Pequeña Poesía:
Entrega quinta.
Dejé tu recuerdo sobre la arena,
en palabras como surcos,
en surcos como heridas,
para que el mar lo borrara;
hielo se hizo el agua
y el universo pudo verlo.
Ahora soy esclavo de la noche
que me castiga con cien cristales
rotos por cada letra de tu nombre.
Antonio Cruzans