, sino que tuvo una gran influencia en otras disciplinas artísticas, como la escultura, la arquitectura, la literatura y la música. Algunos ejemplos de cómo se manifestó esta influencia son:

 

La escultura renacentista se inspiró en el arte clásico para crear obras que mostraran la belleza y la perfección del cuerpo humano, así como su expresividad y movimiento. Algunos de los escultores más destacados fueron Miguel Ángel, Donatello, Lorenzo Ghiberti y Andrea del Verrocchio. Entre las principales obras se encuentran: El David, La Piedad y El Moisés de Miguel Ángel; El San Jorge, El David y El Zuccone de Donatello; La puerta del paraíso, El sacrificio de Isaac y San Juan Bautista de Ghiberti; entre otras.

El Juicio Final, de Miguel Ángel

La arquitectura renacentista se basó en los principios de la geometría, la simetría y la proporción para crear edificios que reflejaran el orden y la armonía del universo. Algunos de los arquitectos más importantes fueron Filippo Brunelleschi, Leon Battista Alberti, Bramante y Palladio. Entre las principales obras se hallan: La cúpula de Santa María del Fiore, el Palacio Pitti y el Hospital de los Inocentes de Brunelleschi; La basílica de San Pedro, el Templete de San Pietro in Montorio y la Villa Farnesina de Bramante; El palacio Farnesio, la Villa Madama y el Palacio Massimo alle Colonne de Sangallo; entre otras.

Las Meninas, de Velázquez

La literatura renacentista se caracterizó por el uso de las lenguas vernáculas, el desarrollo de nuevos géneros como el ensayo y el teatro, y el interés por los temas humanos y universales. Algunos de los escritores más representativos fueron Dante Alighieri, Petrarca, Boccaccio, Erasmo de Rotterdam, Thomas More, William Shakespeare y Miguel de Cervantes. Entre las principales obras se destacan: La divina comedia, El convivio y De vulgari eloquentia de Dante Alighieri; El Decamerón, Elegía de Madonna Fiammetta y Filocolo de Boccaccio; Los sonetos, Romeo y Julieta y Hamlet de Shakespeare; El príncipe, Discursos sobre la primera década de Tito Livio y El arte de la guerra de Maquiavelo; Don Quijote de la Mancha, Novelas ejemplares y La Galatea de Cervantes; entre otras.

Las hilanderas, de Velázquez

La música renacentista se distinguió por el uso de la polifonía, la armonía y el contrapunto, así como por la variedad de formas musicales como el madrigal, el motete y la misa. Algunos de los compositores más relevantes fueron Josquin des Prez, Giovanni Pierluigi da Palestrina, Orlando di Lasso y Tomás Luis de Victoria.

 

En conclusión, el Renacimiento fue una época de gran innovación y experimentación artística, que influyó en los movimientos posteriores como el manierismo, el barroco o el neoclasicismo.

El entierro del Conde de Orgaz, El Greco

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