Y, por último, La llama es el tercer volumen de la
trilogía autobiográfica de Arturo Barea, siendo publicado en 1946. En él, el autor narra su experiencia como periodista y censor en Madrid durante la Segunda República y la Guerra Civil española,
entre 1931 y 1938. Barea describe con detalle y rigor los acontecimientos políticos, sociales y culturales que marcaron esos años decisivos para la historia de España, así como su participación
activa en la defensa de la democracia y el socialismo frente al fascismo. El protagonista se ve involucrado en los sucesos más relevantes de la época, como la quema de conventos, el asalto al Cuartel
de la Montaña, el sitio de Madrid, las tensiones entre las fuerzas republicanas, las charlas por la radio como "la voz incógnita de Madrid" o el bombardeo de Guernica. Al mismo tiempo, relata su vida
personal, marcada por su divorcio, su matrimonio con Ilsa Kulcsar y su posterior exilio a Inglaterra. La llama testimonia el compromiso y el amor de un hombre con su país y con su causa, y
ofrece una visión lúcida y crítica de la guerra civil y sus consecuencias.
El resto de la producción literaria de Arturo Barea se
compone principalmente de obras autobiográficas, ensayísticas y periodísticas, escritas en español y en inglés, entre las que destacan: Valor y Miedo (1938), una colección de artículos sobre
la Guerra Civil; La Raíz Rota (1955), una novela sobre el exilio; Cuentos Completos (2006), una recopilación de relatos cortos; Una Paella en Marruecos (2012), un libro de
viajes; Unamuno (2020), un ensayo sobre el escritor vasco; y Contra el Fascismo (2023), una selección de sus charlas radiofónicas.
El estilo de Barea se caracteriza por un realismo crítico y
reflexivo, que combina la narración ágil y directa con el análisis histórico y social. Utiliza un lenguaje sencillo y coloquial, que capta el habla y el humor popular, aunque no desprecia la
utilización de recursos literarios como la ironía, el sarcasmo, la metáfora o la personificación para expresar sus ideas y sentimientos. Barea es un escritor comprometido con la verdad y la justicia,
que denuncia las injusticias y las falsedades de la sociedad en la que vive. Así mismo es un escritor testimonial, que ofrece una visión personal y colectiva de la historia de España en la primera
mitad del siglo XX. En definitiva, Barea es un escritor forjado en el exilio, que trasciende su contexto histórico y geográfico para abordar temas universales como la identidad, la libertad, la
guerra y el exilio.