El castellonense Carlos Loreiro López mide 177 centímetros y nación
en 1987, estudiando Filología Hispánica en la Universitat de València además del Máster de Estudios Hispánicos Avanzados. Tiene varias obras editadas con las que ha conseguido diversas distinciones:
el texto dramático La pasión según San Ateo, IX Premi d’escriptura creativa de la Universitat de València Teatre 2012; los poemarios Inflexiones, IX Premi d’escriptura creativa de la Universitat de
Valencia Poesía 2012; Chénere, Premio Félix Francisco Casanova 2013; Los poemas de Marcelo Aguafuerte. Crónica para El Buey Apis, Premio Nacional de Literatura Poesía Joven Miguel Hernández, con el
que el Ministerio de Educación y Cultura reconoce al mejor poemario escrito por un autor menor de treinta y un años. Reside en San Petersburgo, Rusia. Carlos nos dice que, al carecer de convicciones,
le es imposible escribir una poética.
ESTÁN BOMBARDEANDO EUROPA y sé que estás ahí
en alguna parte, bajo toneladas de escombros.
Unos chicos prenden fuego a un perro callejero
y yo compro chicles en una tienda de comestibles
repleta de gente del Cáucaso
La vida transcurre con una normalidad insultante
Pero me llegan las noticias de tu pérdida igual que una lluvia ácida
Levanto un bloque de hormigón, estúpido acto simbólico
Tú ya no estás más que en el recuerdo
Te desenvolvía tan bien entre la sociedad occidental
Voy a vegetar en Rusia pensando en nosotros
Hubo un día en que éramos razonablemente felices
Dos seres humanos reales, capaces del amor
Nuestros órganos se desperezaban, estaban llenos de sangre
Los sentidos reaccionaban ante estímulos complejos
Ahora tan solo intervienen un puñado de músculos
El cuerpo apenas transpira bajo la sábana
Aumenta levemente el ritmo cardiaco. Es todo
Un acto de fe, absurdo y funcional
En mitad de la noche, bajo esta atmósfera de irrealidad
cubro con una mortaja los restos de una masacre.