Esta pequeña novela de Mathias Malzieu, publicada en 2007,
es una alegoría sobre la dificultad de las relaciones humanas y, especialmente, sobre la realización del pleno amor, sentimiento este anhelado de por sí, aunque de difícil consecución y de doble
filo, pues igual que te da la felicidad, te la arrebata.
Jack nace en el día más frío de un frío mundo y su pequeño
corazón se le congela y su madre muere. Madeleine, la matrona que ayuda a las prostitutas a traer niños al mundo, le coloca en el pecho un reloj de cucú hecho de madera para que pueda seguir viviendo
y le da las tres órdenes que hemos mencionado antes, sin embargo, Jack, en una de sus primeras salidas, se enamora de la señorita Acacia.
Durante tres largos años, Jack tiene que soportar el acoso
de Joe en el colegio, pero él sabe defenderse. Luego decide viajar hacia Andalucía, acompañado de Jack el Destripador, en busca de su amor, la señorita Acacia. Cuando la encuentra, viven grandes
momentos de pasión, conoce por primera vez la felicidad y su corazón funciona mejor que nunca. ¿Estaría equivocada Madeleine? Pero no, ella no se equivocaba…
Toda esta historia transcurre a finales del siglo XIX dentro
de un atmósfera fantástica e idílica, aunque cruda, dramática y tristemente real, donde la persona diferente siempre debe pagar un precio. En ella el tiempo tiene un papel determinante, por ello, el
tic-tac de su corazón precede al pequeño Jack allá donde vaya. Fuera de los muros protectores del orfanato, el niño comienza su camino iniciático en busca del amor, pero también encuentra decepciones
y desengaños necesarios para llegar a conocerse a sí mismo.
La novela está repleta de elementos maravillosos y la magia
aparece en casi todas sus páginas. Los personajes que giran en torno al pequeño Jack también tienen sus propias prótesis, aunque ellos no lo sepan, ni sean manifiestas, pero eso les hace igualmente
diferentes, únicos y entrañables. Incluso aparece un personaje de la vida real: Jean Méliès, el pionero del cine francés. Y la originalidad del autor, con sus descripciones poéticas y sus figuras
retóricas, deja mucho espacio para la imaginación de las personas lectoras que podrán degustar la búsqueda de ese bien tan preciado y esquivo que es el amor descubriendo la maravillosa aventura que
conlleva al mismo tiempo que sus innumerables complejidades.