La llamada de lo salvaje
trata sobre la vida de un perro, Buck, mestizo de San Bernardo y pastor escocés, que vivía
plácidamente en una finca de California, donde fue robado y vendido a los buscadores de oro que se dirigían a Alaska, para ser usado como perro de trineo. De esta forma se plantea el principal
conflicto de esta novela: la lucha entre la civilización y lo agreste, trazándose la transformación gradual de Buck de un perro doméstico a uno salvaje.
A Buck no le queda más remedio que aprender a adaptarse a
una forma de vida y un código de conducta completamente nuevos para sobrevivir. Los hombres con garrotes o látigos son quienes mandan, Y después están los perros guía, que han logrado el dominio matando e hiriendo a todos los perros que
les desafiaban. Buck comienza en la parte inferior de la jerarquía, pero pronto se adapta a su nueva vida perdiendo su naturaleza moral: aprende a robar comida, a pelear, a defenderse, a tirar del
trineo y a desenvolverse por el suelo nevado o sobre el hielo. Y en un momento determinado, comienza a escuchar la llamada de lo salvaje.
A medida que Buck se va internando más en la naturaleza,
descubre dentro de sí mismo instintos que han estado latentes durante generaciones. Es algo misterioso, casi metafísico, es una fuerza interior lo que le permite sobrevivir en condiciones que son
completamente extrañas para él, pues todo lo que aprende se basa en esa memoria ancestral que le muestra cómo comportarse.
En el transcurso de esta aventura, Buck pasa de mano en mano
de muchas personas para las que solamente es una herramienta. Hasta que llega a Thornton, un hombre que le protege, le cuida, le alimenta y lo trata como a un amigo. Y con el que descubre el amor
entre animal y persona. Pero la llamada de lo salvaje cada vez es más fuerte.
London estaba convencido de que el medio ambiente y la
herencia controlaban en gran medida la existencia. Pero la transformación de Buck estaba condicionada por las experiencias brutales que va experimentando, así como por sus recuerdos hereditarios y,
sobre todo, por su imaginación y adaptabilidad, que le permiten sobrevivir y triunfar. La llamada de lo salvaje no es una novela determinista, ni una leyenda sobre la codicia y la mezquindad
de los seres humanos, sino una historia en la que el sufrimiento revela y hace aflorar las fuerzas física y moral.
Esta es una novela que puede leerse en varios niveles y por
eso es muy apta tanto para jóvenes como para adultos. Es un cuento de aventuras en el que descubriremos la vida dura de Alaska y del Yukón. Es un romance histórico en el que se reflejan los peligros
de buscar oro durante la fiebre de Klondike. Y es una obra filosófica que refleja el interés de London por el darwinismo social y las nociones de la supervivencia racial. Pero, sobre todo, es una
historia divertida y de fácil lectura que no nos dejará indiferente.