Bradbury utiliza un estilo poético y melancólico para
describir el paisaje y la cultura marcianos, que contrastan con la violencia y la destrucción que traen los humanos.
Marte simboliza varias cosas en la obra. Por un lado,
representa la frontera, el desafío y la oportunidad de los humanos de explorar y conquistar un nuevo mundo. Por otro lado, también simboliza la alteridad, la diferencia y el misterio de los
marcianos, que poseen una cultura y una sensibilidad distintas a las humanas. Además, Marte también simboliza la nostalgia, la soledad y el fracaso de los humanos, que no logran adaptarse ni respetar
el planeta rojo, y que terminan abandonándolo o siendo absorbidos por él.
Hay muchos otros símbolos en la obra. Por ejemplo, el cohete
simboliza el progreso tecnológico, pero también la invasión y la destrucción. El fuego simboliza la vida, pero también la muerte y el renacimiento. El libro simboliza la cultura, pero también la
rebeldía y la resistencia. El espejo simboliza la identidad, pero también la ilusión y el engaño. El desierto simboliza la soledad, pero también la libertad y la esperanza.
Hay dos referencias visuales que resultan curiosas: una es
que el polvo del llamado Planeta Rojo sea azul y la otra que el color de la Tierra, el Planeta Azul, desde Marte se vea verde. Pero parece ser que ambas tienen una explicación: El polvo de Marte es
azul porque tiene unas partículas muy finas que dispersan la luz azul de forma más eficiente que los otros colores. Esto hace que el cielo de Marte se vea azul al amanecer y al atardecer, cuando la
luz atraviesa una mayor cantidad de atmósfera. En cambio, el cielo se ve rojizo durante el día, porque el polvo refleja la luz roja del Sol. La Tierra se ve verde desde Marte porque tiene una gran
superficie cubierta de vegetación, que absorbe la luz roja y azul y refleja la luz verde. También se ve azul en algunas zonas por el agua de los océanos, que refleja la luz azul del cielo. La Tierra
se ve azul desde el espacio porque su atmósfera dispersa la luz azul del Sol, pero desde Marte esa dispersión es menos visible por la distancia.
Los marcianos, según Bradbury, son seres muy diferentes a
los humanos. Tienen una piel de color café con leche, unos ojos dorados y unas manos delicadas con cuatro dedos. Poseen una mente telepática, que les permite comunicarse entre ellos y con otros
seres, pero también les hace vulnerables a las emociones ajenas. Su cultura es avanzada y pacífica, basada en la armonía con la naturaleza y el arte. Su religión politeísta venera a varios dioses
relacionados con los elementos y los astros. Y tienen una historia antigua y rica, que se remonta a miles de años atrás.
Los marcianos desempeñan un papel importante en la obra. Por
un lado, son el contraste y el antagonista de los humanos, que los ven como una amenaza o una curiosidad. Por otro lado, también son el reflejo y el aliado de los humanos, que los usan como
proyección de sus deseos o sus miedos. Además, los marcianos también son el testimonio y la advertencia de los humanos, que aprenden de su historia y su destino.
Sin embargo, los marcianos reciben de los humanos un trato
injusto y cruel. Los ignoran, los desprecian, los matan o los explotan, sin respetar su cultura, su dignidad o su vida. También destruyen el planeta de los marcianos, alterando su ecosistema y su
paisaje. Los terrestres no aprenden nada de los marcianos, sino que los imponen sus propios valores y costumbres. Los humanos son egoístas, violentos y destructivos, y no merecen el planeta de los
marcianos.
Aunque también hay algunos humanos que tratan bien a los
marcianos, o al menos que intentan comprenderlos y respetarlos. Por ejemplo, el padre Peregrine, que se interesa por la religión marciana y dialoga con un anciano sacerdote marciano. O el señor Ttt,
que se hace amigo de un marciano llamado Muu y le ayuda a escapar de los humanos. O el señor LaFarge y su esposa, que adoptan a un marciano huérfano que se hace pasar por su hijo fallecido. Estos
humanos muestran que es posible la convivencia y la amistad entre las dos especies, si hay tolerancia y empatía.