Georges Méliès fue uno de los rivales más creativos de los
Lumière. Nacido en París en 1861 y fallecido en 1938, fue un ilusionista y cineasta francés que lideró muchos desarrollos técnicos y narrativos en los albores del cine. Méliès fue un innovador en el
uso de efectos especiales, como el stop trick, que consiste en parar y reanudar la cámara para hacer desaparecer o aparecer objetos o personas. También fue uno de los primeros en usar exposiciones
múltiples, cámara rápida, disoluciones de imágenes, película en colores y guiones gráficos. Sus películas se caracterizan por su fantasía, su humor y su imaginación. Algunas de sus obras más famosas
son “Viaje a la Luna” (1902) y “Viaje a través de lo imposible” (1904), que narran viajes extraordinarios inspirados por Julio Verne. Otras películas destacadas de Méliès son
“El reino de las hadas” (1903), “El hombre de las mil cabezas” (1898), “El Viaje de Gulliver” (1901), “El hada Carabosse” (1906), “Las alucinaciones del Barón
Munchausen” (1911) o “El hombre de la cabeza de goma”. Méliès protagonizó casi todas sus películas, en las que demostró su creatividad y su humor. En una época en la que el cine era
principalmente documental, Méliès exploró la fantasía y la imaginación, siendo, prácticamente, el inventor del género de “ciencia ficción”. Gracias a su ingenio, el cine avanzó hasta lo que conocemos
hoy en día. Méliès consiguió multiplicarse en ‘El hombre orquesta’, una película de 1900, en la que se ve hasta siete veces al mismo personaje en un mismo fotograma, un truco óptico
revolucionario para su tiempo. Y en otra película, ‘El hombre de la cabeza de goma’, hace explotar su propia cabeza. Su trabajo sentó las bases para muchas de las técnicas y estilos que
vemos en el cine actual.