No está hecho a propósito, pero supongo que hace honor a la
advertencia inicial de: “escritos sin fecha”.
¿Por qué escribí esos textos? No sé, como se me había
despertado gran avidez lectora y en los días que los temerosos de la democracia y la libertad montaron la pantomima del 23F, ya me había engullido casi sin masticar un montón de libros. Destacaría el
“Bhagavad Gita” y “Así habló Zaratustra” y “Más allá del bien y del mal” de Nietzsche, que no sé si me enteré bien de qué iban , pero saqué mis propias
conclusiones.
Supongo que pensaba que ya era un tipo capacitado para
escribir, sé que no lo era, pero al menos creo ahora que no se llega a ningún sitio si en un momento dado no se empieza a andar. También que fue un atrevimiento de aprendiz o un intento de aportar
algo a la vida cultural en la que intentaba moverme más como partícipe que como espectador.
Era ya “una persona que pintaba” y ahora escribía,
(siempre he pensado que con poco talento ambas cosas, si no, sería rico y famoso), y era preferible eso que quedarme sentado a ver cómo pasaba la vida por la pantalla del
televisor.
¿Por qué se publica tantos años
después?
Primero porque sería un desprecio al trabajo de Bolumar,
(dibujos que dan más valor a los textos del que tienen), siempre dispuesto a colaborar desinteresadamente.
No he olvidado nunca estos dibujos, la carpeta estaba
siempre a la vista, me acompañaba en cada traslado de taller y me remordía la conciencia, pero no encontraba el momento adecuado.
Has que un buen día, Luis dejó caer sin mas referencias que
tenía dos o tres libros de colaboraciones pendientes. ¡Joder, no se le ha olvidado al tío! En mi interior, avergonzado, se disparó el resorte y se puso en marcha el libro.
Segundo: como homenaje, no solo a Luis y sus dibujos en
mayor medida, sirva también para aquellos tiempos de “inkietud” y creatividad cultural en el Alto Palancia.
Pero especialmente a una amistad que surgió entre 4 parejas
y que todavía sigue: por un lado, “el Floro” y “el Pinos”, uno que escribía, el otro que intentaba pintar; por otro lado, con Bolumar y Martínez, uno que pintaba, rl otro que escribía. Cuatro
moniatos detrás de unas grandes mujeres: Elisa, Amparo, Reme y Oti.
Así que si ahora, cuando alguien lo lea y admire los
dibujos, además de que esté un rato sin tragarse las mentiras que echan por la tele, conseguimos provocarle alguna emoción, ya habrá servido para algo publicarlo.
Pinos 2019-2020
PEQUEÑA SELECCIÓN