"(...)Se atrevió también la princesa, sin saber a quién montaba, a sentarse sobre el lomo del toro; entonces el dios, apartándose poco a poco de la tierra y de la arena seca(...). Se asusta Europa y vuelve su mirada a la costa que, raptada, va dejando atrás, y con la diestra agarra un cuerno, apoya la otra sobre el lomo; tremolantes, sus ropas se ondulan con el viento".
Ovidio (Metamorfosis. Libro II)
La pintura que he seleccionado lleva por título “El rapto de Europa” y es obra del pintor flamenco Pedro Pablo Rubens, realizada entre 1636 y 1637 en óleo sobre tabla de 18,9 y 13,7 cm, para la Torre de la Parada, basándose en el lienzo homónimo de Tiziano y que actualmente se encuentra en el Museo del Prado de Madrid
Europa era la hija del rey Agenor, y una de las mujeres más hermosas del mundo. Un día, mientras paseaba por un prado junto al mar, Zeus la vio y se enamoró perdidamente de ella. Pero Zeus no podía acercarse a Europa como un dios, así que se disfrazó de un toro blanco y se unió al rebaño que pastaba cerca de ella. Europa se sintió atraída por el toro, que parecía manso y noble, y se acercó a acariciarlo. El toro se dejó hacer, y luego invitó a Europa a subirse a su lomo. Cuando ella lo hizo, el toro corrió hacia el mar y la llevó nadando hasta la isla de Creta. Allí, Zeus se reveló como el dios que era y se casó con Europa. Juntos tuvieron tres hijos: Minos, Radamantis y Sarpedón, que fueron reyes de Creta y jueces en el inframundo.
El padre de Europa, al enterarse del rapto de su hija, mandó a su hijo Cadmo a buscarla. Pero Cadmo no pudo encontrarla, y fue al oráculo de Delfos a pedir consejo. El oráculo le dijo que dejara de buscar a Europa y que siguiera a una vaca hasta donde se detuviera. Allí debía fundar una ciudad. Cadmo obedeció y fundó la ciudad de Tebas.
Este mito no es solo una historia de amor y seducción, sino que también muestra la conexión entre la cultura cretense y la divinidad. Creta fue el reino más poderoso e importante de la antigua Grecia, y sus reyes se consideraban descendientes de Zeus.
Con el tiempo, el nombre de Europa se usó para referirse a todo el continente. No se sabe con certeza por qué se eligió este nombre, pero una teoría dice que los antiguos griegos, que eran navegantes y comerciantes, lo hicieron en honor a la princesa fenicia.
El mito del rapto de Europa tiene también otros significados y simbolismos. Por un lado, representa el encuentro entre Europa y Asia, ya que Europa simboliza al continente europeo y el toro a la cultura asiática. Por otro lado, es una metáfora de la conquista y dominación de Creta sobre los pueblos del mar Egeo. Y, al mismo tiempo, explica el origen divino de los gobernantes cretenses.
El toro es una figura muy importante en la mitología griega y en otras culturas antiguas. Es un símbolo de fuerza, virilidad, fertilidad, riqueza, coraje y poder. También es un animal sagrado que se venera en rituales y sacrificios. En la mitología griega, el toro está asociado con Zeus, el dios supremo, que lo usa como disfraz o como símbolo de su determinación.
Asia, por su parte, es una oceánide, hija de Océano y Tetis, y la diosa que da nombre al continente de Asia. Asia se casó con el titán Jápeto, hijo de Urano y de Gea, con quien tuvo a Atlante, Prometeo, Epimeteo y Menecio. Estos son personajes muy relevantes en la mitología griega, ya que Prometeo fue el que robó el fuego a los dioses para darle inteligencia a los humanos, y Atlante fue el que sostuvo el cielo sobre sus hombros. Sin embargo, hay otras versiones que dicen que la esposa de Jápeto fue otra oceánide, Clímene, o que Asia fue la esposa de Prometeo. También hay una leyenda que dice que el nombre del continente viene de Asies, hijo de Cotis, y nieto de Manes, y que el clan de los Asíadas de Sardes se llamó así por él.
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