Rimbaud tuvo una vida corta, intensa y aventurera. Nació en
1854 en Charleville, Francia, en una familia burguesa. Su padre era un militar ausente y su madre una mujer estricta y piadosa. Fue un niño genial y precoz poeta. A los dieciséis años se escapó de
casa y viajó a París, donde se enamoró del poeta Verlaine, con quien vivió dos años de pasión y conflicto. Juntos recorrieron Europa al margen de la sociedad, entre alcohol, drogas y violencia. En
1873, Verlaine le disparó a Rimbaud en una pierna y fue a la cárcel. Rimbaud volvió a su pueblo y escribió su obra cumbre: Una temporada en el infierno. A los veinte años, dejó la poesía y
viajó por el mundo como comerciante, explorador y traficante de armas. Visitó Chipre, Yemen, Etiopía y Somalia, entre otros. En 1891, un cáncer óseo le hizo volver a Francia. Murió en Marsella a los
37 años. Su obra poética fue redescubierta y admirada por las generaciones posteriores como una de las más revolucionarias de la literatura francesa y universal.