Sus comienzos literarios fueron en
1975, cuando tenía 58 años de edad, y los hizo con la biografía del pintor pre-rafaelista Edward Burne-Jones; año siguiente escribió otra biografía sobre su
familia, The Knox Brothers, y publicó su primera novela, The Golden Child, una historia detectivesca sobre un
asesinato en un museo. Y a partir de ahí, fueron llegando las sucesivas ediciones: La librería (1978), una historia plagada de traiciones, que fue elogiada
por su ingenio mordaz. En A la deriva (1979), los personajes de Fitzgerald viven en casas flotantes (como ella misma lo hizo una vez), con la ganó el Premio
Booker. Voces humanas (1980), donde una cuenta humorística de la BBC en 1940, evocando el tiempo de guerra en Gran Bretaña, y At Freddie’s (1982) donde recuerda su paso por una escuela infantil de arte dramático.
En 1984
publicó su tercera y última biografía, sobre la vida de un poeta británico abandonado, Charlotte Mew y sus amigas. Fitzgerald regresó a la ficción, aunque
ahora buscándole un trasfondo histórico, con Inocencia (1986), una historia de amor puesta en Florencia a mediados de los años 50. El comienzo de la primavera (1988), sobre un negocio de imprenta en inglés en el Moscú de 1913, que está llena de detalles sobre la vida cotidiana en la Rusia pre
revolucionaria. La puerta de los Ángeles (1990), donde describe los años anteriores a la Guerra Mundial en Cambridge.
Inspirada
por una visita que hizo a una iglesia en Bonn, Alemania, donde escuchó himnos con palabras del poeta romántico alemán Novalis, escribió su último trabajo, la novela La flor azul (1995). Póstumamente se editó una colección de historias, Los medios de escape (2000), un libro de ensayos,
A House of Air (2005), al igual que una colección de sus cartas, Así que he pensado en ti (2008).
Penélope
Fitzgerald murió en Londres el 28 de abril del 2000, dejando una obra de quince obras de gran calidad escritas en sus últimos veinticinco años de vida, dejando bastante demostrado que nunca es tarde
para comenzar un sueño.