PALABRAS DE MALA PRENSA: Amor y equilibrio, por María Elena Picó Cruzans
El Tercer Orden del Amor es el Equilibrio. Y nos conecta con el flujo de energía.
“Jacob salió de Berseba con dirección a Jarán. Llegó a cierto lugar y se dispuso a pasar allí la noche, porque el sol ya se había puesto. Tomó una piedra, la puso por cabecera y se acostó.
Tuvo un sueño. Veía una escalera que, apoyándose en la tierra, tocaba con su cima el cielo, y por la que subían y bajaban los ángeles del Señor”
Génesis, 28, 10-12
PALABRAS DE MALA PRENSA: Amor y jerarquía, por María Elena Picó Cruzans
El Segundo Orden del amor es la Jerarquía.
Recordemos que el Primer Orden al que me refería el mes pasado era el de Pertenencia, es decir, todas las partes de un sistema tienen un lugar en el mismo, y asegurado el derecho de pertenencia, sin distinciones temporales entre vivos y muertos. El desorden es la exclusión, y ya vimos que de eso El Diablo sabe mucho. Podemos recortar a un antiguo novio de la foto familiar, pero no podemos “recortarlo” de nuestro proceso vital. Otra de las formas habituales de “intento de exclusión” es negarle a alguien (vivo o muerto) el lugar que le corresponde o desconsiderarlo por poseer dicha situación. Esto nos conecta con el orden de la Jerarquía.
PALABRAS DE MALA PRENSA: Amor y pertenencia, por María Elena Picó Cruzans
Quiero terminar esta sección de “Palabras de Mala Prensa” con el rescate de la palabra “Amor”, al que voy a dedicar tres artículos. Muchos pensaréis que esta palabra no necesita ser rescatada. Un sentimiento que ha llenado tantas voces y tantas plumas, justificado tantos desatinos, y desatado tantas disputas… quizá ya se ha dicho todo sobre ella… Quizá sería más compasivo dejarla sosegada.
PALABRAS DE MALA PRENSA: Misterio, por María Elena Picó Cruzans
En una ocasión leí que todos los fines de siglo se parecen. El Conde de Villamediana escribió hace cuatro:
“Amo de vos lo que de vos entiendo,
no lo que espero, porque nada espero”.
Dejando de lado que el amor siempre parece vivir en un eterno “fin de siglo”, me parece muy acertada la opción del Conde de dejar de lado las expectativas para enfrentarse al amor. No sé si logró hacerlo como conde o sólo lo consiguió como poeta. Lo dejaremos en la sospecha…
PALABRAS DE MALA PRENSA: Educación, por María Elena Picó Cruzans
“Había una vez un hombre y su esposa que por largo tiempo esperaron en vano un hijo. Al fin la mujer supo que Dios estaba por concederles el deseo. Este matrimonio tenía en su casa una ventana en la parte de atrás desde la cual se veía un espléndido jardín, lleno de las más bellas flores y hierbas. El jardín, sin embargo, estaba rodeado por un gran muro, y nadie intentaba entrar en él porque pertenecía a una bruja, que tenía grandes poderes y era temida por todo el mundo.
PALABRAS DE MALA PRENSA: Estadística, por María Elena Picó Cruzans
El inicio de este curso escolar se ha instalado en nuestras casas como lo están haciendo los que pierden sus trabajos y regresan a los hogares paternos: envueltos en decepciones y con las maletas vacías.
En este torbellino de emociones que la vida nos ha puesto como camino me he encontrado ya varias veces en breve espacio de tiempo con la “estadística”. Y he decidido escribir sobre ella. No para rescatarla. Esta vez, no. No puedo. Fundamentalmente, no quiero.
PALABRAS DE MALA PRENSA: Decepción, por María Elena Picó Cruzans
Hace un mes me propuse rescatar la decepción, y debo confesar que no encuentro la manera.
Observo que la decepción tiene que ver en nuestras vidas con las expectativas y con las obviedades que nos invaden y, a veces, arrasan.
Retomo la oración Gestalt para ver si es ella la que puede iluminarme en esta tarea.
PALABRAS DE MALA PRENSA: Pequeño, por María Elena Picó Cruzans
Mi padre, que solía ser más un oyente de la sabiduría popular que un lector de la clásica, solía decir: “Burro grande, ande o no ande”. Yo recuerdo a menudo las frases de mi padre y suelo intercalarlas en los acontecimientos de mi vida; no obstante, está harto comprobado que este refrán ofrece serias lagunas infranqueables en amplios ámbitos de la vida, como es evidente en el político y en el sexual.
PALABRAS DE MALA PRENSA: Política y religión, por María Elena Picó Cruzans
Vivimos un momento social en el que quizá se nos presenta como acuciante la tarea de rescatar palabras como “política” y “religión”. Ambas palabras nos remiten a conceptos que inundan las vivencias del ser humano y ambas han tenido otros momentos, que no son los nuestros, de bonanza y esplendor.
PALABRAS DE MALA PRENSA: Hereje, por María Elena Picó Cruzans
Estudiando y analizando los datos de la prehistoria podemos considerar que nuestros ancestros debieron ser esencialmente herejes, es decir, personas que se apartaron de los dogmas y opiniones de la “ortodoxia”; individuos que fueron desligándose de las antiguas tradiciones y adaptándose a los nuevos cambios, tomando opciones.
PALABRAS DE MALA PRENSA: Regateo, por María Elena Picó Cruzans
En muchos países y culturas es muy habitual la técnica del regateo. Quiero rescatar el “regateo” de mí misma, de mis propios prejuicios y xenofobias. Y quiero rescatar el “regateo” de las mezquindades de occidente, de la Europa que vivimos.
PALABRAS DE MALA PRENSA: Crisis, por María Elena Picó Cruzans
Al contrario de lo que ocurre con la palabra “pederastia” a la que nadie quiere acercarse por miedo al contagio o a la revelación, la palabra “crisis” es utilizada hasta la saciedad y hay quien, incluso, la considera una bendición. Quizá por esta razón sí que sea necesario rescatarla: rescatarla de la manipulación y la demagogia. Incluso puede llegar a hacerse necesario que instalemos en nuestra cotidianeidad el mismo cartel que tuvo que colgar un carnicero en su establecimiento, harto, supongo, de ahogarse cada día en victimismos y desahucios de esperanza y buen humor. Decía su cartel: “Prohibido hablar de la cosa”
PALABRAS DE MALA PRENSA: Pederastia (2ª parte), por María Elena Picó Cruzans
El mes pasado nos internábamos en el rescate de la palabra “pederastia”… Como Ariadna, nos dejamos llevar hacia el interior del laberinto. En el camino pudimos avistar a lo lejos la presencia arrolladora del Minotauro e intuimos su fuerza desgarradora y violenta. Cualquier palabra, decía, es digna de ser rescatada ya que conforma nuestra existencia; no obstante, ¿hasta qué punto “pederastia” es el hilo que puede conducirnos al interior de nosotros mismos?
PALABRAS DE MALA PRENSA: Pederastia, por María Elena Picó Cruzans
Hace un tiempo, animando en clase a mis alumnos a que se atrevieran a “rescatar” alguna palabra de “mala prensa”, uno de ellos me propuso que rescatara la palabra “pederastia”; en cuanto vieron mi cara de asombro, la proposición fue secundada por el grupo inmediatamente. Entonces creí que se estaban vengando de mí por tener la desfachatez de utilizar en mis clases lo que ellos llaman “palabras raras”.
PALABRAS DE MALA PRENSA: La locura, por María Elena Picó Cruzans
Me empeño en rescatar la locura, y, sin embargo, cada vez siento con mayor fuerza que es ella la que viene a rescatarme.
Es ella la que se dedica a jugar conmigo y me trae de cabeza. Lleva haciéndolo de forma descarada desde que decidí escribir sobre ella en estas páginas. Es como si hubiera ido borrando todas las palabras preconcebidas sobre la cuerda idea de rescatar la locura. Y ahora me doy cuenta de que ha estado jugando conmigo, y riéndose de lo lindo.
PALABRAS DE MALA PRENSA: Motivación, por María Elena Picó Cruzans
En un principio, podría parecer que la palabra “motivación” no necesita ser rescatada, ya que estar motivado se relaciona con un estado de cierto bienestar y equilibrio energético. ¡Es estupendo estar motivado! Por eso es posible que pensemos por un momento que la palabra que necesitaría ser rescatada es la “apatía” o incluso la “depresión”. Es posible, y más adelante rescato algunos aspectos de estas palabras. Hoy quiero escribir sobre la “motivación”.
PALABRAS DE MALA PRENSA: La pérdida, por María Elena Picó Cruzans
Todos hemos vivido alguna vez una pérdida en la que dejamos prendidos jirones de nuestra alma. Y a menudo la sentimos como algo que nos acecha a la vuelta de la esquina. La tememos porque el dolor es su equipaje. Y la imaginamos invadiendo nuestros territorios y nuestras pertenencias.
PALABRAS DE MALA PRENSA: Egoísmo, por María Elena Picó Cruzans
Suelen estar muy mal vistas las personas que sólo se acercan a ti para pedirte. Las miramos y pensamos: “Está buscándome… ¿será que necesita algo?” o “Sólo me llama si quiere algo de mí”.
De esta manera establecemos relaciones que van desde el que sólo toma hasta el que sólo da (y todos podemos estar en cualquiera de los dos polos, con mayor o menor tendencia a uno de ambos).
PALABRAS DE MALA PRENSA: Rendirse, por María Elena Picó Cruzans
Esta página quiero dedicarla a los adolescentes. A todos. Y en especial a mis alumnos, que han compartido en estas páginas la vida que llevan dentro.
También la quiero dedicar a los padres, con los que comparto la vivencia adulta y con los que colaboro en la educación de sus hijos. A ellos (y a mí misma, cada día) les animo a reencontrarse con el adolescente que vive en ellos para que puedan acercarse al adolescente que vive con ellos.
PALABRAS DE MALA PRENSA: Traición, por María Elena Picó Cruzans
“Muchas veces en la vida me llamaron traidor. La primera fue a los doce años y tres meses, cuando aún vivía en un barrio a las afueras de Jerusalén. Fue durante las vacaciones de verano, faltaba menos de un año para que el gobierno británico se retirase del país y naciera, en medio de la guerra, el Estado de Israel.
PALABRAS DE MALA PRENSA: Miedo y cobardía, por María Elena Picó Cruzans
El miedo ha sido (y es) compañero en muchos momentos de mi vida. Y el que rescato a menudo del recuerdo me regresa a la primera noche que llegué a India, hace ahora catorce años.
PALABRAS DE MALA PRENSA: Rechazo, por María Elena Picó Cruzans
No existe palabra que no nos conecte, aunque sea un ápice, con la esencia de lo que somos. No hay palabra desocupada e innecesaria. No obstante, a veces, las denostamos, quizá porque nos reflejan en exceso.
La Literatura y la Gestalt me han enseñado a rescatar las palabras de “mala prensa”. Y a darles un lugar entre las líneas de mi vida.
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