Con este primer título, vamos a dar
comienzo a una serie de novelas de la autora francesa Fred Vargas, cuyo verdadero nombre es Frédérique Audoin-Rouzeau, una arqueóloga transformada en fabuladora de historias sobre detectives y
ganadora, en 2018, del Premio Princesa de Asturias de las Letras pues, según el jurado, porque ella “encarna la revitalización del género de intriga hasta componer una obra de proyección
universal”.
El hombre de los círculos azules
(L’Homme aux cercles bleus, en su idioma original), es la primera
novela en la que aparece el comisario Adamsberg y fue escrita en 1991, con ella ganó el Prix du festival de Saint-Nazaire, 1992, llevándose a la televisión por Josée
Dayan.
La novela se desarrolla en tres fases:
una de reconocimiento de los personajes, otra donde los datos y las intuiciones se van acomodando y encajando entre sí, y una tercera de acción en la que se ve la luz.
El comisario Jean-Baptiste Adamsberg,
hombre complejo donde los haya, acaba de ser trasladado a París, pero su reputación le ha precedido, tanto en su comportamiento estrafalario, como en sus métodos poco convencionales, su aparente
inactividad, sus manías y, sobre todo, en sus notables éxitos, haciendo de él un personaje bastante original, por lo que no puede evitar sentirse constantemente observado. Él mismo aseguraba que veía
la maldad rezumar del rostro de algunas personas igual que habría visto correr a una cucaracha sobre la mesa.
Nada más llegar a su nuevo
puesto, un caso curioso aparece en las páginas de los periódicos, pues durante cuatro meses han ido apareciendo, en las calles de París, al azar, sin seguir ningún patrón, diversos círculos azules
pintados con tiza, rodeando siempre algún objeto hasta acumular una colección de lo más dispar y con la misma leyenda en todos los casos: “Víctor, mala suerte, ¿qué haces fuera?”. Claro que,
por muy descabellado y sin sentido que esto parezca, no supone ningún delito, sin embargo, Adamsberg comienza a interesarse por este suceso, ante la sorpresa y desesperación de su ayudante, el bueno
de Danglar, un hombre agobiado por el peso de sus problemas que suele evadirse consumiendo gran cantidad de alcohol, a quien le toca ir detrás de las apariciones para tomar nota de ellas y llenarse
de frustración al no lograr nunca coincidir con la persona que las crea. Sin embargo, y para darle la razón al comisario sobre sus sospechas de que detrás de estos hechos, en apariencia tan
inocentes, había algo peligroso, un día, el objeto que aparece dentro del círculo azul es un cadáver sacrificado.