LABERINTOS
Nº 11. Temporada 1ª. Enero 2012
Ante mí están las puertas… abiertas, pero una espesa niebla defiende el interior de cualquier mirada curiosa. Tras de mí, solo un muro donde antes había una senda… imposible volver. Ellas pasan en un desfile multicolor y se detienen tan solo un instante: las que marchan, ya no vuelve, pero llegan otras y otras y otras… en un cortejo infinito. Debo elegir, pero ¿cómo?, ¿será la correcta?... Nadie me responde. No hay respuestas. Solo al traspasar un umbral la niebla se disipa y entonces puedes darte cuenta si has acertado o no, es cuestión de suerte, pero yo decido… Y luego volverá otra procesión de salidas conteniendo idénticas indecisiones y así hasta el límite, cuando solo una puerta aparece, una nada más, y es inevitable cruzarla porque no te llevan tus pasos sino el destino y tras ella, la nada… Ese es el final del laberinto. Pero lo importante del camino es no cruzarme con el monstruo que nació de mí mismo, pero que intenta devorarme, porque ante la puerta del Apocalipsis debo llegar lo más intacto posible. Y cuando esa puerta se cierre, solo seré un recuerdo.
Ancrugon
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