Jaan Kross nació el 19 de febrero de 1920, en Tallín, la misma ciudad donde falleció el 27 de diciembre de
2007.
Jaan Kross fue un poeta y novelista estonio que renovó el
contenido y la forma de la poesía de su país. Cursó estudios en la Escuela de Gramática Jakob Westholm, época sobre la que escribió la novela Los muchachos Wikman (1988). Posteriormente se
graduó en Derecho por la Universidad de Tartu, donde enseñó como profesor hasta 1946 y nuevamente en 1998.
Durante la Segunda Guerra Mundial fue arrestados por los
alemanes y, al concluir ésta, por la KGB soviética, cumpliendo una pena de ocho años en un campo de trabajo en Siberia, donde compondría los poemas de su primera colección, Söerikastaja
(1958).
Comenzó a escribir prosa a mediados de la década de los
sesenta con un guion cinematográfico, Una crónica de Livonia, sobre la vida de Balthasar Russow, que sería el origen de su primera novela, Entre tres plagas (1970). A ella le
siguieron una serie de relatos cortos describiendo figuras de la historia de Estonia o hechos de su propia experiencia, personajes de origen alemán o estonio, cultos, pero al margen de la sociedad,
que se enfrentan dilemas morales de algún tipo.
Aunque sus trabajos tienen un carácter psicológico, Kross no
subestimaba el tiempo ni el espacio donde estos se desenvuelven, por lo que intentaba ser bastante preciso en las descripciones y en los detalles históricos, como se puede comprobar en El loco
del zar (1978), donde refleja el terrible destino de aquellos disidentes que eran declarados locos por criticar el régimen zarista, o en Vuelo estático (1998), en la que se describe la
valentía de aquellas personas que se enfrentan a un destino totalmente adverso, como, así mismo, en La partida del profesor Martens (1984), basada en el diplomático y jurista ruso Frederic
Martens.
También son muy importantes las novelas autobiográficas, en
la que, a partir de sus propias vivencias, va describiendo la pérdida de la soberanía de Estonia a finales de los años treinta y principios de los cuarenta, como en Tahtamaa
(2001).
A parte de las novelas y la poesía, Kross también fue un
gran articulista y traductor, siendo un eterno candidato el Premio Nobel que nunca le llegó.