A Elsa no le gustan los gusanos.
Elsa se lo pasa muy bien en el campo. Con los árboles, algunos tan grandes como palacios; con las flores, que se confunden con golosinas; con los pájaros cantores que vuelan de aquí para allá y de allá para acá y se pierden entre las ramas; con las hojas secas, crujientes como galletas cuando las…
Amores que matan, de Antonio Cruzans
La primera vez que vi a María me cayó bien. Fue en una fiesta en casa de una amiga común para celebrar no sé qué… pero no importa, porque yo voy a las fiestas por el simple hecho de que lo son, sin interesarme lo más mínimo a costa de qué ni de quién… Pues...
Aquellas pequeñas cosas, de Antonio Cruzans
Querida Nostalgia: Ya sé que tu misión es la que es, ya sé que tú nos torturas sin ninguna intención maligna, que no te regodeas en nuestros sufrimientos por todo lo perdido, que no te solazas en nuestra añoranza de tiempos mejores, que no lo haces por pura maldad… sino que simplemente eres así… No...
Balada de otoño, de Antonio Cruzans
Las notas del piano brotan del salpicadero y se desparraman por todo el coche llenándolo de nostalgias… Llueve, … Serrat conduce con su voz grave y segura hacia una realidad pretérita de pequeños momentos, de diminutas vivencias. – ¡Oh, “Balada de otoño”!… ¿Recuerdas?… La pregunta de Ella es retórica, no necesita respuesta… detrás de lo...
Caleidoscopios, de Antonio Cruzans
Era nuestra primera clase de Filosofía y con un profesor nuevo, totalmente desconocido quien, cuando entró en el aula cargado con una caja de cartón, precedido de una blanca sonrisa y su aura de confianza, nos resultó muy atractivo, por lo menos a las chicas, pero, sin embargo, no logró despejar el sopor general que...
Carta desde el infierno, de Antonio Cruzans
¡Querida hermanita! ¿Cómo estás?… ¿Ya te has dejado cazar por algún pavo de los que te cortejan?… Diles que se anden con cuidado porque, de lo contrario, cuando vuelva tu hermano se van a enterar… Jejejeje…. ¡Deja de fruncir el ceño, que te veo y afea esa linda carita!… Te escribo a ti porque tengo...
Contar estrellas, de Antonio Cruzans
Cuando llegaron en el escenario solamente había un taburete en la parte izquierda y en el fondo se veía el telón, granate, viejo y raído. El doctor tomó asiento en el suelo, con las piernas cruzadas y el resto hizo lo mismo, menos Raúl porque está muy gordo y le costaba realizar estos movimientos, así...
Detalles, de Antonio Cruzans
Han pasado más de dos años y durante ese tiempo la fe sólida en mí misma me hizo sorda, ciega e insensible a cualquier incipiente atisbo de nostalgia. La seguridad en mi determinación y la convicción en mi decisión hicieron que la más mínima duda o el más minúsculo arrepentimiento pudieran echar raíces en mi...
El deseo de cumpleaños, de Antonio Cruzans
El sábado nos reunimos toda la familia en casa de mi abuela. Cumplía la mujer ochenta años y había que celebrarlo, “Porque a saber los que podrá celebrar más”, repetía con su finura habitual mi tío José, el tío Pepico entre los allegados. Mi abuela Carmen no ha tenido una vida fácil, “però no...
El hueco, de Antonio Cruzans
Ulises era un anciano como los de los cuentos. Lucía un bonito pelo nacarado como la nieve, luminoso y largo, peinado en una suelta melena que le caía sobre sus hombros fornidos y una barba blanca perfilada que se recortaba cuidadosamente todos los días, porque Ulises era muy presumido y ufano, a pesar de su...
El laberinto de los caracoles, de Antonio Cruzans
“¿Cuándo cenamos…?” Su voz quebrada al salir del sopor en el que había pasado parte de la tarde me sorprendió. Se le veía frágil e insignificante bajo la luz del atardecer que se colaba a través de los visillos de la ventana… Mi abuelo, uno de los abogados más importantes de la ciudad en su...
El no cuento de Caperucita, de Antonio Cruzans
John y Michel habían marchado hacía rato a su habitación para dormir, pero claramente, por el alboroto que estaban armando, todavía permanecían bastante despiertos, así que mamá me envió para que les reprendiera. Cuando llegué los encontré en plena batalla de almohadas y yo recibí mi parte nada más entrar, por lo que puse...
La cajita, de Antonio Cruzans
“Sabemos cuál es su mayor deseo. Aquello que más anhela. Pero, ¿realmente usted lo sabe…? No, no nos referimos a los clásicos genéricos como: salud, dinero o amor, sino a su gran deseo concreto. ¿De verdad que sabe cuál es? Si es así, perfecto, pero si no lo tiene muy claro y quiere descubrirlo, tan...
La mujer del té, de Antonio Cruzans
امرأة الشاي. Fue una tarde de este verano pasado. Tarde agobiante de agosto en un pueblo del interior de Castellón, cuando celebraban sus fiestas patronales y, como todos los años, instalaron una feria medieval donde, lo más interesante, hay que reconocerlo, era la exposición de aves rapaces que, indiferentes, se dejaban observar por los niños...
La pieza del puzle, de Antonio Cruzans
Hace tiempo, bastante tiempo, aunque con la forma relativa en que nos empeñamos en vivirlo, parece que fue ayer, tuve un compañero en el instituto que se convirtió en mi confidente y el mejor amigo que he tenido nunca. Luis era un chaval alegre y con unas enormes ganas de vivir. Siempre tenía los trabajos...
La soledad del gato, de Antonio Cruzans
Apareció como lo hace la primavera: de golpe y con los primeros calores. Pequeño, menudo, inquieto y vigilante con su mirada inquisitiva donde se cobija la continua sorpresa, de pelaje atigrado gris, nos observa, a quienes ocupamos la terraza del bar, con la arrogancia de quien se sabe poseedor de la belleza y, por lo...
La vida por un espejismo, de Antonio Cruzans
La luna se escapaba entre los pequeños huecos de la espesa capa de nubes que, sólo unos pocos minutos antes, habían dejado caer todo su peso sobrante sobre la tierra reseca tras un verano caluroso y árido. La verbena había hecho un descanso obligado, dejando los músicos sus instrumentos y equipos electrónicos abandonados como pequeño...
Los nuestros, de Antonio Cruzans
“¿Qué ocurre cuando nos morimos, tía?… ¿A dónde vamos? …” Mi sobrina Laura tiene diez años, sólo diez… “No lo sé, cariño… No creo que nadie lo sepa…” “Pero Anita ya no está… bueno, está dentro de esa caja y la van a llevar al cementerio… ¿No tendrá miedo ella sola allí? …” Anita era...
Mi metamorfosis, de Antonio Cruzans
Hacia finales del pasado curso me vino mi hermana con que quería que le explicase lo de la metamorfosis, pues lo acababan de dar en clase y no se había enterado demasiado bien. ¡Malditas las ganas que tenía yo de explicarle nada!, y sobre todo porque me acordaba de bien poco, por no decir de...
Noche de ronda, de Antonio Cruzans
En la fotografía, en blanco y negro, pero ya casi sepia por el tiempo, parecía una actriz de los años treinta, aquellas del cine mudo, con su pelo peinado en melena y rizado, la piel blanca, los ojos grandes y pícaros, los labios bien perfilados en una leve sonrisa casi inocente… “Una tía mía.” ...
Ousmane Diouf, de Antonio Cruzans
Al abrir la puerta, un violento tufo a humedad maltrató sus sentidos. Se despojó de las gafas de sol, que llevaba puestas a pesar de ya haber anochecido, e intentó acomodarse a la luz mortecina del interior mientras percibía como varias cucarachas deambulaban sobre el suelo de baldosas desvencijadas en busca de cobijo. Un sentimiento...
Querido diario, de Antonio Cruzans
Hace años Laura compró un diario. No tenía una idea clara y concreta de por qué, pero cuando lo vio, perfectamente encuadernado con tapas duras forradas en una especie de piel suave, con un pequeño pasador dorado que se cerraba con una llave minúscula, la cual estaba atada a un delgado cordoncito color crema, con...
San Valentín, de Antonio Cruzans
Hoy es San Valentín y he recibido un regalo de un hombre que conocí hace algún tiempo, casi por accidente. No sé por qué lo ha hecho, ni por qué lo he admitido… Tal vez en el fondo me haya sentido halagada… Tal vez… Pero quizá eso le haya dado falsas esperanzas y me cause...
Sobre atardeceres, de Antonio Cruzans
Antes de leer le “Historia sencilla” me gustaría que conocieras a dos mujeres extraordinarias: Anne Sullivan y Helen Keller. Anne Sullivan, nacida como Anne Mansfield Sullivan en 1866, en el humilde pueblo de Feeding Hills, Massachusetts, fue una superestrella de la enseñanza que no tuvo un comienzo fácil. A los cinco años, una enfermedad llamada...
Te doy mi palabra, de Antonio Cruzans
“S’ha mort el tío Manel… Demá farem el funeral… Víndràs?” “Sí, abuela, claro que iré.” Cuando colgué el teléfono no tuve ninguna sensación especial. Mi tío Manel, el hermano mayor de mi abuela Carmen, un anciano que rondaba los cien años, era un hombre peculiar, extraño, imprevisible… Vivía solo desde que murió su esposa y...
(Tempus amorem non repicit I) Carpe diem, de Antonio Cruzans
Él jamás antes había pensado en la muerte. Eso era algo que ocurría a los demás y, sobre todo, a la gente muy vieja… aunque, a veces, también podría pasarle a alguien en plena juventud, en un accidente o algo así, pero nunca se había parado a darle vueltas a este asunto, además, no le...
(Tempus amorem non repicit II) Tempus fugit, de Antonio Cruzans
Él jamás antes había pensado en la muerte, pero en aquel día lo hizo con bastante frecuencia y en todas sus formas y representaciones… desde que lanzó su móvil contra la pared y se convirtió en una nebulosa de diminutas estrellas de cristal y plástico, lo cual originó que gritara su pequeña hermana, quien huyó...
(Tempus amorem non repicit III) Tempus omnia variat, de Antonio Cruzans
Fue sueño ayer, mañana será tierra: poco antes nada, y poco después humo; y destino ambiciones y presumo, apenas junto al cerco que me encierra. …. Él jamás antes había pensado en la muerte, estoy seguro de eso porque nunca había hecho mención a ella, sin embargo, esta mañana, mientras que mi mujer preparaba los...
Tras cada segundo, de Antonio Cruzans
Era un domingo por la mañana. Uno de esos tibios domingos soleados de invierno en los que tanto me gusta sentarme en la terraza de algún bar dejándome acariciar por los rayos matutinos del sol, mientras leo mi periódico favorito y me tomo un cafecito o algún té de los que te reconfortan y te...
Un camino hacia el futuro, de Antonio Cruzans
Vamos, abuelito, no te hagas de rogar y cuéntanos cómo os conocisteis la abuela y tú… Camil, antes de responder, lleno de satisfacción, mirará a sus nietos, ocho caritas de ojos expresivos y expectantes que aguardan el cumplimiento de la petición hecha por el mayor de todos, y rápidamente le vendrán a la memoria...
Una familia feliz, de Antonio Cruzans
Era una mañana de lunes fría y lluviosa. Los lunes son el peor día de la semana para mí, por cuestiones obvias que no voy a analizar, y el agravante de la lluvia no ayudaba nada a mi estado de ánimo. Esperaba a un nuevo cliente, colega de oficio que buscaba el apoyo de otro...
Vivo en un pueblo, de Antonio Cruzans
Vivo en un pueblo. Un parvo núcleo de nidos sustentados en sus vecinos y surcado por una equívoca malla de arterias constreñidas, en la ladera de una leve montaña mediterránea asomada a un generoso valle, donde el sol arranca improbables y polícromos destellos. Una tenue atalaya del cielo donde todavía se respira aire, donde todavía...
Yo vi, una vez, un reyo de sol, de Antonio Cruzans
Todos los días la misma rutina. La misma voz dulce que te despierta: “Ya es la hora, cariño. Debes levantarte” … es la más sugerente que has encontrado en el distribuidor, aunque tus amigas bromeen por el hecho de que hayas elegido la de una mujer y no la de un hombre… Pero tú lo...
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