Decía Foucault que
más de uno, sin duda, escribe para perder el rostro: no me pregunten quién soy, ni me pidan que permanezca invariable, pues es una moral de estado civil la que rige nuestra documentación. ¡Qué nos
dejen en paz cuando se trata de escribir!, gritaba, al final de una cita mil veces repetidas y que resonaría en mí tantas y tantas veces. Sé ahora, después de mucho tiempo, que nunca la había
entendido realmente. Fue el otro día cuando, sin esperarlo, como un gancho de derechas digno del mejor Hemingway (no digo Sugar Ray o Joe Louis porque no conviene, me contaba un amigo experto en
estas lides, enfadar a las deidades del boxeo), me encontré con algo similar a una respuesta: “Como dijo Lenin: si buscas a la persona que se beneficia, entonces... eh... en fin... eh... o sea,
descubrirás... Entiendes lo que quiero decir”. Brotaba de ahí, de esas palabras indecisas e imprecisas, una suerte de réplica, reiterada e inconscientemente buscada. Mi problema, ahora, es que no
comprendo el porqué de esa relación que mi cerebro hizo entre el bueno de Foucault y The Dude. Al fin, “pobre de aquel que mire / y vea claro”, ¿verdad, Claudio? Al cabo, y sea como sea,
un mot de passe: “En las sociedades de control, lo esencial ya no es una marca ni un número, sino
una cifra: la cifra es una contraseña (mot de passe), en tanto que las sociedades disciplinarias están reguladas mediante consignas (mots d'ordre) (tanto desde el punto de vista de
la integración como desde el punto de vista de la resistencia a la integración). El lenguaje numérico de control se compone de cifras que marcan o prohíben el acceso a la información” (Cita,
esta última, de Gilles Deleuze en “Post-scriptum sobre las sociedades de control”).
[Los siguientes poemas
fueron escritos por Raúl Molina Gil en una breve, pero intensa, estancia en Iowa City, hacia otoño de 2017 y si tuvieran que congregarse alrededor de un título lo harían bajo un sucinto El
presente permiso, al ser estas tres palabras algunas de las más repetidas en la documentación que viajó en su maleta sobre el Atlántico hasta atravesar los puentes de hierro y hormigón el río
Mississippi y, entonces, detenerse. Las fotografías, según dice, son, también, suyas]
Mi Viejo pasaporte aun es válido después de muchas
desventuras
Lo mira un funcionario de aduanas
con un águila calva estampada en el
pecho
y comprueba que efectivamente soy yo el de la
fotografía
que no intento engañarlo y que no he viajado
nunca
a estados peligrosos
Siria, Irak, Irán, Libia, Somalia, Sudán,
Yemen.
Is it your first time in the
USA?
Yes, I said.
What are you going to do in the
USA?
I am going to
research.
About?
Spanish poetry.
Ok.
How long are you going to be in the
USA?
Three months.
Where?
Iowa City.
Ok.
Paso los dedos de la mano derecha por el
escáner
después los de la izquierda
siempre en este orden por mandato de alguna ley que
desconozco
Give me your DS2019,
please.
Lo comprueba y mientras tanto me fijo en otras
caras
las caras de otra gente que quieren
acabar
con el mal trago del registro de
aduanas
Una mujer con un vestido rojo no sabe hablar
inglés
tampoco el hombre con la camisa azul puede
ayudarla
y aquel niño que corre parece no
entender
que su padre ha perdido el pasaporte y que puede que
duerman
juntos y acurrucados en una suerte de
celda
que el aeropuerto tiene habilitada en casos como
este.
Vuelve a mirarme el funcionario
pone el pasaporte al lado de mi cara y comprueba finalmente
que soy yo
que no tengo condenas pendientes en
España
que no quiero matar al presidente
ni hacer trata de blancas
que no me relaciono con un cártel de la
droga
ni he vendido bombas en el mercado
negro.
El caso es que
ya contesté a todo que no en un infinito
formulario
días antes de subir al avión…
Me imagino perdido en un país que no me
corresponde
como aquel hombre con su hijo pequeño
y solicito asilo al consulado
pidiendo a algún ministro que me saque de
allí
que yo solo quería investigar unos meses y vivir sus
mentiras
mejorar mi inglés conocer gente hacer
amigos
ver las grandes llanuras y cabalgar a
lomos
de un Cadillac los campos de maíz
recorrer la 66 hasta Santa Monica
y fotografiarme junto a las olas del
Pacífico
ser uno más de la manada de europeos
que llegaron ligeros de equipaje y cargados de
sueños
hablar tal vez con un marine
y ver partidos de hockey sobre hielo
beber café con agua
probar decenas de hamburguesas
dormir en un motel del estado de
Arkansas
y ver el Gran Cañón
respirar el aire puro de Juneau
hacer surf en Hawai
subir al rascacielos más alto de New
York
entrar al Capitolio y al Pentágono
estrecharle la mano a Donald Trump sin mirarle a la
cara
conducir una Harley
escuchar un blues cerca del
Mississipi
bailar al ritmo del jazz en New
Orleans
o disfrazarme en sus calles
andar por San Francisco ondeando la
arcoíris
besar a Harvey Milk si Dan White
no hubiera acabado con su vida
sentir la voz de Rosa Parks en
Alabama
atravesar en un velero el Lago Michigan hasta
Petoskey
pisar la Plaza Dealey y oír los gritos
todavía,
todo eso señor Ministro de Exteriores del Gobierno de
España
es lo que yo quería hacer
en Estados Unidos
eso y nada más señor Ministro lo
prometo
intercedan por mí no quiero estar
más tiempo entre estas rejas.
Your Visa is correct, you can
pass
And I do it.