CONVERSACIONES CON MI GATO: Ausencias, por David de Molay
Los días que no te veo
anda la mar callada y el viento quieto,
la inquietud por las sobras vaga
y de una esquina a otra pasea la necesidad de verte.
CONVERSACIONES CON MI GATO: Día a día, por David de Molay
El alba busca el sentido de dar forma al día…
en el día.
CONVERSACIONES CON MI GATO: Salí... por David de Molay
quisiera recorrer con mis manos
el continente de tu cuerpo…
sin escalas, de Norte a Sur, de Este a Oeste,
hasta el centro del meridiano de tu boca,
CONVERSACIONES CON MI GATO: Leyes físicas, por David de Molay
En la intensa tinta azul de la noche
introduzco la pluma de mi destino
para escribir sobre el pliego de mi vida,
esas pequeñas cosas del día a día.
CONVERSACIONES CON MI GATO: Me mira, por David de Molay
Por poniente se precipita la tarde con cautela, por oriente se adelanta el aliento opaco de la noche, y en medio, el día, con resignación se apaga… uno más en el catálogo del tiempo.
CONVERSACIONES CON MI GATO: Lágrimas como palabras, por David de Molay
El gran Dios anda preocupado por una de sus almas de luz que anda entre penas y quebrantos, por ello, no dejéis de mirar al cielo en los anónimos amaneceres, cuando se suplen las ausencias, pues las respuestas están en los primeros rayos de sol.
CONVERSACIONES CON MI GATO: Háblame, silencio, cuéntame, por David de Molay
¡Háblame, silencio, cuéntame todo lo que no está dicho! ¡Qué hermoso debe ser aquello que guardas cuando lo has hecho patrimonio tuyo! ¡Háblame, silencio, cuéntame o déjame descubrir en tu interior lo sublime que es tu paz!
CONVERSACIONES CON MI GATO: No estoy junto a ti, por David de Molay
No estoy junto a ti, pero estoy, no te puedo ver, pero te presiento, no me oyes, pero te intuyo, no temo a las tinieblas, pues la luz de tu alma es tan fuerte, que las ha disipado.
CONVERSACIONES CON MI GATO: Soy alma, por David de Molay
Soy alma, una chispa divina del infinito que dio a luz este universo… Soy alma y el único propósito de mi existencia es ser Todo lo Que Yo Soy…
CONVERSACIONES CON MI GATO: Meditaciones, por David de Molay
Cuando la vida se despoja del tiempo, comienzan a voltear las campanas en la torre del olvido…
CONVERSACIONES CON MI GATO: Alguna vez..., por David de Molay
Alguna vez podremos mirara a la luz, sin que nos deslumbre. Alguna vez veremos morir el odio y enterrarlo con la ira. Alguna vez nos ampararán los derechos por igual. Alguna vez ni ricos ni pobres, ni razas, ni religiones.
CONVERSACIONES CON MI GATO: Revolera, por David de Molay
Cita la tarde al ocaso en la arena del tiempo, templando la faena un corazón solitario, el primer lance, una mirada que en formas de revolera dibujada en el viento busca unos ojos bellos, una chicuelina fugaz roza los labios, y un beso de clavel besando la boca, la tuya, que es la que quiero.
CONVERSACIONES CON MI GATO: Palabras para el silencio, por David de Molay
Llegas con la misma firmeza que llega la sombra del mediodía y me envuelves con el mismo sigilo que la noche llega; y como siempre, vienes sola, sin compañía, sin apenas hacer ruido, pero en mi interior te siento.
CONVERSACIONES CON MI GATO: Por si me preguntan, por David de Molay
Si me preguntan qué es lo que por ti siento, les diré: amor, cariño y respeto, y para que callen, por si me vuelven a preguntar, les diré: que por ti estrellas cuento, colecciono olas y guardo nuestros secretos en la otra cara de la luna.
CONVERSACIONES CON MI GATO: Tu mirada..., por David de Molay
Sin preguntar cómo te llamabas, ni de dónde venías, de inmediato supe lo que tu mirada quería.
CONVERSACIONES CON MI GATO: Qué culpa tiene el viento..., por David de Molay
Qué culpa tiene el viento que las hojas y las nubes con fuerza mueve, que enfurecido corre que hasta las palabras igual, que las promesas al olvido se las lleva, qué culpa tiene el viento, pues la culpa es de quien lo mueve.
CONVERSACIONES CON MI GATO: Mientras el mundo se mueve, por David de Molay
He visto morir la tarde como mueren las reinas, altivas y en silencio, le acompañaban en su duelo dos gaviotas blancas, mensajeras del mar adentro, volando sobre las olas del cielo, y sobre el horizonte, sereno, el ocaso vestido de otoño.
CONVERSACIONES CON MI GATO: Deja la puerta abierta, amor..., por David de Molay
Deja la puerta abierta, amor,
para que entren mis deseos a buscar
tus sentimientos, y que sean testigos
de lo mucho que nos queremos.
CONVERSACIONES CON MI GATO: En mi mano una rosa roja, por David de Molay
Busco estrellas en firmamentos perdidos, y recorro la orilla de la playa en busca de las olas que en ella mueren,
arranco rosas de cristal en el jardín del tiempo, escribo sobre las páginas del viento mi diario de los recuerdos.
CONVERSACIONES CON MI GATO: Miniaturas, por David de Molay.
Todavía no sé por qué intentas que yo te entienda, que me quieras por la mañana, para ignorarme por la tarde, y dejarme a mí la oscura noche, solo sin más… para llorarte.
CONVERSACIONES CON MI GATO: Cualquier madrugada, por David de Molay.
Son las cuatro y cincuenta y cinco y la madrugada se ausenta, mientras el pecado frente al perdón… todo parece tan extraño.
CONVERSACIONES CON MI GATO: ¿Es el amor un veneno?, por David de Molay.
Amanece el cielo gris y frío como las falsas promesas, el día elige a la mañana para que le acompañe hasta el ocaso, por donde se alejará llevándose todo lo cotidiano.
Se muere el otoño, que moribundo camina lentamente por encima de una alfombra de hojas yacientes, caídas de los árboles, que el mismo otoño se ha ido llevando, igual que los recuerdos de los amores estivales...
CONVERSACIONES CON MI GATO: Páginas de nuestra vida, por David de Molay.
Cuando los mortales comenzamos a escribir el complejo libro de nuestra existencia, debemos tener presente una importante regla: nada tiene que ver con el estilo, ni el formato, ni la caligrafía, pues todo es libre albedrío. Sabemos que las páginas del libro de nuestra vida estarán repletas de quimeras, encrucijadas, buena o mala suerte, amor, desamor, lágrimas, risas…
CONVERSACIONES CON MI GATO: Nada es igual, por David de Molay
A lo largo de nuestra vida nos envolverán miles de aromas, algunos fáciles de identificar, casi todos cotidianos, otros irán y vendrán, otros sólo pasarán una vez y desaparecerán.
Un día, a lo largo del camino, sin saber el por qué, nos preguntaremos a qué huele la vida y, aunque nos parezca imposible, no sabremos responder…
CONVERSACIONES CON MI GATO: Tiempo de orugas y rosas, por David de Molay.
Perfecto meridiano de tantos Deseos. Junio por el medio del año, y en su cofre, un solsticio de verano, la noche más corta y el día más largo.
Junio seductor, y en ti meridiano la noche mágica de San Juan, la noche de los cuatro elementos príncipes de la creación: Agua, Fuego, Tierra y Aire. Noche mágica entre cábalas, oraciones, conjuros, hechizos, supersticiones, profecías y Deseos.
CONVERSACIONES CON MI GATO: Algna vez... abril, por David de Molay
Alguna vez podremos mirar a la luz sin que nos deslumbre.
Alguna vez veremos morir el odio y enterrarlo con la ira.
Alguna vez nos ampararán los derechos por igual.
Alguna vez ni ricos ni pobres, ni razas, ni religiones.
CONVERSACIONES CON MI GATO: Tu amor se mece en mi tiempo, por David de Molay
Frente a mí veo como se marchan los días, llevándose con ellos todo lo vivido, mientras va llegando la noche silenciosa, para preparar la llegada de un nuevo día que traerá lo que he de vivir, pero siempre existirá la incógnita sabiendo cuándo es el principio, pero no el final. Entretanto, nos dejaremos llevar por el tiempo, repartiéndolo entre lo vivido y lo que quede por vivir; aunque no sepamos cuándo es él…
CONVERSACIONES CON MI GATO: Diciembre, por David de Molay
Caen los primeros y tímidos copos de nieve igual que han ido cayendo los meses del calendario y con ellos todos los deseos del año. Por fin huele de nuevo a invierno y el año, tal y como empezó, se nos va con los mismos deseos.
CONVERSACIONES CON MI GATO: Xosas que pienso, por David de Molay
He visto morir la tarde como mueren las reinas altivas y en silencio, le acompañaban en su duelo dos gaviotas blancas, mensajeras del mar adentro, volando sobre las olas del cielo y, sobre el horizonte, sereno, el ocaso vestido de otoño.
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