Un trabajo de…

Pyotr Ilyich Tchaikovsky, pronunciado en castellano como Chaikovski, es el compositor ruso más conocido de todos los tiempos. Su música, de melodías llenas de armonía, siempre ha tenido un gran atractivo para el público en general, sin embargo, durante la mayor parte del siglo XX, las críticas fueron bastante injustas con respecto a su trabajo y a su comportamiento personal. Chaikovski fue el principal exponente del romanticismo inspirado en el folklore ruso, sin llegar a lo que hicieron los compositores nacionalistas cómo Mussorgsky o Rimsky-Korsakov.

Durante su vida fue duramente atacado en su país por su insuficiente espíritu nacionalista. En cambio, durante La Unión Soviética se convirtió en un icono oficial, y no se admitió ninguna crítica de su personalidad, a pesar de ir en contra de la propia moral impuesta por el Partido Comunista. En Europa occidental y en Norteamérica se le juzgó en base a su homosexualidad y su música fue interpretada como una manifestación de su comportamiento desviado, por lo que muchas de sus obras fueron tachadas de vulgares o de excesivamente sentimentales.

Se llegó a divulgar qué Chaikovski tuvo una vida emocional agitada, que su carácter era mórbido, histérico y lleno de culpabilidades. Sin embargo, a principios del siglo XXI, gracias a un estudio profundo de la correspondencia y de los diarios de Chaikovski, se llegó a la conclusión de que esta representación tradicional de este gran músico era completamente errónea y qué estaba bastante lejos de ser un neurótico qué introdujese mensajes codificados en sus partituras, como algunos estudios anteriores habían asegurado.

Chaikovski estableció en sus obras una relación íntima con la audiencia, lo que se vino a llamar “progresión”, gracias al anticipación y a la catarsis, pues su música transmite alegría, amor, tristeza, es decir, sentimientos humanos sinceros y conmovedores en lugar de reclamar una profundidad intelectual alejada del público en general. En su obra intentó sintetizar lo sublime con lo introspectivo, incluso en el simbolismo de su música posterior.

Nacido el 7 de mayo de 1840 en Votkinsk, Rusia, y fallecido el 6 de noviembre de 1893 en San Petersburgo, su afición por la música le surgió desde muy pequeño, pero fue a los 26 años cuando compuso su primera sinfonía y dos años más tarde su primera ópera. Tras una época de primeros intentos en ganarse una fama dentro del mundillo de la música, de la que destacaremos su Concierto para Piano número 1 en Si Bemol Menor, y durante la cual se comprometió en matrimonio con la mezzosoprano belga Désirée Artôt, aunque no llegarían a casarse, no sería hasta 1876, con la finalización de su Sinfonía Fantástica Francesca da Rímini y con la aparición del ballet El Lago de los Cisnes, que ésta le llegaría, sobre todo, entre el público europeo. Gracias a esta creciente popularidad el gobierno ruso toleró su homosexualidad, algo que toleraba también entre las clases altas de Rusia, pero a causa de las presiones sociales y familiares le llevaron a una apresurada decisión: la de casarse con Antonina Milyukova, una joven estudiante de música, que resultaría un matrimonio fracasado. Pocas semanas después huyó al extranjero para no tener que vivir con su esposa. Esta experiencia le obligó a reconocer que no podía encontrar respetabilidad en las convenciones sociales y que su orientación sexual no podía ser cambiada.

En 1876 conoció a una viuda de un rico magnate ferroviario, Nadezhda von Meck, quien era una gran admiradora de su trabajo y que se convirtió en su patrona, concediéndole una asignación mensual, lo que le permitió dejar las clases en el conservatorio y dedicarse por completo a escribir música. Entonces pasaba los inviernos en Europa y regresaba a Rusia cada verano. Chaikovski y su benefactora acordaron no reunirse nunca, sin embargo, sí que mantuvieron una abundante correspondencia.

A principios de 1878 terminó varias de sus composiciones más famosas: la ópera Eugene Oneguin, la Sinfonía nº 4 en Fa Menor y el Concierto para Violín en Re Mayor, componiendo en los siguientes años una gran cantidad de obras.

A partir de 1885, cansado de viajar por Europa, Chaikovski se instaló en una casa de campo de Clint, a las afueras de Moscú. Este retiro que fue muy fructífero en composiciones, no evito quiere llevarse a cabo varias giras como director por diversas ciudades europeas, y en 1889 compuso su segundo ballet, La Bella Durmiente. Un año más tarde fue informado por Nadezhda don Meck de qué ya no podría seguir enviándole su asignación. Cesó su correspondencia y Chaikovski cayó en una angustia considerable.

La primavera de 1891, Chaikovski viajó a los Estados Unidos de América actuando como director en Nueva York, Baltimore y Filadelfia. A su regreso a Rusia, completó sus dos últimas composiciones para el teatro y el ballet El Cascanueces. En febrero de 1893 comenzó a trabajar en su Sinfonía número 6 en Si Menor llamada “La patética”, que se convertiría en su obra más célebre y que se la dedicaría a su sobrino Vladimir. En 1893 le nombraron doctor honorario de la Universidad de Cambridge. Ese mismo año coma el 21 de octubre, enfermó repentinamente contagiado por la epidemia de cólera que se extendía por San Petersburgo. Murió cuatro días después por complicaciones derivadas de esta enfermedad. Sin embargo, surgieron muchos rumores sobre su posible suicidio que fueron dados por buenos por muchos biógrafos del siglo XX, aunque no hay ninguna prueba que los documente.