El padre Ignazio advierte a Amedeo que
“un lugar pequeño como este es una opresión… Todo aquel que lo visita sin haber nacido aquí, lo considera deliciosamente rústico… Pero cualquier persona nacida en Castellamare luchará por
cualquier medio posible para salir de la isla”. Sin embargo, Amedeo, como forastero también romantiza la isla, pero a pesar de la tensión existente entre los nacidos en Castellamare y los que
llegan como extraños, él se resiste a abandonarla.
Para Amedeo, su libro de historias es
su posesión más importante, "llena de las vistas brillantes de otras mil vidas". A causa de ellas podemos afirmar que La isla de las mil historias se inspira en el trabajo de muchos
coleccionistas de cuentos populares italianos, incluido el doctor Giuseppe Pitrè. Y al igual que su padre, María – Grazia, debe esforzarse para imponerse como individuo en Castellamare durante su
juventud, en parte por ser una niña, y en parte porque todo el mundo la ve como "la niña con aparatos ortopédicos", sacando esa fuerza interior que ambos poseen.
Durante la década de 1920, el fascismo amenaza con dividir la
isla, especialmente cuando Castellamare se convierte en una de las colonias de Mussolini destinadas a prisión. Los isleños reaccionan a esto de diferentes maneras. Unos pocos, como il Conte
y el alcalde, colaborando abiertamente con el régimen, otros se apartan de lo que está sucediendo en un esfuerzo por mantener la paz con sus vecinos, como dice Gesuina, “todos tenemos que vivir
juntos después de esto”, mientras que el grupo más rebelde, como Pina y María-Grazia, se niegan a mirar hacia otro lado.