Libros

'Adentrándote en la jubilación: un viaje hacia una nueva etapa de vida' (Wed, 24 Apr 2024)
Luis Inclán es Doctor en Filología Clásica por la Universidad de Barcelona y Catedrático jubilado de Latín en Bachillerato . Ha compaginado su labor docente con la Orientación académica de los alumnos de bachillerato . Desde su jubilación, se dedica a diversas actividades. Precisamente, a la vista de que muchas personas llegan a la jubilación sin proyecto alguno, ha redactado esta pequeña obra, basándose en la experiencia propia y ajena, con el deseo de que pueda resultar útil a quien aborda esa nueva etapa de su vida . La jubilación es un momento importante en la vida de la persona que ha pasado muchos años trabajando. Finalmente, le llega el momento de dejar de hacerlo y comenzar una nueva etapa en su vida. El libro aborda con sensibilidad y profundidad el importante cambio que representa la jubilación en la vida de las personas . Escrito con un enfoque reflexivo y práctico , el autor explora las diversas emociones y desafíos que pueden surgir al dejar atrás una larga carrera laboral y adentrarse en una nueva fase de la vida. El autor reconoce distintas actitudes hacia la jubilación. Por un lado, reconoce a quienes ven con cierto miedo la llegada de este momento. Después están los que simplemente esperan hasta que llegue el momento. Por último, se expone un tercer grupo minoritario que piensa en su jubilación y se plantea posibles ocupaciones de muy diverso tipo. Ante esto, el autor ofrece consejos prácticos para enfrentar este período de transición de manera constructiva , aprovechando el tiempo libre y descubriendo nuevas actividades que den sentido y plenitud a la vida después del trabajo. También distingue distintos pasos durante el proceso de jubilación : la anticipación durante la prejubilación, el afrontamiento en el momento de la jubilación y la adaptación a la nueva realidad, que puede durar años. Insiste en que además de considerar las implicaciones económicas , es crucial entender el impacto psicológico y los cambios en las relaciones sociales que acompañan a la jubilación. Por otro lado, el libro resalta una ventaja clara para quienes se jubilan en la actualidad: la mayoría goza de buena salud, lo que abre un abanico de oportunidades para participar en diversas actividades . Es por ello que se destaca la importancia de preparar la jubilación con anticipació n tanto en términos de actividades prácticas como de cuidado de la salud física y mental . El autor enfatiza la necesidad de mantener una vida social activa, cultivar intereses personales y mantener la mente y el cuerpo activos para una jubilación saludable y satisfactoria. Además, el libro ofrece una visión holística de la jubilación, abordando no sólo sus aspectos económicos, sino también su impacto psicológico y social. Como dice el autor: «Una jubilación bien aprovechada ayuda –y mucho– a la estabilidad emocional». Así pues, Luis Inclán habla de los diferentes pasos emocionales que pueden experimentar las personas al dejar de trabajar, desde la euforia inicial hasta la estabilidad emocional final, y se ofrece orientación sobre cómo adaptarse a este importante cambio de vida . En definitiva, la transición a la jubilación implica un cambio significativo en la vida, que puede resultar desafiante. 'Cómo prepararse para la jubilación' es una guía comprensiva y práctica para aquellos que se acercan a este momento crucial en su vida, ofreciendo perspectivas valiosas y herramientas útiles para hacer de la jubilación una etapa de crecimiento personal. Ficha Título: 'Cómo prepararse para la jubilación' Autor: Luis Inclán García-Robés Editorial: Ediciones Universidad de Navarra (EUNSA) Año de edición: 2024 Disponible en EUNSA Disponible en Unebook
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«Vivir contando y contar viviendo», el discurso íntegro de Luis Mateo Díez al recibir el Premio Cervantes (mar, 23 abr 2024)
Majestades, Autoridades, Amigas y amigos, He tenido la suerte en mi vida, entre tantas otras como la que aquí me trae esta mañana, que es sin duda la más importante de todas, de haber sido dueño de una infancia que, aunque suene un poco exagerado, encaminó mi destino de escritor . La infancia, decía Cesare Pavese , es el tiempo mítico del hombre, lo que a cada uno corresponde de esa edad originaria en que todo nos llega y sucede por vez primera, el asombro de la luz en la inocencia, sentimientos y emociones que van a marcarnos de forma indeleble, el patrimonio de lo primigenio, la experiencia de lo primordial. Fui un niño de posguerra y el lastre de ese tiempo histórico detalla en la memoria atmósferas y sucesos que la empañan, de manera que una infancia en esos años puede destilar un apego de tristeza y desolación, lo que tantas pérdidas suponen entre las familias y los vecindarios y, sin embargo, la geografía y el paisanaje de mi niñez no llegaban a enturbiarse del todo, supongo que porque la suerte de los afectos se sobreponía a la desgracia de tantas desdichas. Noticia Relacionada estandar No Luis Mateo Díez recoge el Cervantes: «Nada me interesa menos que yo mismo» Bruno Pardo Porto El escritor encumbró la vida imaginada en su discurso, pero no como huida sino como una forma de alcanzar la lucidez, igual que el caballero de la triste figura en su lecho de muerte Decir que la infancia encaminó mi destino de escritor quiere expresar una curiosa suerte de reconocimiento, ya que en ella, en los años primerizos, mi necesidad de escribir para contar lo más ajeno a lo que a mí me sucedía, si es que en la niñez hay sucesos reseñables, me producía un efecto beneficioso, como si hacerlo con las mínimas habilidades de que pudiera disponer, supusiese una curiosa satisfacción. Un niño escritor no me parece el ejemplo de nada particularmente valorable, si tal condición conlleva sin remedio el riesgo de aquel repelente niño Vicente, que en la deliciosa novela de Rafael Azcona hacía redacciones sobre la vituperable vida de las moscas. Lo mío tenía intenciones menos vituperables y más secretas, ya que tardó mucho en apreciarse, y correspondía a una especie de tensión, bastante emotiva, por cierto, que me había convertido en un diminuto ser embelesado por lo que escuchaba en las veladas nocturnas, propias de las costumbres vecinales de mi Valle, fuentes de la oralidad y cercanas a una cierta antropología de las culturas populares como llegué a saber, y lo que algunos de mis maestros nos leían a sus alumnos en el aula por las mañanas. Escuchar lo que la voz cuenta, el relato de lo ancestral y folklórico, lo que con el tiempo ordenaría en su justa medida leyendo ' La rama dorada ' de Frazer, y lo que la voz lee, libro en mano y en la dimensión en la que, entre otras cosas, lo anónimo cede a la escritura y al autor de la creación propiamente literaria. Mi destino de escritor, nada menos, ya ven ustedes con qué facilidad la vida me encaminaba y encandilaba, con el sustrato primitivo de una fascinación y un embeleso, de tal modo que escuchar y escribir unían lo que leer y contar tenían de aliciente y acicate. Un maravilloso entretenimiento que daría razón de ser a ese destino irremediable, si ustedes consideran la vicisitud en que ahora mismo me encuentro, intentando dar cuenta de dónde proviene el narrador que les habla y que, sin remedio, llegó a comprender como contrapartida en cuanto adquirió la lógica distancia aquello que afirma Rilke de que la infancia es la patria perdida del hombre. Entre los primeros libros que en las manos de algunos de mis maestros resonaban con la fuerza y el donaire de sus invenciones, la voz de aquellas novelas que posibilitaba que los alumnos de las Escuelas Graduadas escucharan embelesados en los pupitres, librados de las madreñas antes de entrar al aula, y sentarse cabizbajos, había variedad de vidas y aventuras y suficientes personajes para sentir que con ellos contraeríamos una deuda a saldar, la que poco a poco nos comprometía a hacerlos nuestros, aventureros y vividores que harían más fértiles nuestras propias imaginaciones y ensueños y a los que hasta en nuestros juegos infantiles imitaríamos. El libro que escuché con mayor deleite y aprovechamiento, en alguna de aquellas versiones apropiadas de nuestros clásicos, fue Don Quijote de la Mancha , y puedo recordar muy bien la mañana de su primera lectura, cuando en el invierno del Valle la nevada nos robaba el recreo, y el incipiente caballero venía de mucho más lejos de lo que me permitieran percibir los copos que alborotaban los ventanales de la escuela, de la llanura de un sol agostado o de los horizontes que propiciaban la impiedad del enajenamiento para los caballeros que iban a desfacer entuertos como quien sale de casa para remediar el mundo. Don Quijote no era un héroe que yo pudiese contabilizar al lado de los que en los tebeos, y en las escasas películas que por entonces pudiera ver, mantuvieran la aureola de unas acciones, que ni siquiera necesitaban ser hazañas, para erigirse en protagonistas extraordinarios, seres prodigiosos capaces de hacernos estallar de emoción en las viñetas o el tecnicolor. Mi relación con don Quijote, ya con algún viso de melancolía infantil en el invierno de su primer conocimiento, tuvo un aliciente misterioso, rodeado de algún secreto deslumbramiento, que en nada atañía a los personajes que ya me hubieran asombrado, y a quienes en la dimensión de los reyes de la selva o los robines del bosque, se irían lentamente fosilizando, como hitos que perdurarían en sus convenciones, no menos inolvidables que triviales. Don Quijote llegaba para quedarse conmigo como un héroe no menos inquietante que entrañable, del que bastante tiempo después, cuando el incipiente narrador en que habría de convertirme, heredero a veces avergonzado de aquel niño escritor que, por suerte, nunca hizo una redacción sobre la vituperable vida de las mosca, comencé a saber que no era un héroe, que el Caballero de la Triste Figura tenía otra catadura como figura enaltecida en la gloria de quien lo había creado, y que más bien de un antihéroe se trataba, de un reincidente perdedor, término que nunca me gustó pero que no deja de ser significativo, abocado a las perdiciones y los fracasos, por muy ensoñados que se forjaran. La idea del héroe que no lo es, ya que más bien de un antihéroe se trata, no iba a quedarse ahí, pues cuando mis personajes comenzaron a aflorar, en cuentos y novelas primerizas y, no tardando, en otras ficciones donde yo iba encauzando los bienes del aprendizaje y los vislumbres del quien va dando cuenta de ese aprendizaje se apreciaba una transformación en ellos de la identidad heroica. Poco a poco en el mundo que iba creando, esos seres de ficción tenían, todavía sin mucha conciencia por mi parte, una incierta imagen quijotesca, una atrabiliaria fisonomía de perdición y extravío, a la que no era accidental la fragilidad de su voluntad luchadora por la vida, el afán de vivirla y sobrellevarla con el rendimiento de la generosidad que añade un valor a la propia inducción del fracaso, si perder es perderse y andar perdido o por caminos de perdición. La entidad de mis personajes no estaba, así, eximida de una incierta heroicidad, tan cervantina y quijotesca, en aras de una imaginación liberadora y redentora, siendo acaso héroes del fracaso, como así me gustó denominarlos, pero no por la precariedad de quien prescinde de la pasión de vivir, de la aspiración del vividor que puede fracasar en sus extravíos o ideales, a quien la realidad derrota con el sufrimiento de una voluntad herida o de un sentido común contrariado. Ya ven ustedes a que planteamientos de lucidez y conquista imaginaria puede llegarse, desde la emoción primitiva que supone apropiarse de un don Quijote que vino en la voz lectora de un maestro que lo leía a sus alumnos en una mañana de invierno y nieve que no permitía salir al recreo. Configurar al héroe, derivar de él la identidad de unos personajes que asumen una heroicidad de extravío, derrota y lucha, me resulta sin duda uno de los elementos sustanciales no ya de mi poética de narrador, también y, ante todo, de la vocación de la escritura a la que, al parecer, propendía aquel niño cautivado que escuchaba con un deleite que a buen seguro no sería capaz de explicar, ni siquiera de confesar con la emoción de su arrobamiento. De una vocación de la escritura se iba a tratar, de lo que la vocación supone de inclinación y llamamiento, también de inspiración hacia algo, si en esa propensión se advierte hasta un cierto instinto que en la escritura, en la palabra y su representación existe hasta algún grado de apetencia apasionada, siendo esa necesidad de escribir, esa inclinación irremediable, un buen sustento del don de tenerla, como si la necesidad implicara la propia capacidad para hacerse fértil. El escritor vocacional era un narrador que, entre otras cosas, asumía la vida como una narración, la invención de vivirla y contar el cuento de su experiencia con la imaginación que procuraba las claves de hacerlo, que en su caso no podían ser otras que las abocadas a lo que pudiera considerar una conquista en lo ajeno, el devenir de otras vidas que no fueran la suya pero que, al contarlas, ya pertenecían al propio conocimiento y a enriquecer la vicisitud de su experiencia particular y limitada. La vida que se cuenta, la vida que se descubre escribiendo, si entendemos que escribir es descubrir, y la creación de un ámbito imaginario al que la aspiración no se conforma con la mera narración de la misma, si la invención de quien escribe quiere llegar a constatar o sugerir su sentido. Contar la vida era mi aspiración, supongo que la revelación de tantos cuentos y voces contadoras, íntimamente unidas a las propias de los grandes maestros de la ficción, a lo que el conocimiento significa en el patrimonio de la imaginación literaria, ahormaba y fertilizaba el largo proceso de aprendizaje en el que yo, pacientemente, velaba las armas del novelista, escribía con tesón y rigor buscando mis modelos y, en cualquier caso, intentando sentirme heredero de cuanto pensaba que me enriquecía al llegar a mis manos. La vida y el sentido de la misma, una socorrida encomienda para encaminar mis ambiciones, por derivas que emparentaban la tensión de la escritura, su apropiación y poder dirigido a un estilo, con la opción que comprimía lo que estaba contando hasta un extremo de sugerir simbolismos e imágenes metafóricas que, aunque sin remedio, me alejarían de un latente realismo, no dejarían de expresar, o mejor iluminar, las otras realidades paralelas, las más propiamente irreales. La consecuencia del camino por el que andaba y que sigo transitando sin remedio, día a día con mayor reto y desapego o desaire hacia cualquier convención que me incline a bajar la guardia, tenía el acarreo de muchas convicciones, seguro que todas razonables y discutibles, y entre ellas aquella que tanto le gustaba a Borges de que la irrealidad es la auténtica condición del arte. La verdad es que debiera reconocer una precaria incapacidad para escribir lo que me pasa, lo que en mi existencia sucede, lo que mi biografía propone, nada me interesa menos que yo mismo, y lo digo con una radicalidad sospechosa pero no mendaz, lo digo porque de esa actitud, de esa situación, proviene, no menos sin remedio, lo que narrativamente me importa, el interés de ese cuento de la vida que pretendo con la conquista de lo ajeno. Si tuviera que contestar en este sentido a la pregunta de qué es lo ajeno, fácilmente me saldría por la tangente afirmando que lo contrario de lo propio, y al caer en esa obviedad dejaría sin resolver un asunto de más enjundia, pero podría quedar satisfecho pensando que lo que no es mío es de otros, y esos otros, en los términos de la ficción son de quienes pretendo apropiarme, precisamente por el conducto de la invención: imaginándolos, dándoles encarnadura imaginaria, revelando sus vicisitudes, llevándoles lo más lejos posible de lo que yo soy y quiero, entregado a su causa sin hacerla mía, siempre a su servicio. De una conquista en lo ajeno se trata y, como tal, con un grado de conocimiento y reserva que me impida interferir en la vida y destino que mis personajes obtienen, siempre al albur de unas existencias que, con la misma intensidad, me reclaman y rechazan. Son ellos, son otros, no me pertenecen, y es en la reclamación donde ponen a prueba mi capacidad de inventarlos, una suerte de hilo conductor que va y viene sin otro compromiso que el de la escritura. Esa conquista, como cualquier otra que se sustancia en la ficción a que me veo solicitado, jamás rebasa los límites de la escritura, el universo literario en que estoy moviéndome para que quienes lo habitan sean dueños de sus actos y alcancen la solvencia de su identidad o alimenten la trama que conjuga su destino, tiene su única razón de ser en lo escrito, en lo que Manuel Longares denomina la vida de la letra, materia exclusiva de la misma vida imaginaria, la que a la letra debe su esencia literaria y verbal. Si he estado ofreciendo hasta este momento ideas y razones, y también sensaciones que siempre resultan menos fidedignas, de dónde vengo como escritor, cómo se encaminó mi destino desde la lejanía de aquella infancia arrobada, convendría aventurar alguna orientación sobre dónde me encuentro, en qué cálculo de previsiones me entretengo, si con la propuesta de rendir cuentas personales esta mañana no he querido otra cosa que agradecer una distinción, y aprovechar la circunstancia de estar subido en esta suerte de púlpito que propicia el examen de conciencia y la predicación. La pasión de escribir se compaginaba durante muchos años con la indolencia de hacerlo, y en esa contradicción el narrador encontraba un penoso aliciente de disimulo y desidia, pero era una situación engañosa que la propia edad fue corrigiendo y en seguida, desde el propio aliciente y alimento de la lectura, tan compaginada con la misma experiencia de la escritura, se fundió definitivamente la pasión con que la vida se hace deudora de la ficción, la suerte de vivir en lo imaginario lo que la misma vida no da de sí. No había pleito alguno, el destino estaba claro, la indolencia apenas suponía una muestra de disipación derivada de las vehemencias juveniles, y lo que no tardó en demostrarse fue la intensificación de la necesidad, el cauce que en la misma alargaba la pasión de escribir como el definitivo modo de vivir, y el hecho de que la experiencia de lo imaginario fuese el mejor conducto del conocimiento, con el aliciente añadido de lo que significaba aquella afirmación de Irene Nemiroski de que toda gran novela es un callejón lleno de gente desconocida. Gente que se acumula en el conocimiento como ampliando el espejo de lo que nos gusta descubrir y contrastar con nuestra sensibilidad, memoria y conciencia, de modo que, como en todos los términos de las distintas artes, en los de la creación en todas sus formas y opciones, constatamos ese compromiso con la vida al que deberíamos aspirar, ya que las artes nos enriquecen y hacen mejores, además del placer que proporcionan. Convendría, pues, y para ir terminado, indicar, aunque solo sea como previsión, dónde me encuentro ahora literariamente, con la inquietud de un octogenario de salud razonable, y conciencia de las ausencias correspondientes, ya que la edad que procura supervivencia hace irremediable a la vez el curso de las desapariciones, y donde me encuentro es en algún punto de una obra que, por prolífica, puede iluminar lo que con la reiteración enriquece el mundo que la contiene, si ese mundo gana en complejidad, que así lo espero, sin que la reiteración en ningún caso suponga repetición, que sería un signo de acabamiento, y con el riesgo asumido de verme con un cúmulo de ficciones que, sin avalar la posteridad, sí lo hagan con la condición de póstumo, fruto de la sobrecarga de una escritura que sostiene en su demasía un aliciente de la vida, si la fertilidad de vivirla ya no ofrece otras opciones tan radicales. Vuelvo a recordar a mis personajes, que a veces casi se me convierten en personificaciones, y recupero la imagen de aquel héroe invernal de mi infancia que está en el subsuelo de todos ellos, que pervive en el espejo de su lucha por la vida y la quimera, lo que la imaginación procura para que la realidad, y sus precariedades y afrentas, no culmine la derrota, aunque sea en la experiencia de la muerte cuando el caballero de la triste figura cubra el límite de sus hazañas, desde el trance de una locura redentora a la quimera y, finalmente, a la cordura que ensalza y redime la existencia trastornada de quien salió de casa para salvar al mundo. Mis personajes no tienen tanta nobleza pero son conscientes de alguna ejemplaridad heroica, ya que sus aventuras se consuman al doblar las esquinas donde aguarda el destino y la consecuencia de alguna perdición o la expectativa de un sueño que pudiera salvarlos. A ellos vivo entregado, ya que son ellos quienes me salvan a mí. Muchas gracias por su atención.
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La libertad es un bar a las afueras de Gerona (mar, 23 abr 2024)
Albert Soler, gerundense de cuna, no ha podido firmar este Sant Jordi ejemplares de 'Puigdemont: el regreso del Vivales' en las librerías de su ciudad. «Por una razón u otra, ninguna librería me ha encontrado hueco para firmar. Pasaré el día en Barcelona, que tiene más mar y menos caspa», explica. Y no será porque su editor, Luis Campo Vidal, no lo intentó: «En una librería justificaron la negativa diciendo que solo firmarían libro infantil», comenta. ¿Y qué hay más infantil que el proceso independentista?», apostilla Soler. Soler tiene buenos amigos. Son como los de la canción de Serrat, aquellos que «se exhiben sin pudor beben a morro y se pasan las consignas por el forro». Por ejemplo, Antonio Cuéllar.... Ver Más
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La IA escribe libros, hace portadas y pone en jaque al sector editorial (dom, 21 abr 2024)
Esta historia empieza con Chris Cowell, un desarrollador de software de Portland que después de años escribiendo código decide sentarse a escribir libros. «Si no puedes explicar algo de manera simple, es que entonces no lo has entendido lo suficientemente bien», se repite, a modo de mantra. Cowell está rematando el manual de programación en el que ha invertido más de un año de trabajo junto a otros dos colegas. Al fin, tras mucho corregir, consiguen publicarlo. Tres semanas después, aún satisfecho, Cowell se encuentra un libro en Amazon con el mismo título que el suyo: 'Automating DevOps with GitLab CI/CD Pipelines'. Ya es casualidad, ¿no? Noticia Relacionada estandar Si Gilles Lipovetsky: «No podemos parar el avance de la inteligencia artificial, no se puede detener la técnica» Bruno Pardo Porto El pensador francés charla con ABC a su paso por Madrid, donde dio una conferencia sobre el culto al patrimonio en la hipermodernidad La autora, una tal Maria Karpos, es una completa desconocida para él. Rastrea su nombre en Google, pero no encuentra nada. No tiene biografía. No constan otros méritos más allá del libro en cuestión. El misterio se disipa cuando finalmente descubre que el texto, una reescritura del suyo, ha sido generado casi con total seguridad por inteligencia artificial (IA). Apenas unas semanas después de que 'The Washington Post' denunciara el caso de Cowell, la escritora independiente Caitlyn Lynch alertó en su cuenta de X de que los bots de inteligencia artificial estaban copando las listas de libros más vendidos de Amazon. De los cien principales ebooks de novela romántica para 'young adults', solo diecinueve parecían escritos por humanos. El resto eran cosas (¿literaturas?) generadas por IA. Por ejemplo, 'Wait you love me', de Quynh Thi, una presunta novela de sinopsis dadaísta: «No estaba contento, en ese momento no le importaba «echar leña al fuego». Girando la cabeza para mirar a Lam Tan Ngong, le dijo: «Iré al hotel a recogerte por la mañana»». La portada era una gaviota con mirada sospechosa. Si no entienden nada, empiezan a entender el problema. Aquello ocurrió en junio de 2023. Ahora Amazon ha decidido limitar la cantidad de libros que un autor puede autopublicar en un día. La nueva norma dice que un usuario solo puede lanzar tres libros, aunque la compañía no ha aclarado dónde estaba el límite antes. «Aunque no hemos visto un repunte en nuestras cifras de publicación, con el fin de ayudar a protegernos contra el abuso, estamos reduciendo los límites de volumen que tenemos en vigor para la creación de nuevos títulos», reza el comunicado de la empresa fundada por Jeff Bezos. Las guías de naturaleza y viajes eran algunos de los géneros más 'asediados' por la IA. «En España estos usos aún no están extendidos, no es una práctica generalizada», afirma Jorge Corrales, director general de Cedro, la asociación encargada de defender los derechos de propiedad intelectual de autores y editores. Sin embargo, en el sector ya han tomado posiciones, conscientes que se juegan el futuro antes que el presente. La noticia que agitó el debate fue la ilustración de la cubierta (portada, en el gremio) de una novela de Katherine J. Chen sobre Juana de Arco publicada por la editorial Destino, que pertenece al grupo Planeta, en febrero de este año. Nada más verla, el dibujante David López, que ha trabajado para Marvel y DC, señaló a través de su cuenta de X los errores que delataban que la imagen había sido generada por IA: de un mechón de pelo que nacía de la frente sin ningún sentido a una armadura que a veces es de cuero y otras de hierro. Varias librerías retiraron el título de sus estanterías, entre ellas Casa Tomada, Nuevo Nueve, Fandogamia, La Imprenta y La Llama Store. Ante la polémica, Planeta emitió un comunicado asegurando que la ilustración la había hecho un diseñador de su equipo «utilizando programas de diseño habituales, como Illustrator o Photoshop, que ya contienen desde hace tiempo utilidades de IA». «La inmensa mayoría de nuestras cubiertas se elaboran con medios y talento creativo tradicional», añadían. Kike Infame, presidente de Fadip (la Federación de Asociaciones de Ilustradores Profesionales), resume la postura del gremio: «Estamos en contra de esta tecnología porque es plagiaria. La IA generativa se entrena con las imágenes que rastrea en internet, tengan o no derechos de autor. Es su pecado original, pero los entusiastas de la IA nunca hablan de esto». Lo que le llama la atención, insiste, es que «desde las instituciones públicas abracen acríticamente esta tecnología que va contra los creadores». Pero es que las empresas que han desarrollado las aplicaciones de IA han repetido el patrón que han usado tantas veces: popularizan sus productos (normalmente ofreciéndolos de forma gratuita, como ChatGTP) antes de que la legislación pueda limitar sus usos. El dicho en Silicon Valley es: «Muévete rápido y rompe cosas». Ahora basta con abrir el chat de Bing y decir: «Hola, estoy escribiendo una novela sobre el Cid Campeador. ¿Podrías hacerme una portada?». En menos de un minuto, el sistema te ofrece cuatro. Es muy fácil. También lo es traducir libros enteros en Deepl. O escribirlos con cualquiera de los chatbots disponibles. O resumirlos. O convertir una historia escrita en un cómic. Todo a golpe de clic: rápido, barato, sencillo. Lo que no es tan sencillo es la trazabilidad del proceso. No se sabe con qué imágenes o textos se ha entrenado el sistema que usas. Cuáles son sus fuentes, su combustible. «Según los códigos éticos de los desarrolladores, estos no pueden usar contenido protegido por derechos de autor, pero esto no se respeta –lamenta Corrales–. Desde Cedro hemos pedido a las tecnológicas que operan en España con IA que nos informen de si han utilizado obras nuestras para entrenar. Y no hemos tenido respuesta de ninguna». —¿Y qué ocurre con la legislación? —Vamos hacia una aceptación implícita del 'fair use' americano, un marco de derechos de propiedad intelectual más laxo, en el que está permitido usar los contenidos protegidos sin pedir autorización, siempre y cuando esto no genere un perjuicio económico evidente. En el sector editorial hay quien todavía se resiste a estos 'progresos'. Diego Moreno, editor de Nórdica, que tiene un catálogo donde la ilustración tiene un gran peso, dice que ni han usado ni van a usar estas herramientas de IA. «Si queremos tener un sector rico en el ámbito de la creación deberíamos defender a quienes viven de esto. Un mundo sin ilustradores, impresores, autores o editores es un mundo peor», asevera. Es un discurso muy diferente al de los dos grandes grupos editoriales de España, Planeta y Penguin Random House. Los primeros dicen: «Estamos siempre atentos a la innovación tecnológica para mejorar nuestros procesos». Y los segundos: «En Penguin Random House nos mantenemos firmes en la defensa y protección del elemento humano de la creatividad, al tiempo que estudiamos las formas en que esta tecnología transformadora de inteligencia artificial puede ayudarnos a mejorar nuestras labores editoriales». Ambos, eso sí, prometen respetar los derechos de autor. En la editorial Anagrama comentan que la IA «puede ser una herramienta interesante para los creadores», y en Galaxia Gutenberg dicen que no la están usando, «de momento». Luis Solano, de Libros del Asteroide, añade un matiz a la ecuación: «Para una editorial literaria es impensable trabajar con IA, no me creo que vaya a funcionar bien nunca. Veo imposible que un software pueda traducir un texto literario a otro idioma respetando su complejidad». Hace unas semanas, el filósofo Gilles Lipovetsky hablaba con ABC sobre los límites de la IA: «Me pregunto si un robot hubiese sido capaz de crear la teoría de la relatividad de Einstein. Y no estoy seguro. No creo que una máquina pueda romper con lo anterior, inventar algo realmente nuevo». Es una opinión más común en el mundo de las ideas que en el de los algoritmos... No dejamos de preguntarnos hasta dónde podrá llegar el genio de una máquina, tal vez por miedo a perder el monopolio del arte. Hay quien ha definido a los chatbots como hablantes de «charlatán fluido», pero con el paso de los meses no han dejado de mejorar. En 'Inteligencia artificial. Guía para seres pensantes' (Capitán Swing), la investigadora Melanie Mitchell sostiene que la llegada de las máquinas creativas solo es cuestión de tiempo, aunque de «mucho tiempo». «Hay muchas formas de que un programa de ordenador pueda generar cosas en las que nunca había pensado su programador. (...) Pero ser creativo implica ser capaz de comprender y juzgar lo que uno ha creado. Por eso no se puede decir que ningún ordenador actual sea creativo. Es posible, pero falta mucho», escribe. Para Chema Alonso, Chief Digital Officer de la Telefónica y CEO de Telefónica Innovación Digital, es cierto que «la GenAI tiene los dedos «fríos» emocionalmente, y aunque pretenda por momentos escribir texto con emoción, aún le queda investigación que recorrer a los científicos». Sin embargo, añade: «Yo creo que mucho del contenido que consumimos hoy en día podría ser generado ya con IA porque realmente grandes escritores, grandes obras de literatura no son la mayoría». En ese sentido, destaca los modelos de GenAI basados en algoritmos de difusión. «Se pueden entrenar con imágenes libres de derechos y son igual de buenos. De hecho, la gracia de estos algoritmos es que nunca almacenan la imagen original, sino un conjunto de píxeles difuminados. Es como si yo veo una foto de Van Gogh y luego quiero dibujarla. Probablemente no sabría, porque mi cerebro no guarda una copia exacta de la imagen que he visto, sino una imagen «difuminada». Mezclamos en nuestra cabeza imágenes difuminadas para construir cosas nuevas. Es el mismo concepto». ¿Saben qué dijo Chris Cowell cuando le preguntaron qué pensaba después del plagio? Que lo que le molestaba no era tanto perder ventas sino saber que cualquier texto que él escribiera iba a ser inevitablemente introducido en un sistema de IA que le iba a hacer competencia. Y de la competición a la guerra no hay tanto.
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Antonio Iturbe: «Hay que cerrar heridas y olvidar para seguir adelante» (sáb, 20 abr 2024)
Antonio Iturbe nació en 1967 en Casetas, un barrio rural a quince kilómetros de Zaragoza. En 1930 llegó a Casetas Mariano Lozano Sesma junto a su esposa Joaquina. Venían de Mallén. Sastre de oficio y músico de vocación -tocaba el clarinete- se hizo cargo de la banda de música. Con pocos recursos y mucho voluntarismo, el éxito de la banda convirtió al forastero en un personaje muy popular, hasta ser elegido alcalde en 1936. Al estallar la Guerra Civil, unos falangistas lo fueron a buscar a su casa. Encarcelado en Torrero -la prisión de Zaragoza- acabó fusilado el 27 septiembre de aquel año terrible. Una calle de Casetas lleva hoy su nombre. A Mariano, apunta Iturbe, «le interesaba más el... Ver Más
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'Blackwater', el milagro del folletín superventas del siglo XXI (sáb, 20 abr 2024)
Seis libros, un viaje de cincuenta años entre 'La riada' y 'Lluvia' y más de 1.500 páginas al servicio de uno de los fenómenos literarios más insólitos y adictivos del momento. ¿Inexplicable? Quizá no tanto. Porque 'Blackwater', la terrorífica y folletinesca saga familiar que Michael McDowell publicó en 1983 y que anda estos días, más de cuatro décadas después, revolucionando las librerías de media España, por no decir de España entera, venía ya con cierto impulso. En Francia, por ejemplo, la editorial Monsieur Toussaint Louverture la empezó a publicar en 2022 y en dos años ya había vendido más de dos millones de ejemplares. Un año después, en 2023, 'Blackwater' llegó a Italia y en pocos meses agotó 17 ediciones... Ver Más
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Los cuentos que despertaron a Kafka convertido en kafkiano (vie, 19 abr 2024)
Si el cuento es la expresión literaria que mejor ilumina la obra de Franz Kafka -más o menos novelista, diarista, autor de un lenguaje propio y padrino de un adjetivo con su nombre-, era inevitable que una manera de celebrar su centenario fuera reunir todos sus relatos, los que se atrevió a publicar y los póstumos, en un solo volumen y con una nueva traducción. Porque «el mayor acto de amor que se le puede hacer a un clásico es releerlo desde la gramática de su tiempo, y eso, sin duda, incluye su traducción», sostiene el escritor Andrés Neuman , autor del prólogo de los 'Cuentos completos' que Alberto Gordo ha traducido, con ilustraciones de Arturo Garrido , para Páginas... Ver Más
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'Historia Antigua de la Península Ibérica. Desde la fundación de Gadir hasta la muerte de Alejandro Severo' (mié, 17 abr 2024)
Sabino Perea , Profesor Titular y María de los Ángeles Alonso , Profesora Contratada Doctora, ambos del Departamento de Historia Antigua de la UNED , repasan en 'Historia Antigua de la Península Ibérica. Desde la fundación de Gadir hasta la muerte de Alejandro Severo' un recorrido pensado «para servir de guía, en sus primeros pasos, a los estudiantes universitarios de Historia Antigua ». Una declaración de intenciones que incumbe, por lo tanto, a todo lector interesado en la evolución de nuestros ancestros , con especial foco en la política romana en Hispania. La obra presenta una síntesis histórica iniciada con los primeros contactos externos de culturas orientales más avanzadas (basada en la fundación de Gadir por los fenicios) y siguiendo con la cultura tartesia, la presencia griega en la costa mediterránea, la llegada de los cartagineses en el siglo III a. C., y, finalmente, con la entrada en escena de los romanos que llegan a la Península Ibérica en 218 a. C., en el contexto de la Segunda Guerra Púnica. Bases del régimen 'monárquico' (del que se estudian los más de dos siglos que gobernaron en Roma las grandes dinastías), en las que la muerte por asesinato del último emperador de los Severos, Alejandro, en el 235 d. C., significa también 'políticamente' el punto final del régimen del Principado. ¿Cuál es el público objetivo (y a qué lectores puede interesar)? Es nuestra obligación como docentes ofrecer al estudiante universitario herramientas de aprendizaje renovadas, adaptadas en cierta medida a los nuevos tiempos. Los viejos manuales de Historia de España solían adolecer del defecto de ser demasiado 'ladrillos', como se decía en la jerga estudiantil, con textos explicativos muy densos y rara vez acompañados por aparato gráfico. En esta obra hemos combinado un texto riguroso, basado en fuentes antiguas (latinas o griegas) de las que se dan referencia de las más importantes. Un libro de Historia Antigua serio, que se precie de serlo, no debe nunca renunciar a las fuentes clásicas, pues son el alimento de que ha de nutrirse la ciencia. Por desgracia, últimamente están en boga (y con demasiado éxito, por desgracia) libros sobre Roma antigua, o sobre la Península Ibérica en la Antigüedad, donde se da excesiva importancia a cosas que no la tienen, haciendo del libro un compendio de anécdotas. En nuestro caso, no es así de ningún modo. Nuestro libro es 'científico', y, aunque va dirigido a estudiantes universitarios, también debería conocerlo cualquier persona interesada por conocer el pasado de España, de esos «mil primeros años» de su historia de la que se conservan testimonios escritos, indirectos o directos. ¿Qué claves pueden destacar de la publicación (por ejemplo, como resultados de investigación o consideraciones críticas)? El libro no presenta hipótesis nuevas o revolucionarias con respecto a lo que se sabe de la península Ibérica. Es una síntesis actualizada, que reúne las tendencias y las investigaciones más recientes sobre nuestro pasado. Por ejemplo, nos hacemos eco de los avances que ha habido en los últimos años en el conocimiento de la civilización tartésica. Por otra parte, y tanto por el afán didáctico como para hacer más dinámica su lectura, cada capítulo va acompañado de imágenes 'ad hoc', de mapas, de un glosario específico de términos poco usuales en la lengua común y específicos de la terminología del mundo romano en Hispania, y de unas recomendaciones bibliográficas actualizadas. Incluso se proponen unos ejercicios de auto-evaluación, donde el lector puede comprobar por sí mismo el grado de asimilación de contenidos. Es decir, hemos incorporado los elementos que la nueva pedagogía aconseja para estos tiempos en los que la imagen es tan importante para retener conceptos. La obra estudia un periodo de algo más de mil años… ¿destaca algún periodo en este contexto? Esos 1.000 años, aproximadamente, que se estudian en el libro se pueden dividir en dos bloques. El primero, relativo a lo que conoce como 'de exploración' (¡y de explotación!) por parte de potencias marítimas extra-peninsulares de las costas mediterráneas de nuestra península, es decir, la llegada y presencia de fenicios, luego de griegos y de cartagineses. Solamente estos últimos, a partir del año 237 a. C., se mostraron claramente imperialistas, con el propósito de someter a los pueblos de la península situados en las zonas del interior, y no sólo para explotar sus recursos, sino para proveerse de soldados ibéricos. En realidad, Cartago usó a Iberia como plataforma de lanzamiento de su proyecto, mucho más ambicioso, de conquistar la propia Roma. De ahí que Iberia fuese escenario de la primera fase de la Segunda Guerra Púnica, siendo uno de sus hitos la famosa toma de Sagunto por Aníbal. Parte importante del libro es también el análisis de las sociedades de cultura céltica o ibérica que formaban el mosaico de pueblos autóctonos en la península entre los siglos VIII y III a.C., de los que tanto los autores clásicos como el registro arqueológico y la epigrafía dan a conocer sus modos de vida, urbanismo, artesanía, formas de organización socio-política y creencias religiosas. ¿Cómo se estableció la división de capítulos? El reparto es puramente convencional. Se trató de repartir el trabajo de forma equilibrada, pues ambos autores tenemos la formación académica necesaria para acometer la redacción de una obra de estas características. Ambos creímos oportuno introducir en muchos de los capítulos fichas temáticas en las que se comentan documentos epigráficos relevantes, relativos al tema tratado. Estos comentarios acercan al lector a la fuente primaria de conocimiento, mostrándole de dónde parte el trabajo del historiador y el conocimiento de la historia. En realidad, ha sido un trabajo en equipo. La presencia romana en España es, sin duda, un periodo clave de nuestra historia… ¿qué caracterizó esta presencia en nuestro país frente a la propia de otras latitudes? La expulsión de los cartagineses por parte de los romanos supuso el inicio de su presencia en Iberia, como potencia única dominadora, desde los inicios del siglo II a.C. hasta el siglo V d.C. Por tanto, el mundo romano en la época republicana, y luego en la imperial en sus tres primeros siglos, es importante en este libro, pues muestra el desarrollo de las instituciones romanas en Hispania, que fue, lentamente, suplantando (sin negarlas ni destruirlas) las culturas que había en la península ibérica antes de su llegada. La aportación de Roma es inmensa: sacó a los pueblos autóctonos de su penumbra secular, con una cultura pobre y unas instituciones rudimentarias; les otorgó, ni más ni menos, que una lengua común, unas instituciones políticas bastante uniformes, basadas en el derecho romano. Asimismo, una célula de progreso inequívoco: las ciudades, cada una con sus estatutos, privilegiado o no, pero con reglas de convivencia, con una arquitectura cada vez más refinada, y un medio de vida estable, ya en el campo con las labores agrícolas, ya en las ciudades en actividades industriales o de servicios. Todo ello era un sistema de progreso. Y del progreso y del bienestar económico nacen el arte y la literatura. ¿Cuál es su consideración sobre la formación en Historia Antigua de España en pleno siglo XXI? En cualquier ámbito del conocimiento, todo es mejorable. Hoy se tiende, quizás, a 'tener noticia' de más cosas, pero a tener de todas o de cada una de ellas una idea superficial, y acrítica, como si con ello bastase a nuestros anhelos culturales. Los españoles deberíamos conocer más nuestra propia historia, de cualquier época. El mundo académico proporciona instrumentos para ello, como este libro nuestro relativo a la historia prerromana y romana de España, si bien no siempre estas obras reciben la atención necesaria en los medios de comunicación, salvo honrosas excepciones. Por eso, nuestra intención fue proporcionar al estudiante universitario y al lector interesado en nuestro pasado un libro serio y atractivo en su diseño. Al fin y al cabo, esa 'historia antigua', como el devenir de España posterior, es nuestra propia historia, son nuestras raíces, y si cercenamos las raíces es posible que el árbol que surgió de ellas pueda secarse. Ficha Título: 'Historia Antigua de la Península Ibérica. Desde la fundación de Gadir hasta la muerte de Alejandro severo' Autores: Sabino Perea Yébenes y María de los Ángeles Alonso Alonso Editorial: UNED Año de edición: 2023 Disponible en Editorial UNED Disponible en Unebook
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María Fernanda Ampuero y la literatura de las entrañas: «Es importante que la escritura te duela» (mar, 16 abr 2024)
El ensayo, asegura María Fernanda Ampuero (Guayaquil, 1976), «es la desnudez total». Fuera máscaras, abajo disfraces. «Esto soy yo, esto es lo que yo he vivido y espero que te sirva, lector o lectora, para no vivir lo mismo», explica la autora de 'Pelea de gallos', una de las grandes voces del cuento latinoamericano contemporáneo. En este caso, sin embargo, la ficción va por dentro y lo que sale, brutal y descarnado, es una biografía hecha de asfixias, terrores, muertes, gritos y daños. Un libro que sólo podía titularse, como de hecho se titula, 'Visceral' (Páginas de Espuma). Cicatrices propias y arañazos ajenos. Sexualidad, deseo, rechazo, salud mental, violencia y metaliteratura en una veintena de capítulos que son como ágiles... Ver Más
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Wole Soyinka , Nobel de literatura: «El legado de Lorca es como el de la mitología» (mar, 16 abr 2024)
En la Huerta San Vicente , la que fue residencia veraniega de la familia de Lorca, no cabía una persona más. En el ambiente se respiró literatura. La poesía poco a poco se apoderó del aire y adornó la ciudad. Granada se convierte del 15 al 19 de abril en foco poético mundial. «Bienvenidos a esta fiesta de la palabra que cumple 20 años, donde la poesía sirve como medio de contención», expresó el codirector del festival Daniel Rodríguez Moya durante la inauguración institucional. Esta semana, la provincia andaluza alberga 80 poetas de 11 países y un sinnúmero de actividades para todos los públicos. El festival cuenta con sedes centrales y subsedes: Pinos Puente, Víznar, Fuentevaqueros, Alfacar, entre otras. El día de la inauguración ha transcurrido entre episodios apasionantes y una mezcolanza de música y poesía. El humanismo y la ética literaria han sido añadidos por Soyinka. Noticia Relacionada CRÍTICA DE: estandar Si 'Las muertes de Federico', de Manuel Bernal: nunca olvidaremos a García Lorca Carmen R. Santos El investigador y escritor recrea, a medio camino entre el ensayo y la novela, las varias hipótesis que se han ido lanzando sobre el trágico asesinato del autor granadino Bajo un sol radiante, la palabra se fundió con las notas musicales en un primer acto protagonizado por Juanjo Téllez, Chipi 'La Canalla' y Javier Rubial. Le siguieron un recital de Elsa López , Chantal Maillard y Antonio Colinas . «Ha sido muy emocionante: el escenario, la luna, los golpes de brisa. Sin duda, hubo un momento de magia», expresa la poeta canaria Elsa López a nuestro medio. Postura también adoptada por Colinas considerando que «estar en la Huerta de San Vicente es un acto de una densidad histórica, intrahistórica y poética». Tras el recital de los insignes escritores, la cantautora Amparanoia conversó con Daniel Rodríguez Moya sobre composición musical, letras y poesía. Soyinka, signo de humanismo «En primer lugar, es un honor. Un gran honor para mí inaugurar este festival», confiesa el Nobel de literatura Soyinka a ABC. Su intervención frente a un público cautivado, empezó con un poema titulado 'Migrante' cuya idea principal viene a decir algo así como que el viento es el migrante que nos une a todos. Con una voz detenida, pausada y el verso tornándose melódico ante una Granada que perdía sus postreros rayos de luz, la conversación giró en torno a su obra ensayística y compromiso humano. Durante la charla con la directora del festival Remedios Sánchez , se abordaron aspectos en torno a las interrogaciones del mundo, las tonalidades musicales de su país de origen con el flamenco, las realidades antihumanas y, sobre todo, su compromiso humanista. Esto último, plasmado de forma directa a lo largo de su obra. Por otro lado, se hizo también hincapié en sus memorias de la infancia vistas desde los ojos de un hombre de prácticamente 90 años. El diálogo se cerró con unas apreciaciones sobre su paso por la cárcel , donde escribió tres capítulos de uno de sus libros en papel higiénico. —Estuvo en este mismo festival en 2009. —Puedo decir que siempre me ha fascinado la cultura española y, por supuesto, lo extiendo a los estudios hispánicos y a la lengua. Esta no la hablo porque no la practico, pero leo en español de manera fluida. Incluso leo mucho a Lorca. —¿Qué le resultó significativo del poeta granadino? —No diría que ha influido en mí. Lo que sí es que tengo afinidad por el entorno de su creatividad genuina con mi propia cultura. Es como las tragedias griegas. Es decir, es similar a un panteón griego, a los dioses griegos… Y siento que he visto ese legado en la obra de Lorca que es como el de la mitología. Eso es lo que he estudiado de él. Soyinka durante el FIP Intervención y como espectador I José Ángel El primer día del festival se cerró por todo lo alto. «Hemos cerrado una primera jornada extraordinaria. Contar con Soyinka ha sido un regalo de cumpleaños maravilloso para nuestro festival», afirma Rodríguez Moya a nuestro periódico. Por su parte, la directora Remedios Sánchez, tras la euforia de la inauguración, esgrime que el poeta nigeriano «es una figura de referencia en el compromiso ético y con las libertades , pues sus palabras aúnan la reflexión con una actualidad repleta de crisis de valores».
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Emilio Bueso reinventa el horror cósmico de Lovecraft en una alquería valenciana (lun, 15 abr 2024)
El elogio literario de faja y contraportada, ya se sabe, lo carga el diablo y se esfuma en lo que tarda uno en invocar, a poder ser sin atragantarse, a Cthulhu, pero algo pasa cuando un libro, un autor, es capaz de poner de acuerdo a Mariana Enríquez, Javier Calvo, Laura Fernández, Elia Barceló y Juan Gómez Jurado. Lo del autor, en realidad, viene de lejos, de cuando las babosas telépatas de la trilogía 'Los ojos bizcos del sol', el terror psicológico de 'Diástole' y el horror desolado de 'Esta noche arderá el cielo', pero el libro acaba de llegar a a las librerías. Se trata de 'Naturaleza muerta' (Ediciones B) y, con un poco de suerte, acabará con ese... Ver Más
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«Si yo no me muevo, Robert Graves se muere» (vie, 12 abr 2024)
William Graves (1940) tiene los ojos azules del Mediterráneo y la risa de quien habita el verano como lugar, tiempo y ánimo. Es un mallorquín con acento británico, o viceversa («no soy extranjero ni aquí ni allí»), y ha dedicado su vida a cuidar del legado de su padre, Robert Graves, escritor, mitólogo, poeta, soldado y hombre intrépido y libre que descubrió que el paraíso estaba en Deyá. «Yo soy un facilitador, el encargado de dar acceso a las cosas que la gente pide. Si no me muevo, él se muere», dice el hijo desde una azotea de Madrid, en una conversación llena de anécdotas y proyectos en marcha o en el deseo. «Mi padre murió en 1985, pero al... Ver Más
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El cómic más caro de la historia: subastan el primer 'Superman' por 6 millones de dólares (mié, 10 abr 2024)
¡Adjudicado! La casa de subastas Heritage Auctions ha vendido por seis millones de dólares un ejemplar del Action Comics número uno, es decir, el primer cómic de 'Superman' , fechado en abril de 1938. Es, por lo tanto, el más caro de la historia . Su comprador, que ha permanecido en el anonimato, ya había pagado en su día 5,6 millones por otro tebeo de este mismo superhéroe, según informa Associated Press. Esta publicación, autoría de Jerry Siegel y Joe Schuster, es la que presentó por primera vez al icónico personaje hace 86 años , así como a su querida Lois Lane. Heritage Auctions asegura que es el cómic «más importante jamás publicado» . Noticia Relacionada estandar No 'Oliver y Benji' llega a su fin: publican el último número de manga que inspiró la serie tras 43 años ABC Del codiciado primer Action Comics sólo quedan unos 100 ejemplares en todo el mundo, a pesar de se publicaron en su día 200.000 números. Entre sus coloridas viñetas se presentan las recordadas características y el origen del hombre de acero : sus poderes, su vestuario, su nacimiento en el planeta Krypton y la consiguiente extinción del mismo, su viaje a la Tierra y, claro, cómo se convirtió Clark Kent en Superman.
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Un apasionante viaje por los orígenes de la lengua romance hispánica (mié, 10 abr 2024)
'Las Glosas Emilianenses y Silenses. Los textos latinos' representa décadas de la vida y obra de Claudio García Turza , director y coordinador (con Fernando García Andreva) del proyecto, que cuenta con aportaciones de Michel Banniard, César Hernández Alonso, José Carlos Martín Iglesias, Maurilio Pérez González, Miguel C. Vivancos y Juan Gil . Un bagaje de docencia e investigación que se traslada, línea a línea, en esta obra sobre el contexto de dos grupos de glosas de la Alta Edad Media, testimonios tempranos del origen de nuestra lengua . Sobre el trabajo de los monjes de los monasterios de San Millán de la Cogolla y de Santo Domingo de Silos, que se esforzaron en descifrar el significado y el sentido de muchas palabras, expresiones y pasajes de textos latinos (como se destaca en la obra, vertidos en «palabras latinas también, pero más comunes, o bien en el empleo de sinónimos correspondientes al verdadero y genuino romance»). Y con antecedentes de trabajos como los de Manuel Gómez Moreno, Ramón Menéndez Pidal, Emilio Arcos , etc. García Turza, director del Instituto 'Orígenes del Español' del Centro Internacional de Investigación de la Lengua Española (CILENGUA), catedrático honorífico de la Universidad de La Rioja y académico correspondiente de la Real Academia Española y de la Real Academia de la Historia, participó en la presentación de este primer volumen en el salón de actos de la Real Academia Española el 22 de febrero, así como del facsímil del códice emilianense nº 60 de la Real Academia de la Historia, donde figuran las Glosas Emilianenses. Tanto las Glosas Silenses como las Emilianenses son anotaciones y comentarios escritos en lengua romance en los márgenes de sendos textos latinos, pero entre las Emilianenses, además, se incluyen dos glosas en vasco. En ambos casos, y como se recoge en la obra, las glosas contribuyeron al desarrollo del estudio diacrónico del español , al representar la lengua hablada en los nuevos modos (desde las palabras hasta los sonidos pasando por la gramática). En palabras de García Turza, su «complejo proceso articulador» ha supuesto todo un desafío para el desempeño del equipo investigador. La importancia de estos documentos fundacionales de la lengua española, de los orígenes del español en el siglo XI, está de plena actualidad por aspectos como las repetidas solicitudes para poder exponer, presentar al público, estas joyas bibliográfico-históricas propiedad del Ministerio de Cultura, como ha sucedido recientemente desde el diario La Rioja. Mientras tanto, García Turza y su equipo proponen un apasionante viaje por el 'espíritu' de unos documentos que suponen la columna vertebral de la lengua española , prologado por autoridades como Gonzalo Capellán de Miguel , presidente del Gobierno de La Rioja y de la Fundación San Millán de la Cogolla; Santiago Muñoz Machado , director de la Real Academia Española y Carmen Iglesias Cano , directora de la Real Academia de la Historia y académica de número de la Real Academia Española. Un viaje fundacional que proyectará (con tres volúmenes más) el pasado hacia el futuro de nuestra identidad (como apunta Muñoz Machado en su texto: «lo que se recoge en este volumen inicial, pionero de los que van a seguir, es sólo el comienzo de una investigación que promete ir mucho más lejos»). Los lectores e investigadores pueden acceder, por lo tanto, desde lo particular a lo general, a un despliegue de resultados, como destacó García Turza en su discurso en la RAE, «rigurosos y fructíferos», en torno a «un método que considero genuinamente filológico a la hora de analizar convenientemente las glosas y sus contextos latinos. Todo ello ilustrado con varias muestras ajustadas al enfoque que defiendo». Desde esta presentación del director del proyecto a aspectos como el sociolingüístico o paleográfico , con demostraciones del esfuerzo investigador en capítulos como el quinto, donde su autor, Miguel C. Vivancos, resalta la importancia de 'rescatar' el homiliario (contenido en el códice de las Glosas Silenses) para ser editado, en un contexto en el que valiosísimos documentos de nuestra lengua, nuestra historia, circularon por diversas capitales europeas. Y, en todo caso y momento, con condicionantes a considerar como los descritos en este primer volumen como, entre otros, la fluctuación lingüística, la manifestación de cambio fonético en curso o los cruces latinizantes. El primer volumen de 'Las Glosas Emilianenses y Silenses' supone, por lo tanto, un apasionante periplo histórico por nuestra lengua (una de cuyas acepciones en el DRAE es 'Sistema lingüístico considerado en su estructura'), indicado para lingüistas, hispanistas, estudiantes, para interesados en 'viajar' y reflexionar sobre los ancestros de la lengua . Sus páginas nos llevan hacia el origen del 'roman paladino', a la esencia, como destaca García Turza al recordar a Menéndez Pidal en el caso de las Glosas Emilianenses, «del primer texto en que el romance español quiere ser escrito con entera independencia del latín». Esta investigación aporta sentido y dimensión, un recuerdo a la concepción y escritura de los códices medievales en pleno siglo XXI. Y como señaló García Turza en su discurso en la Real Academia Española, un trabajo en equipo para relatar una historia de historias con fidelidad a la finalidad intrínseca de la filología: «Ha de ser exactamente tratar de aproximarnos todo lo posible a la recta comprensión de las vivencias, sentimientos, actitudes y actos cognoscitivos de un autor, asociados por él mismo de modo habitual a expresiones explícitas, orales o escritas, que llamamos textos o discursos. Pues bien, con el presente proyecto de investigación se aborda por vez primera la edición y el estudio en profundidad de las Glosas Emilianenses y Silenses desde ese enfoque; de modo que el propósito fundamental de este proyecto es alcanzar unos resultados genuinamente filológicos. A fin de cuentas, resultados al modo emilianense y silense». Ficha: Título: 'Las Glosas Emilianenses y Silenses' Director del proyecto: Claudio García Turza Editorial: Fundación San Millán de la Cogolla y Agencia Estatal Boletín Oficial del Estado Año de edición: 2023 Disponible en Cilengua Disponible en Unebook
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El rescate de Mandelstam en España: «Las traducciones disponibles no están a la altura del original» (mié, 10 abr 2024)
Ósip Mandelstam (Varsovia, 1891 - Vladivostok 1938) falleció en un campo de concentración. ¿Su delito? Escribir poesía o, mejor dicho, escribir un poema satírico contra Stalin. Sin embargo, a pesar de que su poética lo haya conducido a la muerte, la literatura de Mandelstam ya era grande incluso antes de que Stalin llegara al poder. Por supuesto, fue víctima del totalitarismo y, como se refleja en su biografía firmada por Ralph Dutli, era un hombre que amaba la vida. La infancia y juventud de Mandelstam se refleja muy bien en 'El ruido del tiempo' (Elba), cuya traducción y prólogo corre a cargo de Ernesto Hernández Busto. «Mandelstam es un clásico, nos recuerda que un canon no se construye sólo con... Ver Más
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«No podré ver esa famosa Fedra», un poema inédito de Ósip Mandelstam (mié, 10 abr 2024)
No podré ver esa famosa Fedra No podré ver esa famosa Fedra en la parte más alta del teatro, envuelto en humo, desde el gallinero, a la luz de unas velas consumidas. Insensible ante actores que se esfuerzan por ganar su cosecha de ovaciones, y escuchando detrás de la baranda unas aladas rimas en pareados: «—Si el odio sólo puede atraer vuestro odio...» ¡El teatro de Racine! Un grueso velo nos impide el acceso a ese otro mundo; con sus profundos y cambiantes pliegues, ese telón permanece cerrado. Chales clásicos caen desde los hombros, la voz se forja con el sufrimiento y en la cima del luto el verbo vibra, incandescente por la indignación. ¡Llego tarde al festejo de Racine! Los programas de mano crujen, muertos, y huele a peladuras de naranja. Rompiendo su letargo secular, mi vecino de asiento me confiesa: —Me choca la locura de Melpómene, sólo pido a la vida algo de paz; antes de que esta turba de chacales despedace a la Musa para siempre, será mejor que nos vayamos yendo. Si un ateniense viera nuestros juegos... (Noviembre, 1915) «Mandelstam, quien durante sus dos estancias en París probablemente vio algunas representaciones de Racine, y no sólo en el viejo teatro de la Comedia Francesa, evoca en su poema al paradigma del clasicismo francés. Pero no lo hace en alejandrinos, sino en pentámetros yámbicos. Como si el metro de Racine perteneciera a un mundo irremisiblemente perdido, del que nos separa un grueso y poderoso telón. Como si hubiera que ser extranjero, y haber viajado también por el tiempo, para poder sentir la pasión, la eterna indignación de Fedra. Por supuesto, si no se traduce con el metro adecuado, este juego de referencias, que es una de las claves del poema, se pierde sin remedio», esgrime la nota del traductor.
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Carme Riera: «Lo peor que puede hacer un escritor es autocensurarse» (mar, 09 abr 2024)
Carme Riera comenzó a pensar en ' Una sombra Blanca ' (Alfaguara/Ed.62) en 2018: «Siempre me ha preocupado saber qué pasa después de la muerte y adónde vamos. Qué se siente cuando uno está clínicamente muerto y retorna a la vida, ¿existe ese lugar de paz y luminoso en el que el cerebro dejar funcionar, pero mantiene la conciencia?» Eso le ocurre a la soprano Bárbara Simpson, a la que sus fieles comparan con Maria Callas , tras un infarto mientras interpreta a Floria, la 'Tosca' de Verdi, en el Metropolitan neoyorquino. En el tránsito del desvanecimiento a la UCI, experimenta lo que Elisabeth Kubler-Ross tipificó como ECM (Experiencia Cercana a la Muerte). El doctor pide a la convaleciente que... Ver Más
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Jöel Dicker: «Es tentador ceder ante el miedo; ceder es la fragilidad» (mar, 09 abr 2024)
«En cada libro intento superarme para que sea mejor que el anterior. Intento crear una obra ambiciosa y conseguida», confiesa Jöel Dicker (Ginebra, 1985) tras su paso por España. El motivo es la publicación de su última novela 'Un animal salvaje' (Alfaguara). El escritor regresa con sus millones de lectores cogidos de la mano conseguidos por obras como 'La verdad sobre el caso Harry Quebert' o 'El enigma de la habitación 622'. Esta vez el robo de una joyería es el detonante. Sin embargo, opta por zarandear al lector jugando con tres inicios. Aparte del atraco, adquieren importancia otros escenarios con sus protagonistas (Sophie Braun) y un policía reputado que espía dando lugar a un conglomerado intrigante. El propio Dicker explica que lo que ha intentado con estos inicios es «construir rápidamente, situar y colocar los datos al lector como si fueran un juego de cartas. Ellos tienen que responder a ciertas normas y ser rápidos». Sin duda, ese juego emprendido en la novela ya desde el inicio es lo que incita al lector a convertirse en detective y preguntarse los porqués, hacerse la eterna pregunta: ¿ahora qué pasará? Esa incógnita solo la saben los propios personajes cuyo trasfondo humano va proliferando lo largo del desarrollo. Noticia Relacionada estandar Si El crimen campa a sus anchas en una Barcelona de espías y espiados David Morán BCNegra reconoce a Jo Nesbø con el Carvalho y consagra al espionaje una edición que contará con Chris Offutt, Elaine Vilar, Alan Parks y Kike Ferrari Si bien es un libro que podría girar en torno a la aceptación y el hecho de saber quiénes somos, el autor puntualiza que « somos la construcción de nuestras ganas, pulsiones, impulsos, sueños y lamentos . Tenemos miedo a decir: "Esto es el que soy realmente" porque pasamos parte de nuestra vida construyendo una imagen frente a la expectativa que la gente tiene de nosotros». Por otra parte, otro de los elementos principales de 'Un animal salvaje' es el espacio donde se sitúa la obra. Aquí opta por Ginebra , que ya había aparecido como decorado en ' El enigma de la habitación 622 ', pero esta vez «quiso enfrentar un nuevo reto» convirtiendo su ciudad en «un personaje más con sus complejidades, lados oscuros y alegres» desvinculándola de su áurea de ciudad gigantesca, pues «se trata de una ciudad pequeña». El robo tira del hilo argumental de este nuevo thriller de Dicker. Sin embargo, sin protagonistas no existe tal hazaña. Es importante esa pulsión de escucha de sus composiciones, el miedo constante que transmiten al lector. «Mis personajes tienen miedo de ser ellos mismos. El miedo es el enemigo del instinto , pero es un sentimiento que se parece al instinto aunque mucho más débil. Es tentador ceder ante el miedo, ceder al miedo es la fragilidad», explica admitiendo que él escribe lo que la imaginación le va dictando. Escribir sin plan El fin de esta novela para Dicker no está en la trama en sí, sino en los movimientos que van haciendo los personajes, pues «cuanto más complejos son, más se les comprende». Esto abre un espacio de lectura directo entre el lector y los individuos que van apareciendo. No obstante, estamos ante una novela no lineal. —De vez en cuando, la acción se interrumpe. —Creo que es porque quizás yo no tengo un plan. Mientras voy avanzando en la historia, voy destapando cuestiones: ¿aquí qué pasa?, ¿por qué está aquí?, ¿qué pasó antes para esto? Cuando se plantean cosas, tienes que responderlas. Tenemos un pasado y si quieres conocer a alguien por primera vez, vas mirando en base a la nada, tratas de aportar algunos elementos. El libro, en efecto, es exactamente eso: busco sorprender. —Y continúa su línea: suspense e intriga. —Efectivamente, he de decir que no visualizo la finalidad del proyecto. Lo único que hago es contar una historia de la que no sé nada. Tengo que encontrar los elementos de la historia y eso toma un tiempo: encontrar a los personajes y poco a poco los voy poniendo juntos, pero sé que hay algo. Esas ganas de saber, ese suspense. Eso viene de ser consciente de que yo no sé lo que va a pasar o lo que pasa y tengo ganas de saberlo. Por ello, dedico mi tiempo y esas ganas de saber vienen asociadas a un placer. El suspense que puede haber en mis libros viene de allí. El escritor concluye afirmando que 'Un animal salvaje' debe leerse al ritmo del lector y su libertad. Dejar que este cree su tempo. Cuenta que su trabajo consiste en « hacer volver al lector y que siga estando en contacto con el libro aunque no lo esté leyendo». Su reto es la literatura como forma de atracción y además recalca que «la lectura transmite humanidad en un mundo donde nos cuesta escucharnos entre nosotros».
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Patrik Svensson, escritor: «Quizá sea más fácil llegar al espacio que a las profundidades del mar» (lun, 08 abr 2024)
La primera vez que Patrik Svensson (Kvidinge, Suecia, 1972) tocó el mar, era niño y no sabía leer. Su madre le llevó a casa un libro de la biblioteca y surgió el flechazo. «Era un libro sobre peces en el océano, con muchas imágenes y textos pequeños sobre las diferentes especies. Me obsesioné completamente con ese libro -recuerda-. Le hice leérmelo muchísimas veces seguidas, hasta el punto de que me propuso que cogiéramos otro. Así que cogí yo solo el libro y comencé a leerlo. Descubrí que podía. Aprendí a leer con este libro». Cuarenta años de descubrir el mar, Svensson, periodista especializado en investigación científica, es él quien escribe sobre esos peces. Y sobre Enrique de Malaca , el... Ver Más
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Fernando Aramburu: «Reconozco que lo mejor de mi vida ya pasó» (lun, 08 abr 2024)
Ya es primavera y Fernando Aramburu vuelve a publicar novela y a lucir sus camisas floridas. Es un hombre sereno, y por tanto feliz: habita la escritura desde Alemania, pero su literatura apenas se ha movido de sus raíces. En 'El niño' (Tusquets) recupera una historia real y trágica. El 23 de octubre de 1980, en Ortuella, cincuenta niños de entre cinco y seis años murieron en una explosión de gas propano en la escuela. Fue un accidente fortuito, sin culpables, pero con cientos de víctimas. —Este es un texto muy limpio, muy depurado, casi no hay adjetivos. ¿Es una forma de respeto a las víctimas? —La historia me obligaba a un estilo más bien sucinto, sin coqueterías, pero es complicado. A mí me resultaría mucho más fácil escribir complejo o barroco o intrincado. Aquí no me permito ni una coma de más, ni un adjetivo superficial. Todo debe ser magro. Todo sustancia. El habla de los personajes es muy cercana a la que estoy acostumbrado desde mi niñez: un habla poco florida, que va al grano. —En el libro recuerda cómo fue la cobertura mediática del caso. Los periódicos mostraron en portada los cadáveres de varios niños. —Entonces no había un código deontológico, así que cuando ocurría un accidente o un atentado, el fotógrafo de turno iba al lugar de los hechos y hacía su trabajo: es decir, ponía la cámara y fotografiaba lo que tenía delante. Y al día siguiente los periódicos publicaban las fotos con cadáveres ensangrentados. En el caso de Ortuella fue lo que ocurrió. Por fortuna, hoy día esto sería impensable. Hoy se protege a las víctimas, y más a la infancia. Y es mejor así. No es grato para los familiares y amigos de una víctima que expongan a su ser querido destrozado, a disposición de la curiosidad o del morbo de toda una nación. El respeto es un buen criterio periodístico. —Lleva décadas fuera del País Vasco, pero su literatura sigue allí. ¿Se escribe mejor desde la distancia? —No lo sé, porque yo escribo desde la única perspectiva de que dispongo. Además, esto que llamamos distancia hoy día es algo muy relativo, puesto que está anulada por la existencia de Internet. Yo no puedo ir al bar de la esquina, pero sí leer los periódicos locales, ver el telediario, los partidos de fútbol. Más que distancia es ausencia. Sí, yo escribo desde la ausencia. Y eso sí que proporciona una perspectiva particular que es propicia a la reflexión serena. Por ejemplo, es muy interesante leer noticias sobre España en la prensa alemana, porque uno percibe cómo nos ven. Y esto a veces ayuda a abrir los ojos. —¿Y cómo nos ven? —Pues nos ven poco, porque realmente no generamos muchas noticias, salvo en el ámbito del deporte. —Por cierto, ¿le preocupa la actualidad política del País Vasco? —No me preocupa, más bien me interesa: me interesa estar informado, saber los resultados habrá en los próximos comicios. Pero no me preocupa como me preocupaba antes, cuando teníamos que soportar aquel goteo incesante de atentados. Es muy triste que tu tierra natal un grupo se dedique a liquidar semejantes por el hecho de que tienen unas concepciones políticas distintas. Eso me preocupaba y me indignaba. Pero ahora veo que hay unos comicios perfectamente razonables, de los cuales saldrá un próximo Gobierno y a otra cosa mariposa. —Venía de una sátira ácida como 'Hijos de la fábula' y se presenta ahora con un drama intenso, contenido. —Para mí es mucho más difícil escribir novelas con ingredientes humorísticos. Es más fácil conmover que hacer reír o sonreír. Y sin embargo la crítica es mucho más severa con las obras que contienen ingredientes humorísticos que con las dramáticas. —Es un escritor muy prolífico. —Hombre, si me viene una idea me lanzo a la tarea. Pero lo que no quiero es automatizar el trabajo. No quiero ser una máquina de escribir novelas. Prefiero experimentar, ponerme a prueba. Sé que mi tiempo es limitado. Tengo que hacer una selección de mis ideas. Porque proyectos no me faltan,. —¿Tiene planeado volver a escribir sobre ETA o ya da por agotado el tema? —No, es que yo no me propongo. Yo nunca me he propuesto escribir sobre ETA. A mí lo que me interesa son los ciudadanos normales y corrientes en los cuales repercute la historia colectiva de mi tiempo. En mi tierra natal ha habido mucha violencia y era inevitable en el proyecto no tenerla en cuenta. Pero yo no quiero estar escribiendo siempre la misma historia. —¿Y lo de volver a la poesía cómo va? Fue así como empezó en la literatura... —No lo planeo, pero sí lo deseo. Me gustaría dejar en forma poética este ingreso mío en la edad provecta. —¿En qué ha notado ese paso a la edad provecta? —En que de pronto todo el mundo es joven. El taxista es joven, la dentista es muy joven, el oculista es casi un niño: esto es un indicio inequívoco de que uno ya está en una edad inquietante. Y la circunstancia de ser abuelo lo confirma. Mis usos expresivos también son distintos de los que ahora están en boga, mis gustos musicales también. En fin, la vida me manda continuas señales que me ponen en mi lugar [hace una pausa]. Lo que no quiero de ninguna manera es convertirme en un viejo cascarrabias que denigra todo lo nuevo y se mete con los jóvenes y desprecia lo que hacen. Esto no me lo voy a consentir nunca. Creo que es más elegante ceder el sitio a los que vienen por detrás. Pero reconozco que lo mejor de mi vida ya pasó. —¿Y vive más cómodo ahora, al menos? —Cómodo no es la palabra. Vivo sereno. Y para un chaval tan nervioso como yo, la serenidad es fruto de una conquista. Me ha costado mucho tranquilizarme, aceptar nuestra condición pasajera, saber agradecer a la vida y a todos aquellos que aportan algo positivo, ya sea un buen plato, una buena obra, una buena pieza musical. Me alegro de haber nacido. Esa es mi actitud vital en estos momentos. Estoy a buenas conmigo mismo. —Es la serenidad de los estoicos, ¿no? —Sí, los estoicos son mis hermanos.
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