Fundido en negro

Hércules Poirot: el detective belga más famoso de la historia

Hércules Poirot, el genial detective creado por la reina del crimen, Agatha Christie, es un personaje inolvidable, que ha cautivado a millones de lectores y espectadores con sus aventuras y sus misterios.

Un trabajo de…

Su origen es belga, pero su fama es mundial. Su profesión es la de detective privado, pero su pasión es la de resolver los enigmas más difíciles y sorprendentes con su mente prodigiosa y sus legendarias “células grises”. Su estilo es el de un caballero elegante, refinado y meticuloso, que cuida hasta el más mínimo detalle de su aspecto y de su trabajo. Su seña de identidad es el bigote más perfecto y pulcro que jamás se haya visto. Su compañía es la de sus fieles colaboradores: el capitán Hastings, su amigo y ayudante; Miss Lemon, su eficiente secretaria; y el inspector Japp, su contacto en Scotland Yard.

Poirot ha sido el protagonista de 33 novelas y 50 relatos cortos escritos por Agatha Christie, que lo convirtieron en uno de los personajes más populares e influyentes de la literatura policiaca. Sus historias han sido adaptadas al cine y a la televisión, con actores como Albert Finney, Peter Ustinov o David Suchet dando vida al detective. Algunas de sus obras más famosas son Asesinato en el Orient Express, Muerte en el Nilo o Telón, donde Poirot muere. Poirot ha sido comparado con otros grandes detectives como Sherlock Holmes o Auguste Dupin, pero tiene una personalidad única e inconfundible.

 

Poirot es un hombre de contrastes: por un lado, es ordenado y metódico hasta la obsesión, le gusta la simetría, la limpieza, el confort y las líneas rectas; por otro lado, es ingenioso y sagaz, capaz de resolver los casos más complicados y retorcidos con su lógica implacable y sus famosas “células grises”. Su método se basa en observar, escuchar, razonar y deducir, sin dejarse engañar por las apariencias o las pistas falsas. Su talento para ver lo que otros no ven y para anticiparse a los movimientos del criminal lo convierten en un detective excepcional. Pero también es un hombre vanidoso y orgulloso, que se precia de ser el mejor detective del mundo y que no pierde ocasión de presumir de sus éxitos y de su reputación. Su rasgo más distintivo es el engominado bigotito que cuida y recorta con un cuidado casi obsesivo. También le gusta impresionar a sus clientes y a sus amigos con su teatralidad y su elegancia. Aunque no por ello deja de ser una persona amable y cortés, pues Poirot es un caballero que respeta las normas de etiqueta y de buenos modales. Trata con deferencia a las damas, a los ancianos y a los niños, y se muestra compasivo con las víctimas y los inocentes, sin dejar, a veces, de resultar irónico o sarcástico, pero nunca grosero ni violento. Su sentido del humor es fino y refinado.

Su aspecto físico es el de un hombre bajito, pero digno; con la cabeza ovalada e inclinada hacia un lado; con la nariz rosada y los ojos pequeños y penetrantes; con el rostro expresivo e inteligente; y con el bigote más perfecto y pulcro que jamás se haya visto. Su vestimenta es siempre impecable y elegante: le gustan los trajes oscuros, los chalecos de colores, las corbatas de seda y los zapatos brillantes.

 

Hércules Poirot no solo es un gran detective, sino también un gran conversador. Su curiosidad y su encanto le han permitido conocer a personas de todo tipo y de todo el mundo, con las que ha establecido relaciones sociales muy variadas e interesantes. Algunas de estas personas son:

 

El capitán Arthur Hastings, su mejor amigo y compañero de aventuras. Se conocieron durante la Primera Guerra Mundial, cuando Poirot era un policía belga refugiado en Inglaterra y Hastings era un oficial del ejército británico. Desde entonces, han colaborado en numerosos casos, y Poirot suele apreciar la lealtad, el valor y el sentido común de Hastings, aunque también se divierte con su falta de imaginación y su ingenuidad. Hastings es el narrador de muchas de las novelas y relatos de Poirot.

 

Miss Felicity Lemon, su secretaria personal y su mano derecha. Es una mujer muy eficiente y organizada que se encarga de llevar la agenda, la correspondencia y las finanzas del detective. Su habilidad para mantener el orden y el método en su oficina es admirada por Poirot, que confía plenamente en ella para gestionar sus asuntos. Miss Lemon es una persona discreta, seria y poco expresiva, que rara vez se equivoca o se distrae.

 

El inspector James Japp, su contacto en Scotland Yard. Es un alto funcionario de la policía metropolitana de Londres, que respeta a Poirot por su inteligencia y su experiencia, aunque a veces se irrita por su arrogancia y su teatralidad. Japp suele solicitar la ayuda de Poirot para resolver los casos más difíciles o delicados, y reconoce sus méritos cuando los resuelve.

 

Ariadne Oliver, su amiga íntima y colega escritora. Es una escritora británica de novelas policiacas, que se caracteriza por su excentricidad, su imaginación y su pasión por las manzanas. Oliver comparte con Poirot su afición por los misterios y los crímenes, y suele involucrarse en situaciones peligrosas o complicadas que requieren la intervención de Poirot. Oliver le proporciona información valiosa para sus investigaciones, y también le hace partícipe de sus opiniones y experiencias como escritora. Oliver es considerada como un alter ego de Agatha Christie.

 

La Condesa Vera Rossakoff, su amor imposible y rival ocasional. Es una mujer rusa, bella, seductora y misteriosa, que tiene una larga historia de amor y odio con Poirot. Rossakoff es una ladrona profesional que utiliza sus encantos para conseguir sus objetivos, y que a menudo se enfrenta a Poirot en sus planes delictivos. Sin embargo, también hay una fuerte atracción entre ellos, y Poirot siente una debilidad por ella que le impide detenerla o denunciarla. Rossakoff es la única mujer por la que Poirot ha mostrado un interés romántico.

Hércules Poirot no solo ha conocido a personas interesantes y amables, sino también a personas malvadas y peligrosas. A lo largo de su carrera como detective, se ha enfrentado a algunos de los peores criminales de la historia, tanto en las novelas como en las adaptaciones televisivas o cinematográficas. Algunos de ellos son:

 

El asesino de Ratchett: En la novela Asesinato en el Orient Express, Poirot tiene que resolver el crimen de un hombre llamado Ratchett, que resulta ser el secuestrador y asesino de una niña llamada Daisy Armstrong. Poirot descubre que todos los pasajeros del tren, excepto él y su amigo el doctor Constantine, están relacionados con la familia Armstrong y que han participado en el asesinato de Ratchett como venganza. Poirot se enfrenta a un dilema moral, ya que simpatiza con los motivos de los asesinos, pero al mismo tiempo tiene que cumplir con la ley. Finalmente, decide ofrecer dos soluciones posibles al caso: una en la que el asesino es un desconocido que escapó del tren, y otra en la que todos los pasajeros son culpables. Deja que las autoridades elijan la que prefieran.

 

El coronel Race: En la novela Muerte en el Nilo, Poirot se encuentra con el coronel Race, un agente secreto británico que está tras la pista de un asesino internacional conocido como “el Chacal”. Race sospecha que el Chacal se encuentra entre los pasajeros del barco donde Poirot viaja por el Nilo, y le pide su colaboración para identificarlo. Sin embargo, Race también tiene sus propios intereses y planes, y no siempre es sincero con Poirot. Además, Race resulta ser el verdadero amor de Jacqueline de Bellefort, una de las sospechosas del asesinato de Linnet Doyle, la esposa de su exnovio Simon Doyle. Race intenta proteger a Jacqueline de la justicia, lo que le lleva a entrar en conflicto con Poirot.

 

Lord Edgware: En la novela Lord Edgware muere, Poirot se ve involucrado en el caso del asesinato de Lord Edgware, un aristócrata inglés que estaba casado con la famosa actriz Jane Wilkinson. Jane le había pedido a Poirot que convenciera a su marido de concederle el divorcio, pero al día siguiente de su visita, Lord Edgware aparece muerto en su estudio. Jane tiene una coartada sólida, ya que estaba cenando con doce personas en un restaurante a la hora del crimen. Sin embargo, Poirot descubre que Jane tiene una doble personalidad, y que es capaz de imitar a la perfección la voz y los gestos de otras personas. Jane resulta ser la asesina de Lord Edgware y de otras dos víctimas más, y se enfrenta a Poirot con su astucia y su audacia.

Hércules Poirot es un detective muy profesional y respetuoso, pero también tiene un estilo propio y singular para tratar con sus clientes. Poirot es un detective muy solicitado y reconocido, que cobra tarifas elevadas por sus servicios, pero que también es selectivo y exigente a la hora de aceptar un caso. Solo le interesan los casos que supongan un reto intelectual para sus “células grises”, y que le permitan demostrar su superioridad sobre la policía y otros detectives. A veces, rechaza casos que le parecen demasiado simples o vulgares, o que no le inspiran confianza o simpatía. Poirot trata a sus clientes con cortesía y deferencia, pero también con autoridad y firmeza. Les pide que le cuenten todo lo que sepan sobre el caso, sin omitir ningún detalle, por insignificante que parezca. Les hace preguntas incisivas y perspicaces, y les advierte que no tolera las mentiras ni las ocultaciones. Les da instrucciones precisas sobre lo que deben hacer o no hacer, y les exige que confíen en su criterio y en su método. Poirot suele impresionar a sus clientes con su teatralidad y su elegancia. Les recibe en su lujoso apartamento de Londres, donde les ofrece té, café o chocolate caliente. Les muestra su colección de objetos exóticos y curiosos, como una estatuilla de un dios egipcio o una caja de música china. Les habla de sus experiencias y de sus casos más famosos, y les hace alarde de su reputación y de sus contactos internacionales. Poirot también se preocupa por el bienestar y la seguridad de sus clientes, especialmente si son víctimas o inocentes. Les ofrece su apoyo moral y emocional, y les protege de posibles amenazas o peligros. Les ayuda a recuperar lo que han perdido o a obtener lo que merecen, ya sea justicia, amor o dinero. Les muestra compasión y empatía, y les hace ver el lado positivo de las cosas.

Poirot es un personaje muy complejo y fascinante, que tiene algunas debilidades, obsesiones y vicios que lo hacen más humano y atractivo. Una de sus debilidades es la condesa Vera Rossakoff, de quien ya hemos hablado anteriormente. Una de sus obsesiones es el orden y el método, que aplica tanto a su trabajo como a su vida personal. Poirot es atildado hasta el extremo, su apariencia personal es siempre impoluta y adora la simetría, la limpieza, las comodidades, la calefacción central y la línea recta: en su apartamento no existen muebles ni adornos de líneas curvas. Poirot también se obsesiona con los detalles más insignificantes, que a veces resultan ser claves para resolver los casos, pero otras veces solo le distraen o le confunden. Uno de sus vicios es el chocolate caliente, que le gusta tomar a cualquier hora del día o de la noche. Poirot tiene una receta especial para preparar el chocolate caliente, que consiste en calentar la leche con una vaina de vainilla y luego añadir el chocolate rallado. Poirot considera el chocolate caliente como un placer y un estímulo para sus “células grises”, y lo ofrece a sus clientes y amigos cuando les recibe en su apartamento.

Hércules Poirot es un personaje muy reservado y misterioso, que no suele revelar mucho sobre su pasado. Nació en Spa, Bélgica, en 1850, y fue el segundo de los tres hijos de un policía retirado y una modista. Su padre murió cuando él tenía cinco años, y su madre cuando tenía veintitrés. Su hermano mayor, Achille, se dedicó a la medicina, y su hermana menor, Marie, se casó con un granjero. Poirot se unió a la policía belga a los veinte años, y pronto se destacó por su inteligencia y su habilidad para resolver los casos más difíciles. Llegó a ser jefe de la policía de Bruselas, y tuvo una brillante carrera hasta que estalló la Primera Guerra Mundial. En 1914, Bélgica fue invadida por Alemania, y Poirot tuvo que huir a Inglaterra como refugiado. Allí conoció al capitán Arthur Hastings, con quien inició su amistad y su colaboración como detective privado. Poirot nunca se casó ni tuvo hijos, pero sí tuvo algunos romances fugaces y platónicos. El más importante fue con la condesa Vera Rossakoff, una ladrona profesional que lo sedujo y lo engañó en varias ocasiones. Poirot sintió una debilidad por ella que le impidió detenerla o denunciarla. Poirot vivió en Londres durante la mayor parte de su vida, en un lujoso apartamento en el edificio Whitehaven Mansions. Allí recibía a sus clientes y amigos, y les ofrecía té, café o chocolate caliente. También viajó por todo el mundo para resolver los casos más complejos y misteriosos, visitando lugares como Egipto, Irak, Turquía o Suiza. Su última aventura fue en Styles Court, la mansión donde resolvió su primer caso con Hastings. Allí murió de un ataque al corazón en 1949, a los 99 años de edad.

Poirot no suele utilizar armas en sus casos, ya que prefiere confiar en su inteligencia y en su método para resolver los misterios. Sin embargo, hay algunas excepciones en las que Poirot ha recurrido al uso de armas, ya sea para defenderse o para hacer justicia. Algunos ejemplos son:

 

En la novela El misterioso caso de Styles, el primer caso de Poirot, este dispara a un espía alemán que intenta matarlo con una pistola. Poirot le dispara en el brazo y le quita el arma, pero no lo mata.

 

En la novela Asesinato en Mesopotamia, Poirot utiliza una pistola para disparar a un asesino que se esconde en una tumba antigua. Poirot le dispara en la pierna y le impide escapar, pero no lo mata.

 

En la novela Telón, el último caso de Poirot, este utiliza una jeringa con cianuro para matar a un asesino en serie que ha escapado de la justicia durante años. Poirot le inyecta el veneno y finge que ha sido un suicidio, pero luego confiesa su crimen a Hastings antes de morir.

 

Estos son algunos casos en los que Poirot ha utilizado armas, pero son muy raros y excepcionales, ya que Poirot no aprueba la violencia ni el asesinato. Poirot es un detective pacífico y civilizado, que se basa en sus famosas “células grises” para resolver los casos más difíciles y enrevesados.

Los casos más interesantes de Poirot son aquellos que ponen a prueba su ingenio, su método y sus “células grises”. Hay muchos casos que podrían considerarse interesantes, pero algunos de los más destacados son:

 

El asesinato de Roger Ackroyd: En esta novela, Poirot tiene que resolver el crimen de un rico industrial que es apuñalado en su estudio. El caso tiene varios sospechosos, pistas falsas y giros inesperados, y culmina con una de las revelaciones más sorprendentes y originales de la historia de la literatura policiaca.

 

Asesinato en el Orient Express: En esta novela, de la que ya hemos hablado anteriormente, Poirot tiene que resolver el crimen de un hombre llamado Ratchett, que resulta ser el secuestrador y asesino de una niña llamada Daisy Armstrong. Poirot descubre que todos los pasajeros del tren, excepto él y su amigo el doctor Constantine, están relacionados con la familia Armstrong y que han participado en el asesinato de Ratchett como venganza. Poirot se enfrenta a un dilema moral, ya que simpatiza con los motivos de los asesinos, pero al mismo tiempo tiene que cumplir con la ley.

 

Los cinco cerditos: En esta novela, Poirot tiene que resolver el crimen de un famoso pintor llamado Amyas Crale, que fue envenenado por su esposa Caroline hace dieciséis años. La hija de los Crale, Carla, le pide a Poirot que reabra el caso, ya que está convencida de la inocencia de su madre. Poirot entrevista a las cinco personas que estaban presentes el día del crimen: los cinco cerditos del título. Cada uno tiene una versión diferente de lo ocurrido, y Poirot tiene que reconstruir la verdad a partir de sus testimonios.

En conclusión, el personaje de Hércules Poirot se trata de un detective extraordinario, que ha resuelto los casos más difíciles y misteriosos con su inteligencia, su método y sus “células grises”. Poirot es un personaje muy complejo y fascinante, que tiene una personalidad única y un estilo inconfundible. Es un hombre meticuloso, refinado, orgulloso, vanidoso, cortés, amable, compasivo y astuto. También tiene una gran reputación y una larga trayectoria como detective privado, que le ha llevado a viajar por todo el mundo y a conocer a muchas personas de diferentes ámbitos y nacionalidades. Poirot tiene algunos amigos fieles, como el capitán Hastings, Miss Lemon, el inspector Japp o Ariadne Oliver, pero también algunos enemigos o rivales, como el asesino de Ratchett, el coronel Race o Lord Edgware. Poirot tiene algunas debilidades, obsesiones y vicios, como la condesa Vera Rossakoff, el orden y el método o el chocolate caliente. Poirot tiene un pasado misterioso y reservado, que se remonta a su nacimiento en Bélgica en 1850 y a su carrera como policía en Bruselas. Y, finalmente, Poirot murió en 1949 en Styles Court, la mansión donde resolvió su primer caso con Hastings, después de enfrentarse a su último y más peligroso enemigo.

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