Esta historia sería desarrollada por el poeta alemán Wolfram
von Eschenbach en el poema épico Parcival, la mayor epopeya alemana de su época que siglos más tarde sería la base de las obras de Wagner, donde el grial tiene un significado mucho
más profundo y místico representándolo como una piedra preciosa caída del cielo que proporciona los alimentos más selectos que alguien podría desear, pero Perceval no se lo cree. Al volver a la corte
del rey Arturo, Sigune le regaña enojada por no haber preguntado a Anfortas el significado de la procesión y el Grial, por lo que Perceval se embarca en una búsqueda del Grial.
Perzival es una historia de despertar espiritual donde se detalla la evolución de un personaje desde su estado inicial de caos y dudas, hacia uno de autoaceptación, gracia y
paz.
También en tierras germanas apareció, Diu Krône,
una versión en prosa de los poemas de Robert de Boron en el que se convertía al caballero y sobrino del rey Arturo, Gawain, en el héroe de la búsqueda y defensa del Santo Grial, mientras que
otro texto en prosa y también versión de Boron, pero en esta ocasión de autoría francesa dentro del denominado Ciclo de la Vulgata, La Búsqueda del Santo Grial, se introduce otro
nuevo héroe, el caballero Galahad, hijo de Lancelot, aunque transformando esta búsqueda la consecución de una unión mística con Dios, convirtiendo al caballero Galahad en héroe ideal del
Grial gracias a su pureza, pues solo con pureza se podía mirar directamente a Dios y contemplar los misterios divinos que la lengua humana no puede describir, tal como enseñaban las ideas de
San Bernardo de Claraval, el monje cisterciense y místico, fundador y abad del la abadía de Clairvaux, nacido en 1090, quien consideraba que el ascenso de un individuo hacia la perfección en la vida
mística se basaba en varias etapas que coinciden con los estados de gracia en la búsqueda del Grial.
El Ciclo de la Vulgata o Ciclo de
Lancelot-Graal es una serie de cinco novelas en prosa escritas de forma anónima en francés a principios del siglo XIII y centradas en las leyendas de Lanzarote y el Santo Grial, en la
cuales, como también en las obras en verso, aunque cristianizados, aparecen elementos paganos y todas ellas están influenciadas por la moda del momento, el amor cortés, que desafiaba las enseñanzas
de la Iglesia sobre el matrimonio, la fidelidad o el propósito de la vida, sin embargo, la Iglesia guardó silencio ante ello.